Altar Rojo

—Basta, Kulas. Me alegro de que hayas salvado mi vida. Lo que le pasó a Gu Lim no fue tu culpa. Es culpa de Gu Lim por iniciar la pelea, así como mía por terminar con su vida —dijo Tian Yang con una sonrisa tranquila en su rostro, casi como si ya hubiera aceptado su destino.

—De todos modos, si no tienes intención de dejarme solo, ¿deberíamos comenzar nuestro camino hacia la segunda sección?

—Así que finalmente empezaremos a explorar la tumba de verdad, ¿eh? ¿Sabes por dónde empezar? —Kulas asintió.

—No. Ni idea. Supongo que podemos simplemente vagar como hicimos para las pruebas y esperar lo mejor —Él negó con la cabeza.

—Está bien, pero a diferencia de la primera sección, habrá bestias mágicas y trampas peligrosas innumerables esperándonos. Tenemos que movernos con cuidado.

—Eso es obvio —Tian Yang asintió.

—Por cierto, ¿en qué dirección está la segunda sección? —Él miró alrededor y preguntó.

—Ni idea, pero podemos preguntar —Kulas se encogió de hombros y dijo.