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ch 1

En el interior de una cueva en la región del norte de Westeros, un niño no mayor de seis años luchaba por su vida mientras era mientras se desangraba por una herida que había en su pecho. El nombre del niño es Jon Snow, hijo ilegitimo de Eddard Stark, Señor de Winterfell y Guardian del norte. el niño era casi una copia a carbón de su padre, es decir tenía el cabello oscuro y el rostro ligeramente alargado. La única diferencia con su padre era el color de sus ojos, pues no eran grises, sino que eran de un peculiar tono purpura que hizo que muchos creyeran que era el hijo de Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen. Sin embargo, esto estaba muy alejado de la realidad, pues él no era hijo de ambos, sino que era hijo de Eddard Stark y de Ashara Dayne.

El pequeño niño que se aferraba a su vida con toda la determinación que tenía vestía ropas de color gris, las ropas consistían en una túnica de cuero que obviamente cubría una túnica hecha de lana, pues el clima de este lugar era frio. Su vestimenta se completaba con un par de pantalones de lana negros y botas de cuero de muy buena calidad de color negro. Además de sus prendas, Jon llevaba dos cosas más. En su cinturón de cuero llevaba una bolsa rectangular negra con un grabado de dragón en forma de diamante y finalmente, en su cuello, colgando de una cuerda de cuero trenzado había un dije. El encontrar este collar había sido la razón de su actual estado.

Flashback

Jon caminaba por las cercanías del castillo que le había pertenecido a su familia paterna por miles de años. Los pasos de Jon eran suaves y lentos, pues su estado de ánimo no era el mejor y la razón de esto, su queridísima madrastra. No lo malinterpretes, Jon no odiaba a la trucha, pero tampoco la amada. Él era más que todo indiferente con ella.

"Ahhh. Otra vez lo mismo." Dijo Jon entre suspiros cansados. La causa de esto era que su madrastra le había dado esa mirada gélida por superar a su hermano Robb en el entrenamiento con espadas.

Al parecer para la dama de Winterfell no era posible aceptar que Jon era más hábil que su hermano con las espadas. Siempre que Jon le vencía, ella terminaba por darle una mirada tan helada que hacía que un escalofrió recorriera su cuerpo.

"Ella se ha vuelto más problemática desde que padre se fue." Dijo Jon deteniéndose cerca de un enorme árbol que tenía una roca cerca. Subiendo a la roca, se sentó para ver el paisaje.

Los ojos de Jon se posaron en el bosque de los lobos mientras pensaba en los eventos recientes. Su padre había ido a la guerra no hace no más de un mes y medio. La guerra había ocurrido gracias a que el señor de las Islas de Hierro, Balón Greyjoy había decidido rebelarse, por lo que el Rey Robert Baratheon, el rey de los siete reinos de Westeros convocó a sus vasallos para la guerra. Su padre era el señor del norte, por lo que tuvo que partir al sur con los ejércitos del norte. Esto había dejado a Catelyn Stark como la señora de la fortaleza, lo que hacía que jon tuviese que ir con pies de plomo para evitar su gélida mirada.

"Sera mejor que regrese o me meteré en más problemas." Dijo Jon al percatarse de que había pasado mucho tiempo fuera de la fortaleza. Así que de un saltó, se alejó de la piedra. Sin embargo, al momento de aterrizar en el suelo, su pie cayó sobre una piedra, haciendo que su tobillo se doblara ligeramente. El movimiento del tobillo no fue lo suficientemente grave como para causar daño, pero sí hizo que su cuerpo cayera hacia un lado. Lamentablemente para Jon, terminó cayendo en un montón de malezas, las cuales no estaban sobre suelo sólido, sino que se enredaban entre sí, tapando un pequeño agujero que había allí.

El cuerpo de Jon cayó por el agujero y comenzó a rodar hacia el interior. Mientras más profundo iba, más grande se iba haciendo la cueva a la que cayó. Con un ruido sordo, el cuerpo de Jon terminó por detenerse cuando tocó el fondo de la cueva.

"Ay." Dijo Jon mientras lentamente se levantaba. Una vez estuvo de pie, Jon comenzó a mirar la cueva donde estaba.

La cueva era un lugar ligeramente amplio, por lo menos tendría unos siete u ocho metros a cada lado desde donde estaba. A pesar de estar bajo tierra, extrañamente el lugar estaba claro, no al mismo nivel que la superficie, pero era o suficiente como para que alguien pudiese caminar por el lugar.

"¿Qué es este lugar?" se preguntó Jon mirando a la cueva. Al hacerlo, sus ojos vieron que esta continuaba por varios metros más hacia el oeste. Mirando hacia todos lados, Jon comenzó a pensar que hacer. Una parte de él quería salir de allí corriendo, pero otra parte de él, la más rebelde y salvaje, es decir su sangre de lobo como lo llamaba su padre, la cual siempre mantenía bajo control, le gritaba que siguiera y que viera hasta donde iba la cueva. Así que al final, su sangre de lobo venció y con pasos lentos pero firmes comenzó a caminar hacia el interior de la cueva.

Jon estuvo caminando por lo que él pensó que fueron horas, pero la realidad era que solo había pasado no más de media hora. Él había visto la cueva y lo que vio no fue nada más allá de lo que se esperaría de la cueva, es decir, solo vio musgo, tierra, raíces y sintió el continuo olor de moho.

"Esto fue una tontería." Dijo Jon ya comenzándose a cansar de caminar por la cueva. Sin embargo, tras aquellas palabras, su quijada de descolocó cuando vio como las paredes de la cueva dejaron de ser de tierra y se convirtieron en paredes de piedra. Por lo que, poniendo una sonrisa en su rostro, Jon comenzó a correr en dirección hacia la parte más profunda de la cueva. Mientras corría, Jon pudo ver que en las paredes comenzaban a haber grabados. Así que, deteniéndose, vio uno. El grabado que vio Jon mostraba a lo que solo se podía entender como dragones, los cuales aparecían quemando aldeas. El grabado continuaba mostrando a una persona enfrentándose a los dragones y luego derrotando a uno muy grande.

'¿Quién será esta persona?' pensó Jon terminando de ver el grabado. Así que, con dudas, continuó hacia la siguiente pared y vio el siguiente grabado. En este grabado se podía ver que el mismo joven aparecía rescatando a una mujer y luego viajando con ella por varios escenarios, llegando hasta una imagen donde se podía ver al hombre tomando un arco, para luego luchar contra un monstruo que parecía un cruce entre humano y murciélago.

'Este ser parecía ser una de las criaturas de los cuentos de la vieja Tata.' Pensó Jon mientras sentía miedo al ver a ese ser. Negando con la cabeza, decidió dejar de ver ese grabado y pasó al siguiente.

Cuando llegó al otro, vio que en este se mostraba al mismo hombre, pero ahora viajando a una isla y luchando contra seres peludos y gigantes con cabeza de pez. Al final del mismo tallado, se podía ver al hombre enfrentase a otro mientras lucían las mismas armaduras. Al continuar al siguiente vio que ahora se mostraba al joven conociendo a una mujer y que juntos iniciaron varias aventuras más, los vio casarse y tener una familia. Los siguientes grabados mostraron mas aventuras de aquella pareja, llegando incluso a mostrar como el joven tomaba otras mujeres como esposas. Aquellas mujeres eran raras, según la mente de Jon, pues varias tenían alas y otra tenia algunas colas. Sin embargo, cuando terminó de ver aquello, los grabados se volvieron completamente borrosos e ilegibles.

Al ver que ya no había nada más que ver, Jon continuo su camino hasta el final de la cueva. Cuando llegó, se decepcionó, pues lo único que había allí era un pequeño bolso rectangular y un collar. Acercándose, Jon decidió tomar ambos objetos.

'Puedo usar el bolso y tal vez obtenga algunos venados de plata o incluso lunas de plata.' Pensó Jon mirando el colar más de cerca. El collar que Jon tenía en sus manos tenía una cuerda de cuero trenzada y como dije un en que parecía estar hecho de plata con un grabado en forma de un círculo con ocho puntas de lanza rodeándolo con una gema púrpura oscuro en el centro.

Poniendo el collar en el bolsillo de su pantalón, Jon comenzó a buscar el camino de regreso a Winterfell sin percatarse de que la gema del collar brilló de color purpura por un segundo.

Fin Flashback

Jon siguió sintiendo como la sangre se filtraba de su cuerpo al exterior, pero a pesar de eso, se negaba a darse por vencido. Sin embargo, su fuerza de voluntad no fue suficiente, pues en un momento después, su mente comenzó a sentirse más ligera mientras veía un punto negro en la parte inferior de su visión.

'Padre, Robb, Sansa…' Pensó Jon mientras comenzaba a ver a los mencionados en su mente. Lo último que vio cuando su mente se esfumó, fue una brillante luz purpura.

En otra cámara de la misma cueva, la cual estaba no muy lejos de donde Jon había perdido el conocimiento, se podía ver a una persona mirando al mencionado niño descansando. La persona que lo miraba era un hombre de unos treinta años cuyo cabello largo era negro como la noche. Sus ojos de color verde tenían una extraña peculiaridad y es que su pupila no era redonda, sino que era en forma de cruz. Una recortada barba negra adornaba su rostro, el cual mostraba una expresión serena. Además, de lo anterior, el vestía ropa hecha con pieles de animales y poseía una extraña aura que brillaba en color dorado a su alrededor.

El nombre de este hombre era Edzard Rolandson y actualmente era un alma que se encontraba encadenada a un objeto. Edzard vio como el niño, al cual había salvado de morir desangrado, descansaba plácidamente sobre dos capas de piel, las cuales tomó de la bolsa encantada que el niño había encontrado.

"Vaya, esto no me lo esperaba." Dijo Edzard mirando al niño en el suelo. "Me pregunto quién eres, mocoso y como terminaste en tal mas estado. Aunque has tenido suerte, de no ser porque hallaste mi amuleto y mi bolsa encantada, estarías muerto ahora mismo."

Luego de aquellas palabras, Edzard cerró los ojos y descansó un poco, pues era más que notorio que el chico no despertaría por un buen rato. Luego de lo que fueron horas, Edzard abrió los ojos y vio como el chico ya había despertado.

'Wow. Parece que ya ha despertado.' Pensó Edzard mientras se acercaba al niño. Tomándolo por el brazo de manera rápida, Edzard puso su mano izquierda en la cabeza del niño y en un solo segundo le leyó la mente con magia de la mente.

Una mueca apareció en el rostro de Edzard, pues vio que el niño no había tenido una infancia fácil, pero tampoco una difícil. También, aprendió que el niño se llamaba Jon Snow y que era el hijo ilegitimo del señor de las tierras circundantes de lugar donde estaba actualmente. También aprendió sobre la familia de Jon, sobre la sociedad en la que vivían, sus orígenes y una que otra cosa más.

'En serio, este mundo es raro. No entiendo por qué crear una sociedad donde todo gira a tu estatus de nacimiento y no a tus logros. Si… este mundo se está yendo a la mierda.' Terminó de pensar Edzard al mismo tiempo que sacaba su mano de la cabeza de Jon, pues ya no había nada más que pudiera saber sobre él.

Alejándose, vio como Jon comenzaba a mirarlo con miedo. Así que, para calmarlo, usó la mejor sonría amistosa que podía poner. 'Espero que funcione, ella siempre decía que funcionaba.'

Edzard vio como Jon lo miraba durante lo que se sintieron horas, pero el miedo en los ojos del niño comenzó a desaparecer.

"H-hola, ¿señor?" preguntó Jon entre tartamudeos. Para luego moverse rápidamente y comenzar a ver a su alrededor con cautela. "¿Dónde estoy? ¿Cómo es que sigo vivo?"

Edzard escuchó al niño hablar y sentándose frente a él, le respondió.

"Estas en una cámara no muy lejos de donde estabas agonizando." Respondió Edzard para luego señalar el pecho de Jon. "Por cierto, te he curado."

Los ojos de Jon se abrieron con sorpresa al escuchar eso, pero soltó un suspiro de alivio.

Al ver al niño ya más tranquilo, Edzard decidió presentarse como se debía. "Me llamo Edzard Rolandson Cumberland. Es un gusto ver que estas despierto, Jon Snow."

Los ojos de Jon se abrieron como platos tras escuchar a Edzard llamarlo por su nombre. Una parte de él estaba asustada, pues no se esperaba que lo reconocieran tan rápido. Sin embargo, lo que vino a continuación lo asombro aún más.

"Por la expresión de tu rostro estoy seguro de que piensas de que te he reconocido como el hijo del señor supremo de estas tierras, ¿verdad?"

Jon asintió con la cabeza.

"Pues en eso te equivocas, ya que lo aprendí de otro método."

La respuesta de Edzard solo hizo que Jon se confundiera más. Aunque, antes de que el hablase, Edzard le interrumpió.

"Podemos seguir con la charla sobre cómo se tu nombre más rato. Lo único que me interesa saber es como pudiste obtener ese collar." Dijo Edzard señalando el collar que sobresalía ligeramente de la túnica de Jon.

Al ver donde apuntaba el dedo de Edzard, Jon miró el collar y comenzó a contarle donde lo había encontrado.

"Ya veo." Dijo Edzard al terminar de escuchar el relato de Jon. Luego de eso, miró al niño y vio que este tenía muchas dudas, por lo que le indicó que preguntase.

Las preguntas de Jon fueron sencillas, pues le preguntó que donde vivía, porque brillaba y si era el dueño del collar y la bolsa que había encontrado. Estas preguntas fueron respondidas de manera sencilla por Edzard, quien en todo momento le dijo a Jon la verdad. De hecho, el ultimo hijo de Akatosh se rio de Jon cuando este casi se orina en los pantalones cuando le dijo que él era un fantasma. Le tomó un buen tiempo convencer al niño de eso y cuando lo hizo, también terminó por hablar de todo. Sobre todo, de que él estaba atrapado en el interior de ese amuleto.

Aquella respuesta no hizo más que hacer que Jon le pregunte que como era eso posible. A lo que él respondió diciéndole que estaba allí por magia, lo que causó que el niño negara diciendo que la magia no existía. Por supuesto, que aquella afirmación hizo que el orgullo de Archimago que poseía Edzard le mostrara que si existía la magia. Cuando el pequeño niño vio la magia por primera vez, se asustó, pero luego la miró fascinado y eso los llevó a la actual situación.

"¿Puedes enseñarme a usar magia?" preguntó Jon con determinación.

Aquella pregunta hizo que Edzard parpadeara varias veces con confusión, pero luego puso una sonrisa. "Podría hacerlo, pero antes de siquiera pensar en enseñarte a usar magia responde algo, ¿Por qué quieres aprender magia?"

Jon se quedó en silencio unos momentos, pensando en la respuesta. Cuando al fin creyó tener una buena, se la dijo a Edzard.

"Quiero aprender magia para poder hacerme un nombre y dejar de ser solo el bastardo de Winterfell."

Al oír esas palabras, Edzard miró al niño y sintió lastima por él. Y es que a pesar de haber visto lo que pasaba en la vida de este niño, nunca esperó que su trato fuera tan malo. Es decir, en sus recuerdos nunca vio que lo trataran mal, tal vez algunos eran fríos con él, pero hasta ahora no había sido maltratado.

'Aunque, puede que el problema no sea físico, sino afectivo y emocional.' Pensó Edzard. Mirando más de cerca a Jon, Edzard decidió hacer algo, por lo que cerrando ambos ojos y juntando una gran cantidad de magia, usó un poder que rara vez usó durante su vida, usó «La Vista».

«La vista» es un poder que le permite a su usuario ver el futuro más probable ya sea de sí mismo o de otra persona. Usando este poder en el niño, vio que su vida acababa en un gran muro de hielo, siendo asesinado por sus camaradas.

'Vaya, que final más indigno para alguien con tanto potencial en la lucha con armas.' Pensó Edzard al ver como el chico había mostrado ser un muy buen espadachín en la visión. 'Tenía muy buenas habilidades, pero su mentalidad de pensar que era menos por ser un bastardo solo hizo que reprimiera su potencial, tanto en el combate como con la magia. Una magia que nunca había visto, si soy sincero conmigo mismo.'

Tras esos pensamientos, Edzard siguió mirando a Jon, hasta que finalmente decidió hacer algo por él.

"Dime Jon, ¿estarías dispuesto a dejar a tu familia para ir en un viaje para convertirte en alguien que pueda hacerse un nombre por sí mismo?" preguntó Edzard de manera seria.

Las palabras de Edzard dejaron hecho piedra a Jon, pues no esperó que le hiciesen esa pregunta.

'¿Podría irme de Winterfell y dejar a todos?' pensó Jon mientras a su mente llegaban las imágenes de sus hermanos y su padre, del maestre Luwin, de Ser Rodrik, de la vieja Tata y de muchas otras personas más. 'Y-y-yo…. ¡No, Jon! ¡Tienes que ser fuerte! Debo hacerlo, no puedo quedarme para siempre en Winterfell. Cuando sea mayor solo habrá dos opciones para mí, irme al muro con el tío Benjen o vivir de la misericordia de Padre y Robb. Pero si inicio ese viaje obtendré algo que puedo llamar mío, algo que nadie me podrá quitar o decir que se me dio por ser hijo de Lord Eddard Stark.'

Al momento de pensar eso, la sangre de Jon comenzó a correr con más fuerza. Una fuerza de voluntad que no había creído tener se hizo presente en su ser. Había pasado algo que nunca había pensado que sentiría, pues en este mismo instante su sangre de lobo y su sangre dorniense comenzaron a emocionarse y en su ser comenzó a aflorar un deseo, un deseo que Edzard conocía muy bien, pues en su tiempo también lo sintió, un deseo de salir a aventurarse y ver el mundo.

Una sonrisa apareció en el rostro de Edzard, pues vio como el rostro de Jon pasaba de la confusión a la determinación.

"Parece que has tomado tu decisión, ¿Verdad?"

Jon miró a Edzard y asintió con fuerza.

Tras aquella respuesta, Edzard comenzó a decirle a Jon que debían de viajar hoy mismo, pues cada dia contaba para que él se convierta en un verdadero guerrero. Además, de que tenían que buscar un buen lugar para entrenarlo, pues ni esta cueva, ni el norte eran lugares adecuados para esa labor.

Eso por supuesto hizo que Jon mirara a Edzard confundido. "¿Por qué no es adecuado?"

Edzard miró al techo y suspiró antes de hablar. "Ahh… Mira Jon, este lugar es controlado por tu familia, por lo que alguien podría reconocerte y eso serian muchos problemas. Además, es posible que tu madrastra haya enviado a gente a buscarte. Y antes de que digas que es imposible, piensa, tú eres el hijo de su esposo y no crees que podrían acusarla de algo si desapareces cuando él no está."

Las palabras de Edzard hicieron eco en la mente de Jon, quien por un segundo pensó en volver a Winterfell, pero luego de unos segundos, decidió no hacerlo.

"Ahora, si quieres que te enseñe todo lo que puedo, debemos de buscar un lugar donde pueda hacerlo sin que nos interrumpan."

Jon se llevó la mano al mentón y comenzó a pensar donde podría ir para que Edzard le enseñase. Lamentablemente, no podía encontrar uno, por lo que miró a Edzard y le pidió que le diga donde podría ir a entrenar.

Edzard se levantó y moviendo su mano derecha, metió la mano en la bolsa que había tenido Jon y de allí sacó una pequeña caja dorada con gemas verdes. Esto asombró a Jon, quien vio que ya no tenía la bolsa. Por un segundo, estuvo tentado a decirle a Edzard que se la devuelva, pero luego recordó que el collar era de Edzard, por lo que esa bolsa también era de él.

"Bueno, porque no vemos que sitio es el mejor." Dijo Edzard poniendo la caja en el suelo, para luego presionar una de las gemas.

La caja brilló y se desarmó, formando una estrella de nueve puntas. De cada una de las puntas, donde había una gema, salió un rayo blanco. Aquellos rayos se unieron en uno solo, el cual que terminó dirigiéndose al techo de la cueva. Una vez que estuvo en el techo, se formó un mapa completo del continente de Westeros.

"Ummm. Como te dije hacer rato, no podemos quedarnos en el norte, pues son vasallos de tu padre y te reconocerán rápidamente. Riverlands, ni hablar, son el territorio de la familia de tu madrastra, por lo que te asesinaran ni bien te vean. El resto de los lugares no tengo conocimiento, pues tu no conoces casi nada de ellos, pero si aprendí que la fe que allí hay hará que te quemen vivo si te descubren haciendo magia. Lo que solo nos deja un lugar." Dijo Edzard para luego señalar con su dedo un lugar muy al norte, el cual estaba más allá de una muralla.

EL rostro de Jon se puso blanco como la nieve al ver el lugar que señalaba Edzard.

"N-no. ¡Ese lugar está lleno de caníbales que comen niños!" gritó Jon presa del pánico.

Edzard miró a Jon y sonrió divertido por la expresión del niño.

"No está lleno de caníbales, bueno, puede que, si haya algunos, pero no creo que haya muchos." Dijo Edzard con una sonrisa tranquilizadora. "Además, si te atacan, te defenderé."

"¿Me defenderás?" preguntó Jon con confusión, pues recordó que Edzard era un alma atrapada en una gema.

"Así es."

"Ya veo…"

Edzard puso una sonrisa y posando una mano en la cabeza de Jon, habló.

"Tranquilo, que para cuando tu entrenamiento termine, no habrá nadie en este mundo que te pueda parar."

Tras esas palabras, Edzard movió su mano de la cabeza de Jon y agachándose, tomó una de las capas en las que el niño había estado descansando.

"Bueno, llegó el momento de irnos." Dijo Edzard lanzándole una capa a Jon.

Jon atrapó la capa y colocándosela, comenzó a seguir a Edzard, quien había comenzado a caminar.

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