—¡En cuanto la policía habló, la escena entera estalló en un alboroto!
—Shen Ruojing también se quedó desconcertada.
En este momento, Shen Yuansong se adelantó e intentó detenerlos. —¿Hay algún malentendido aquí?
Los dos policías respondieron:
—Ya sea que haya un malentendido o no, simplemente necesitamos investigar llevándola con nosotros.
Chu Cichen frunció el ceño y avanzó, diciendo, —¿Tienen alguna evidencia? Incluso si alguien lo reportó, no pueden llevarla sin evidencia.
—Por supuesto que la tenemos. El Sr. Dugu nos proporcionó algunas pruebas. Aquí está la orden de arresto y por favor cooperen con nosotros. —Habían traído la orden de arresto, dejando claro que estaban bien preparados.
Dugu Xiao se burló al costado y dijo:
—China es un país que respeta la ley. No creo que la señora Shen cause dificultades a los dos policías, ¿verdad? Cuando sonreía, era muy conspicuo. Su mirada estaba fija en Shen Ruojing, llena de odio y también de admiración.
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