Ran Xueyi detuvo a Jian Yiling de imaginarse demasiado lejos y le dijo la verdad. Le dijo que ninguna de sus especulaciones sucedería, pero no entró en detalles, simplemente la tranquilizó vagamente diciéndole que lo que le preocupaba no sucedería.
En realidad, incluso si sucediera, la persona a la que iba a engañar seguía siendo su esposo. Ran Xueyi se rió al pensar en esto.
A la mañana siguiente, Xiao Zhanzhan se despertó temprano y se frotó los ojos bostezando. Vio a Ran Xueyi, que justo a tiempo abría la puerta de su habitación, y una brillante sonrisa apareció en sus labios.
—Mami~ —Xiao Zhanzhan saltó de su cama y corrió hacia ella.
Ran Xueyi atrapó al pequeñín y cargó su pequeña figura en sus brazos. No pesaba mucho debido a su pequeño cuerpo, así que no era tan difícil llevarlo durante todo un día.
—¿Dormiste bien? —Ran Xueyi.
Xiao Zhanzhan sonrió radiante:
—Un~ ¿Y mami?
Ran Xueyi le acarició la cabeza y respondió:
—Yo también. Anoche soñé con Xiao Zhanzhan.
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