La hora del almuerzo…
Damon se sentó a la cabeza de la mesa del comedor en la casa de la manada y miró a las personas que estaban allí sentadas.
Caden, Tony, Paul, Nate, Greg, James.
El asiento a su izquierda estaba vacío. Ahí se suponía que debía estar Talia. Él tomaría su mano, le cortaría la comida y se la daría, pero ella no estaba allí, y la extrañaba inmensamente.
Nada tenía sentido sin Talia. La comida no sabía bien y los colores del mundo se desvanecían.
Sólo con la ausencia de Talia, Damon entendió cuánto se había apegado a ella. En pocas semanas, Talia se convirtió en una parte integral de la vida de Damon y sin ella, Damon se sentía vacío.
Sí, Talia le dijo que iba a Darkbourne a almorzar con las chicas como parte del plan para aislar a Marcy y hacer que cometiera un error, pero Damon estaba inquieto de tener a Talia fuera de su rango visual. ¿No sabe que siempre se mete en problemas y que algunos chicos al azar se le pegan?
A Damon no le gustaba.
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