La Antigua Profecía

—Gracias por toda tu ayuda hoy, hermano —dijo Max con una expresión de vergüenza en su rostro.

Rudra permaneció en silencio por un momento con las manos firmemente apoyadas sobre los hombros de Max y no dijo nada.

Rudra quería ofrecer palabras de consuelo a Max, darle consejos sobre cómo usar realmente su truco de reencarnación al máximo beneficio y cómo no morder más de lo que podía masticar, pero no dijo nada.

Dado que Max no había revelado su reencarnación a Rudra, Rudra tampoco quería forzarlo a Max. Después de todo, incluso hasta el día de hoy, nadie más que Ethan Grey sabía que Rudra era un reencarnador él mismo.

Finalmente, Rudra dijo con voz grave:

—Max, no quiero darte una lección sobre cómo vivir tu vida, ahora eres un hombre adulto y puedes hacer tus propias elecciones.

Pero, por la forma en que entendí tu situación, incluso si el Clan Maximus Santo no te perseguirá, los otros clanes vampiro no tolerarán tu existencia ni tu habilidad.