Noah revolvía su pajita dentro de su vaso de limonada. Ojalá supiera cómo ayudar a Violeta, quien realmente no sabía cómo lidiar con las relaciones interpersonales. La razón principal por la que se llevaban tan bien como lo hacían era porque él la entendía lo suficiente como para saber que ella no quería ofender realmente a nadie.
—¿Has intentado hablar con ella al respecto?
Violeta se estremeció. —¡De ninguna manera! Ya sabes que no puedo enfrentar situaciones. Ugh, desearía que las cosas no fueran tan incómodas cada vez que nos asignan partes. Ya sabes que nuestro próximo espectáculo es El Cascanueces. Tendremos presentaciones a lo largo de diciembre. Ella tiene el corazón muerto en ser el Hada de Azúcar de Ciruela. Temo que nunca me perdone si yo termino interpretándolo en su lugar.
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