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182)Revelación a Penélope(Parte 2)

Penélope miraba a su alrededor, observando las pocas cosas que componían el lugar mientras la arrastraba. Le explicaba algunas cosas aquí y allá, hasta que llegamos a otro de los extremos de esta zona de edificaciones. Terminamos frente a un gran edificio, relativamente cuadrado o rectangular, bastante alto. Tenía un aspecto no muy moderno en arquitectura, pero era claramente recién edificado.

"Y aquí está la fábrica de conservas. Este es un edificio especial, es tal cual su nombre dice, y como los demás, es automático sin necesidad de operadores. Pero lo verdaderamente especial está en otra cosa."(Red)

"¿Qué cosa?" preguntó, ya no con la sorpresa impactante que tenía antes sobre el lugar, sino más bien con una intriga y emoción real, como la de un niño ante algo maravilloso y nuevo.

"Muchos edificios aquí tienen funciones especiales, mágicas, algunas rompiendo las propias leyes del mundo, y este es uno de ellos. Aquí ingresas alimentos, casi cualquiera que puedas pensar. No aseguro todos porque no tuve la oportunidad de probarlo. Una vez hay alimento para procesar, la fábrica lo convierte en conservas, latas para ser más específico." Le expliqué mientras me acercaba a uno de los lados de la fábrica donde parecía haber un marco cuadrado con una tabla, una especie de pequeña ventanilla.

"Esta es la ventanilla para recibir productos de prueba por si no quieres entrar a la fábrica."(Red)

Poco después de acercarnos, con una orden mental, varias latas fueron empujadas por la tabla hasta estar frente a nosotros. Me acerqué y tomé una de las latas, lanzándola a las manos de Penélope.

Penélope miró la lata. Era cilíndrica y bastante grande, tenía 10 cm de diámetro y 15 de alto. En ella no se podía ver nada más que el color metálico. Además de la propia estructura de la lata, no había nada más que pudiera distinguir el contenido, ningún escrito o etiqueta.

"Esta contiene tomates en conserva. Tiene una vida útil de un año desde su fabricación, o mejor dicho, desde que es retirada de la línea de producción. Se puede configurar la forma y tamaño de la lata, pero lo establecí así por el momento." Volví a tomar la lata de las manos de Penélope para abrirla mientras seguía explicando. "La fábrica se puede mejorar como los demás edificios. Puedo mejorar la velocidad de producción, mejorar las latas, agregar tipos/metodos de conservas diferentes, agregados estéticos, así como la vida útil de las conservas, entre otros."

Abrí la lata y saqué un tenedor de mi inventario, entregándoselo a Penélope. Ella tomó el tenedor y luego miró el interior de la lata en mi mano extendida hacia ella, y también la agarró. Pinchó una de las rodajas de su interior y la sacó para observarla y olerla antes de llevársela a la boca.

"¿Cómo está?"(Red)

"Bien... supongo, como... comida en conserva." Respondió, estaba emocionada, pero era más por todo el proceso y el producto que por el sabor tan común que tenía.

"Bueno, creo que también se puede mejorar el sabor. Este es solo parte de los productos de prueba. Estaba experimentando con diferentes alimentos y formatos. En lugar de rodajas, también podría haber sido puré de tomate. Debería haber una lata de eso por ahí. Tampoco perdí la oportunidad de probar cosas más interesantes. También debe haber una lata de hojas de abedul, una de carne de serpiente, unos caramelos de Honeydukes y una de mandrágora..."(Red)

"¡¿Mandrágora?!" preguntó sorprendida.

"Probé muchas cosas. Siempre que se pueda comer, se puede usar," dije, evitando mencionar la lata de carne de unicornio experimental. "Pero, en fin, eso no es lo que hace especial a esta fábrica."

"¿No?"(Penélope)

"Bueno, sí, eso también, pero lo que te hablaba antes es que... esta fábrica no sigue los principios o la lógica que conocemos."(Red)

"¿?"(Penélope)

"¡Esta fábrica puede producir comida de la nada!" dije con emoción. "Te explico, una vez colocas una cantidad de alimentos para ser procesados, la fábrica no devuelve latas proporcionales a la materia prima introducida, ¡sino un 25% más! En cierto sentido, cada lata se llena hasta el 75% y el otro 25% se completa automáticamente... y lo mejor de todo es que esto también se puede mejorar. ¿Te imaginas poder mejorarlo hasta el punto que una misera cantidad de alimento pudiera llenar una o quizás varias latas? ¡La producción podría ser masiva y casi sin costo! Con esta fábrica podríamos solucionar el hambre del mundo, produciríamos alimentos al punto de que a nadie le faltara un plato de comida en la mesa. No sé si el mundo mágico tiene problemas alimenticios, pero el mundo Muggle sí. Con esta fábrica podríamos crear comida gratis para todos... ¡¿No es emocionante?!" dije tratando de mostrar pura emoción por la idea.

Penélope se quedó con la boca abierta, casi soltando la lata en su mano. La idea que presentaba era poco lógica, no porque no fuera posible generar tanta comida, sino porque entendía que entregar alimentos a todo el mundo no era plausible por muchos factores, especialmente el egoísmo humano. Pero frente a una fábrica 'mágica' que podría crear comida de la nada y al chico frente a ella que parecía hacer cualquier locura que se proponía, no podía evitar dudar si la idea de 'acabar con el hambre en el mundo' no era tan descabellada como pensaba.

Pensó en lo que podría implicar esto. Si Red pudiera construir más fábricas... si los campos de aquí produjeran la comida mínima necesaria... si Red produjera esa comida, aunque no la regalara... si Red la vendiera... Los ojos de Penélope se abrieron pensando en todas las plantas mágicas que podría poner en conservas. Aunque no se sabía si tendrían el mismo efecto que en su forma normal, poder vender ingredientes de pociones a granel y a bajo costo no solo arruinaría a muchas empresas y familias enteras que tenían esos monopolios, sino que haría una fortuna. Tenía el poder de destruir por completo la economía.

"Eres un monstruo," respondió sinceramente ante el poder que tenía Red en sus manos.

"Jeje, sí, lo sé, pero aún no te digo lo siguiente."(Red)

"¿Qué?" preguntó, esperando que lo próximo que dijera fuera y no fuera tan impactante como todo lo demás.

"Además de la fábrica, hay muchos más edificios con la misma modalidad. Hay un aserradero que produce más madera, una fundición que genera más lingotes de metal, una planta potabilizadora de agua y muchos más..."(Red)

Esto la dejó un rato perdida en sus pensamientos, tratando de aceptar cuán poderoso me estaba volviendo, y no solo de un modo mágico. Imaginaba que quizás en unas décadas, 'Industrias Red' dominaría el mercado del mundo mágico y quizá también el muggle.

La saqué de su trance sujetándola nuevamente y arrastrándola hacia nuestro último objetivo.

"¿Qué vamos a ver ahora?" preguntó, un poco insensibilizada. Ya tenía mucho para digerir y no creía que hubiera muchas cosas que pudieran sorprenderla más.

"Vamos a ver a la otra persona que actualmente está habitando aquí," dije mientras la llevaba a la única casa que era particularmente eso, una casa.

Llegamos a un edificio de dos pisos, con una arquitectura un poco antigua pero bastante agradable y apacible. Se podía decir que tenía un aspecto hogareño. Llamé a la puerta de la casa con Penélope a mi lado, que miraba con curiosidad, esperando conocer a quien vivía allí. No tuvo que esperar mucho, pues una bruja con el ceño fruncido y una expresión de "Otra vez tú" abrió la puerta.

"¿Qué quieres ahora?" preguntó con total desprecio.

"Entré al [Feudo] por esa dirección, ve, atraviesa la grieta que dejé y llegarás a una casa muggle. Necesito que te encargues de los padres de Penélope," dije señalando a la chica a mi lado. "Ella va a estar ausente durante un rato, no sé cuánto, y no quiero problemas. Un Confundus debería estar bien para que piensen que está en la casa de una amiga," le ordené.

"¿Mi mamá...?" reaccionó Penélope a mis palabras, pero fue interrumpida por el repentino arrebato de Eileen.

"¡Yo no soy tu recadera!" gritó furiosa, casi escupiéndome. "Búscate a alguien más para resolver tus problemas. ¡No soy tu esclava! Ya es suficiente con lo que tuve que hacer para ti estos días como para que me ordenes hacer una de tus mierdas por un coño."

"No vamos a hacer esto otra vez," la interrumpí antes de que empezaran horas de insultos. No tenía ganas de pasar por eso ahora y Penélope se estaba asustando. "¿Tenemos esta conversación cada vez? Ya te lo expliqué, tu esposa trabaja para mí. No importa lo que quieras, estamos todos metidos en esto. Mi misión será tu misión."

"¡Tú...!"(Eileen)

"Solo haz esto y luego de que Andra termine su misión les daré unas vacaciones para que se la pasen follando o haciendo lo que quieran por un tiempo," dije mientras la agarraba y la sacaba de la casa, y entraba empujando también a Penélope. "Recuerda que no te pueden ver, y por cierto, te usamos la casa," terminé antes de cerrarle la puerta en la cara.

Penélope y yo estábamos ahora dentro de la casa mientras Eileen seguía lanzándome insultos, uno tras otro. Decidí ignorarla por el momento; tenía cosas más importantes en mente y la conocía lo suficiente como para saber que, aunque me odiara a muerte, haría lo que le pedí por su esposa.

"¿Ella era...?" preguntó incómoda Penélope, esperando que la otra habitante de este extraño mundo fuera diferente o al menos menos agresiva.

"Era la mamá de Snape."(Red)

"¡¿LA MADRE DEL PROFESOR SNAPE?!" gritó impactada.

"Sí," respondí mientras la guiaba hacia el piso superior.

"¿Pero... cómo?"(Penélope)

"Es complicado. Luego te lo explicaré, pero si te sirve de consuelo respecto a todo lo que hizo Snape durante tu vida escolar, te diré que me la coji"(Red)

Penélope se quedó boquiabierta por lo que dije, pero en su mayoría lo creía. Ya había presenciado demasiado como para dudar de mis palabras. Estaba tan absorta en la noticia que apenas se dio cuenta cuando entramos en una habitación en el piso superior.

"Bueno, la cama está ordenada, qué buen detalle por parte de Eileen," comenté.

"¿Por qué estamos...?" Penélope comenzó a preguntar, pero se sobresaltó cuando la agarré y la lancé hacia la cama. "¡Ahh...! ¿Pero qué...?"

La joven estaba conmocionada, apenas tuvo tiempo de hacer la primera pregunta de muchas otras que tenía cuando me abalancé sobre ella quitándole la ropa por medios mágicos y físicos, al punto de que posiblemente su ropa tendría que ser descartada.

Su mirada fue la de puro terror cuando vio lo rápido en que su parte inferior había perdido toda cobertura. Antes de que siquiera pudiera gritar debidamente, ya había sujetado sus caderas y la había levantado hacia mí, colocando sus piernas sobre mis hombros y la alcé, permitiendo que mi boca tuviera fácil acceso a todo su ser.

Con la misma intensidad que tendría un moribundo en el desierto al encontrar un oasis, empecé a comerle el coño con ferocidad, pero no menos habilidad.

"¡AGGghhh...!" Soltó un gemido por mi repentino ataque. Sintió como si el mundo empezara a agitarse, apenas sintió el contacto de mi lengua con su frágil carne, una corriente atravesó su cuerpo.

Use mis brazos para rodear su estómago y la acerqué con fuerza cada vez mas hacia mi cara, zambulléndome en su intimidad. A pesar de estar esforzándome por hacer que vea estrellas, no perdí mi oportunidad de saborear cada trozo de esta belleza a mi merced.

No dire que tiene un sabor literalmente 'sabroso', pero relativamente si es embriagador. Lamiendo sus labios, sus carnes internas, el pequeño botón en la parte superior... quizás el pequeño arbusto sin recortar arruinó un poco mi degustación al atragantarme con algunos vellos, pero no me detendría.

Era tan sabrosa que casi quería darle una buena mordida a este pastel, pero sabía que era mala idea. Una sola experiencia cuando accidentalmente mi verdadera dentadura apareció mientras practicaba fue suficiente para que no quiera repetirlo, demasiada sangre, incluso para mí, arruina el momento.

Era encantador, probar algo tan 'Delicioso' mientras veía como Penélope se retorcía, apenas teniendo fuerzas para intentar liberarse. Parecía un pez fuera del agua tratando de soltarse. 

Sabía exactamente como volverla loca, aprendí lo suficiente con las enseñanzas de Andra como para no tener que usar [Éxtasis], pero aun así lo hice para hacer que este momento quedara grabado en su mente para siempre.

"POrr... f-favor... par-ra..." Suplico mientras agarraba las sabanas de la cama.

En un lapso de menos de cinco minutos, creo que ni siquiera llagaron a dos, mientras Penny no dejaba de retorcerse como si miles de hormigas atacaran su cuerpo, que repentinamente se tensó y me brindó su dulce néctar de felicidad.

La bulliciosa habitación pareció silenciarse mientras ella jadeaba con fuerza tratando de calmarse, detener su corazón hiperactivo y recuperar su visión borrosa. Deseo hablar, gritarme, llorar y muchas otras cosas más, pero apenas podía coordinar lo que hacía su cuerpo con lo que pensaba, pero desgraciadamente no tuvo mucho tiempo de recomponerse.

Esto solo era el comienzo para ella, poco tiempo después de saborear lo que me había dado y dejarle respirar por unos segundos, mi boca que ni siquiera se había alejado de su coño empezó a comerla una vez mas. 

Penélope abrió los ojos y parecía que deseaba morir por un segundo cuando sintió que su sensibilidad le hacía sufrir el placer que le estaba dando nuevamente. Gritó con aún mas fuerza que antes mientras continuaba mi trabajo, pataleando aún mas fuerte, clavando sus talones en mi espalda y extendiendo sus manos para tratar de alejarme, pero no era rival para mí.

Degusté cada parte de su cuerpo mientras la miraba con intensidad, sin detenerme, ni siquiera cuando convulsionó fuertemente al alcanzar el clímax por segunda vez. Y para su sorpresa, tampoco me detuve ahí; continué hasta que casi se desmayó con un tercer orgasmo. Finalmente, la solté y su cuerpo se desplomó sobre la cama, con pequeños espasmos que indicaban que aún estaba viva, a pesar de su expresión moribunda.

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