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Si fueras mío (2)

—Su Xiaofei pensó que en el momento en que muriera, no sería capaz de ver el final de la pareja adúltera que la dañó a ella y a su familia. Ni siquiera había esperado ser testigo de su propio funeral. ¿Qué clase de tortura era esta? Se preguntaba.

—¿No había sufrido lo suficiente en su vida pasada? ¿Por qué los dioses la obligaban a presenciar los eventos que ocurrieron después de su muerte?

—Justo como esperaba, no mucho después de que Lu Qingfeng la encontró, murió pacíficamente mientras dormía. Su último pensamiento antes de sucumbir a la oscuridad fue lo patética que había sido, discutiendo y compitiendo con Ye Mingyu arrogantemente, sin saber que no era la verdadera hija de la familia Su.

—Pero no esperaba que al final, ella fuera la villana a la que todos odiaban por su maldad y arrogancia. Debido a que siempre había sido una niña mimada y consentida, Su Xiaofei a menudo forzaba a las personas a hacer su voluntad, nunca sabiendo cómo arrepentirse y había sido una mujer orgullosa toda su vida.

—En el momento en que recobró la conciencia, Su Xiaofei se encontró de pie frente a su lápida. Como era de esperarse, incluso en su muerte, la sombra de su padre no se podía ver por ningún lado. Tal vez era lo mejor. No quería que esa destructora de hogares y Ye Mingyu derramaran lágrimas de cocodrilo en su funeral.

—Resentía a su padre por haberse casado con su madre por dinero. Yun Qingrong, su madre adoptiva, había amado profundamente a su padre. Pero al final, ¿qué recibió su madre? Su madre murió con un corazón afligido y solitario, dejando a Su Xiaofei sola.

—Apenas un mes después del funeral de su madre, su padre tuvo la audacia de casarse con la destructora de hogares y vivir lujosamente con la riqueza de su madre. Su Xiaofei no tenía dudas de que su padre, junto con la destructora de hogares y Ye Mingyu estuvieran celebrando su muerte.

—Viviendo con esos tres después de la muerte de su madre, Su Xiaofei se sentía como una extraña mientras ellos pretendían ser una familia feliz. Al final, se dio cuenta de que la única familia que se preocupaba por ella era su madre adoptiva.

—Todos la pintaban como la hermana arrogante que no dejaba de acosar a Ye Mingyu y ella era la bruja malvada que se atrevió a interponerse entre su hermana y su amante. Ja. ¿Cómo podían ignorar el hecho de que ella era la prometida de Mo Yuchen y fue Ye Mingyu quien le robó su hombre?

—Frente a su lápida, había solo una persona que no se había ido incluso después de que el funeral había terminado. Lu Qingfeng estaba de pie con una mirada apagada mientras observaba la inscripción de su nombre. Este joven alguna vez guapo que siempre había prestado atención a la limpieza, permanecía de pie bajo la lluvia.

—Su Xiaofei cerró sus manos en puño a su lado. Ya estaba muerta. ¿Qué podía hacer para que este joven volviera a ser feliz? ¿Realmente tenía que ser testigo de cómo los demás continúan viviendo sus vidas felizmente después de su muerte?

Lu Qingfeng era tres años menor que ella. En el momento de su muerte, Lu Qingfeng ya tenía veinticinco años y sin embargo, aquí estaba, poniendo a descansar los restos de la mujer que amaba mientras que otros hombres de su edad apenas empezaban a considerar formar su propia familia.

Las siguientes escenas fueron borrosas para ella. Su Xiaofei no estaba segura de cuántos meses o años habían pasado, pero al presenciar cómo Lu Qingfeng echaba a la familia de su padre de la casa de su madre, notó que había envejecido y era irreconocible.

—¡Sr. Lu! ¿Por qué está haciendo esto? ¡Esta también es la casa de nuestra difunta Xiaofei! ¿Cómo puede echarnos de nuestra propia casa? ¿Qué piensa que Feifei diría si supiera lo que le ha hecho a su familia? —preguntó Su Haoran a Lu Qingfeng con una expresión pálida en su rostro.

—Esa es precisamente la razón por la cual tengo que erradicar plagas y termitas como ustedes. En cuanto a si Xiaofei estaría complacida con mis acciones, solo ella tiene el derecho de reprenderme —dijo Lu Qingfeng con una maldad que Su Xiaofei nunca había visto en él cuando estaba viva.

Si las miradas mataran, Su Haoran y su familia habrían caído muertos por la intensidad del odio de Lu Qingfeng hacia ellos.

Pensar que el joven muchacho que solía quejarse y seguirla a todas partes cuando eran más jovenes se había convertido en un tirano después de su muerte. Su Xiaofei se sentía culpable por haber convertido en esta persona que estaba mirando. Lu Qingfeng no era una persona habladora, de hecho, era frío con todos a su alrededor, excepto con su abuelo y Su Xiaofei.

Llegó la noche y Su Xiaofei aún se encontraba en la mansión donde solía vivir con su madre. Vio a Lu Qingfeng regresar pasada la medianoche con una urna en sus manos y subiendo las escaleras en silencio antes de entrar en su habitación.

¿Por qué había venido a su habitación? ¿Había echado a su padre y recuperado Bluemedia, la compañía de su madre, para vengar su muerte? No solo eso, también se enfrentó y destruyó Golden Star Entertainment, que era propiedad de la familia de Mo Yuchen.

Su Xiaofei sabía que él había hecho todo eso por ella. Si no, ¿por qué Lu Qingfeng se habría enfocado en sus enemigos y arrasado con el hombre que más le había herido?

Lu Qingfeng no tenía que hacer esto, pero Su Xiaofei nunca entendería que él nunca se había preocupado por otras personas excepto por ella. Ya que Su Haoran, Ye Xing, Ye Mingyu y Mo Yichen fueron los responsables de la muerte de su amada, él estaba dispuesto a enviarlos al más allá si era necesario.

—Xiaofei, tu madre ya está en casa. ¿Estás feliz? —preguntó mientras sostenía la foto de ella que estaba en la mesita de noche con la misma mirada desamparada y miserable que tenía la última vez que estuvieron juntos.

¿Por qué le dolía tanto el corazón si ya estaba muerta? ¿Por qué Lu Qingfeng no podía dejarla ir a pesar del hecho de que ella le había pedido que siguiera adelante y amara a otra mujer?

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