—Haaa…
Esme se sentó en pose de meditación mientras cerraba los ojos, completamente sumergida en su práctica de concentración absoluta.
Otra vez, intentó sintonizarse con la conexión que los Elfos compartían con El Oráculo, pero no sintió absolutamente nada. Se estaba frustrando cada vez más—casi al punto de comenzar a pensar que su identidad de Semi Elf era el problema.
—Pero… Ater dijo que yo sería capaz.
Ater no haría tal afirmación sin algún motivo para respaldarla. Eso significaba que tenía que haber alguna manera en que ella pudiera conectarse a El Oráculo.
—¿Realmente vale la pena, sin embargo? Rey ya está en camino al Santuario, y probablemente podrás conectarse con ella sin mi ayuda…
Una vez más, era la única que no tenía un uso real entre los miembros del equipo.
¡Incluso Emil había jugado un papel más relevante que ella—y eso que estaba dentro de Rey la mayor parte del tiempo!
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