Elisa parpadeó ya que no esperaba esta noticia en absoluto. —¿El Señor Harland desapareció? Fue hace solo cuatro días cuando hablaron el uno con el otro y ahora ¿el hombre había desaparecido?
Ian no puede evitar sonreír. El pobre vampiro, pensó. Edward había tratado de urgir a Elisa a que lo llamara por su nombre de pila y aunque su dulce prometida no lo demostraba, en algún lugar de su corazón su guardia estaba levantada y debía ser su sangre lo que le impedía acercarse a hombres como Edward. —Incluso hasta la muerte, no consiguió lo que quería, pobre de él —susurró Ian pero contrariamente a sus palabras de lástima, su sonrisa era amplia en sus labios.
—¿Cómo desapareció? —Elisa preguntó entonces. Aunque no le gustaba el hombre y lo había estado evitando en las últimas ocasiones en las que se encontraron, ya que sospechaba de cómo él siempre sabía a dónde iba, no cambiaba el hecho de que hubo un tiempo en el que Edward fue su amigo.
Hỗ trợ các tác giả và dịch giả yêu thích của bạn trong webnovel.com