No Soy Un Llorón

Después de dejar la casa de la familia Hank y regresar a su apartamento, Sonia se dejó llevar por la autocompasión y pasó el resto de la mañana hasta su reunión, llorando.

Se sentía devastada por el repentino cambio que había dado su vida y su relación.

Todo había estado yendo tan perfectamente en su vida y de repente todo estaba patas arriba.

¿Cómo fue que todo terminó tan mal? Hace menos de cuarenta y ocho horas, ella y Bryan habían estado hablando de envejecer juntos y ahora él estaba hablando de tomarse un descanso.

¿Dónde se equivocó? Sonia se preguntó a sí misma mientras se levantaba de la cama después de un tiempo y se sonaba la nariz ruidosamente en una servilleta antes de limpiarse las lágrimas.

¿Qué hizo que estuvo tan mal? Tal vez, si pudiera repasar todo lo que sucedió entre ellos, sabría exactamente qué hizo para merecer ser tratada así por Bryan.