Al lado de Ian, no muy lejos, Elisa estaba parada en el suelo, canalizando su poder hacia la palma de su mano antes de enviar una ráfaga a los ghouls. Aunque los movimientos de los ghouls eran mortales, eran lentos y sabiéndolo, ella utilizó eso como una oportunidad para crear distancia, combustando a algunos de los ghouls en cenizas.
Después de descubrir su propio origen, Elisa sintió que parte de su cuerpo y sus sentidos se habían vuelto mucho más agudos que antes y no sabía si sus pensamientos afectaban sus sentidos. Mientras intentaba enfrentarse a algunos de los ghouls sola, de repente uno de los ghouls apareció detrás de ella. Elisa volvió la vista rápidamente, lista para lanzar su habilidad cuando se dio cuenta de que el ghoul se había detenido de nuevo en seco.
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