Bai Ke

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Ye Chen entrecerró los ojos. Vio a un joven en sus veintitantos de pie frente a él. Su cabello largo estaba suelto y su cara era siniestra. Aparte de su rostro, su cuerpo entero estaba cubierto de escamas negras moradas.

Un par de ojos rojos brillaron con luz sedienta de sangre mientras su mirada barría a Ye Chen y Zhu Liang, revelando una sonrisa cruel.

Lo que sorprendió a Ye Chen y Zhu Liang fue que el aura de esta persona era extremadamente poderosa.

Aunque solo era un experto de etapa intermedia del Reino de Integración Dao, el aura que emitía era varias veces más fuerte que la de Lin Yang demonizado.

—¿Es esta la persona de la que hablabas? —preguntó Ye Chen a Zhu Liang.

Zhu Liang asintió con una expresión solemne. Miró a la figura demoníaca y dijo:

—Hermano Mayor Bai, por favor cálmese. No sé qué tipo de rencor tienen Lin Yang y Wan Xin con usted, pero no tiene nada que ver conmigo. No estamos aquí para matarlo, sino para hacer un trato con usted.