Traje de conejito, salta, salta, salta —— 3

Sin embargo, pronto Mo Xifeng se dio cuenta de que nunca debió haber confiado en su hermana porque un segundo después, su hermana la vistió con un enorme vestido de conejito. No del tipo seductor, sino de aquel que tenía una gran cabeza de conejo con un traje de cuerpo peludo que la hacía parecer un conejo gigantesco de seis pies caminando por las calles.

—¿Cuándo lo compraste siquiera? —Mo Xifeng se quedó sin palabras después de vestirse con el traje de conejito. Miró hacia abajo a sus patas peludas, que eran hiperrealistas y simplemente perdió toda su capacidad para hablar—. ¿Cómo pudo su hermana comprar algo así y por qué? ¿Qué estaba pensando cuando compró ese traje que se parecía tanto a un conejo que uno podría confundirla con uno real?