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—De todas formas, sucediera lo que sucediera, sus hermosos campos estaban aquí en el presente y ella debía apreciarlos —Miró hacia abajo a los dos bebés, quienes se dio cuenta que habían estado mirándola curiosos todo este tiempo —Soltó una risita, inclinándose para darles unos besos. Los sacó del cochecito y caminó por el campo de flores con ellos, contándoles sus nombres y usos. Los bebés no entendían nada, por supuesto, pero les encantaba escuchar la dulce voz de su madre, y se reían todo el tiempo.

—Unos minutos más tarde, volvió al cochecito y acomodó a los gemelos allí nuevamente —Sacó su teléfono, recién cargado con baterías solares, del Espacio y tomó fotos del hermoso paisaje. Con una sonrisa, su video se tornó hacia los pequeñines dentro del cochecito. Los dos niños sonrieron y se rieron como si supieran lo que ella estaba haciendo. Ambos eran muy fotogénicos.