Jia Li realmente se sorprendió al ver a Jasmin en la misma habitación que ella. Lo último que recordaba de la noche anterior, era que Fu Hua se había negado a entregarle la niña. Recordaba a la ama de llaves Zu escoltándola a su habitación y nada más.
—¿La trajo mientras yo dormía? —dijo Jia Li en un tono bajo, pero no pensó que fuera así porque durante toda la noche, no escuchó llorar a Jasmin.
Incluso si se durmió con la idea de que Jasmin estaba con su padre, no había manera de que los llantos no la despertaran en medio de la noche si Fu Hua la hubiera traído de vuelta después de que ella se durmiera, así que solo había una posibilidad, que la hubiera traído de vuelta esa mañana.
—...pero eso no significa que lo vaya a perdonar —murmuró Jia Li mientras cambiaba el pañal de Jasmin.
Cuando terminó de cambiarle el pañal a Jasmin, la amamantó justo antes de que el ama de llaves Zu entrara con otra criada para ayudar en el baño del pequeñín.
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