—No sé si son los hombres de Sanders o de los Duncans los que se precipitaron aquí. Ahora, nosotros y los hombres de Kingsley estamos rodeados.
—¿Dónde está Jeanne? —Al pensar en esa mujer, Nox se llenó de ira.
—Está con Kingsley.
—Maldita sea. Que no la vea yo de nuevo —dijo Nox con saña.
—Lo más importante ahora es averiguar quién está detrás de todo esto. —Había urgencia en la cara de Edward.
Como no podían determinar quién era, no podían garantizar la seguridad de Jeanne.
Estaría bien si eran de los Sanders.
Si era de los Duncans...
—Son de los Duncans —confirmó Nox.
—Edward frunció el ceño.
—Esto. —Nox sacó un pequeño dispositivo de rastreo.
La expresión de Edward cambió.
—Los Duncans me lo dieron y me dijeron que lo lleve conmigo sin que tú lo supieras. Edward, no me culpes. No quería que te murieras. —Nox no lo ocultó.
No había necesidad de ocultar nada entre hermanos.
Aunque Nox haya desobedecido sus órdenes, Edward no dijo nada en ese momento.
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