Asedio de la Espira Carmesí (18)

—Sunny se balanceó un poco y luego miró hacia abajo hacia su sombra.

La sombra parecía estar sufriendo. Estaba encorvada, sujetándose el pecho con una mano y saludándolo con la otra. Cuando se dio cuenta de que Sunny lo miraba, señaló desesperadamente hacia sí misma.

—¿Qué... qué está tratando de decir este tipo?

¿Estaba sufriendo un ataque al corazón? No, por supuesto que no. Eso sería ridículo. Las sombras no tienen corazones…

Entonces, ¿a qué apuntaba?

Sunny frunció el ceño.

La sombra era su reflejo. Entonces tal vez no estaba señalando su propio corazón, sino el de él.

Pero su corazón se sentía bien. ¿Qué más había para señalar?

De repente, sus ojos se abrieron.

El núcleo del alma. El núcleo del alma normalmente se superponía sobre el corazón de un humano…

Con un estremecimiento, Sunny se sumergió en el Mar del Alma.