A pesar de pasar días en la cueva, Rosalind continuaba luchando al usar sus Bendiciones simultáneamente. Este desafío continuo alimentaba su creciente frustración. Afortunadamente, Lucas seguía siendo una fuente constante de apoyo, ofreciendo su asistencia siempre que ella lo necesitaba.
Sin embargo, los demás afuera tienen una experiencia muy... muy diferente a la de ellos.
La voz de Magda resonó en el aire, aguda y urgente. —¡Corre! —le gritó a Huig—. ¡Ahora!
Sin un momento de vacilación, Huig y Valentín se lanzaron en acción, sus pies golpeando contra el suelo. Pero su intención no era abandonar a Magda; en cambio, habían creado deliberadamente una apertura estratégica, otorgando a Magda la oportunidad de utilizar su habilidad única.
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