¡Rendirse!

Al ver que ÉL estaba aquí, Fex no sabía qué hacer. Aunque los tres no se consideraban débiles. No había ninguna posibilidad en su mente de que los tres pudieran derrotar a alguien tan poderoso como la persona frente a ellos.

Su única opción era escapar, pero ¿cómo lo harían? El líder de los castigadores, el controlador de sombras que iba mucho más allá de lo que Quinn podía lograr. Si intentaran algo, podría detener su escape en un instante.

—¡¿Quién demonios es este tipo?! —preguntó el Agente 11, preparando su espada—. Había lidiado con muchos V en la isla, pero ¿qué tenía de diferente este?

Al segundo siguiente, Arthur levantó su mano y una sombra apareció directamente detrás del agente. Su cuerpo fue absorbido y desapareció de la habitación en la que estaban, justo así.

—Podía decir que iba a ser un poco molesto, —dijo Arthur—. Pensé que era mejor deshacerme de él. Tú. —Arthur señaló hacia Fex, haciéndolo saltar hacia atrás, pensando que iba a hacer lo mismo.