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Capítulo 146: 25 de diciembre

Día 25, la familia estaba reunida y disfrutaba del tiempo juntos. La casa Scamander estaba llena de alegría, especialmente después de los regalos que se habían distribuido, sin mencionar los más mágicos entregados la noche anterior.

El día transcurrió tranquilo pero animado, tanto en la casa Scamander como en la casa Evans. La Navidad era un momento alegre para muchos y esa emoción se contagiaba, especialmente si el [Mercader] tenía nuevos productos. Había varios objetos curiosos que se comprarían si se contara con los fondos suficientes.

...

Estaba anocheciendo una vez más y estaba hablando con los adultos en la casa Scamander. Después de presenciar algunas de mis habilidades, la curiosidad sobre mí había aumentado aún más.

"Entonces, ¿no eres un mago?" preguntó Jacob Kowalski.

"No, soy algo diferente", respondí un poco cansado por esa pregunta.

"Pero ¿puedes hacer magia?" (Jacob )

"Sí, pero es una magia diferente..." (Red)

Mientras la conversación continuaba, desde mi posición pude ver cómo las niñas de la casa, nietas de Newt y Tina, estaban arrastrando a Elise hacia las habitaciones. Al sentir el pedido de ayuda de Elise, la miré pero solo le sonreí y la saludé. No sabía qué planeaban hacer las chicas, pero cuando les pregunté, dijeron que era algo exclusivo de chicas y que no me metiera.

Después de un tiempo, se estaba preparando la cena y yo me encontraba apoyado contra una pared, observando la sala llena de personas alegres compartiendo su tiempo juntas. Estaba tomando un vaso de jugo mientras me preguntaba qué le estaba sucediendo a mi compañera. A través de nuestro vínculo, había sentido tanto el nerviosismo inicial como la posterior emoción, y ahora volvía a sentir nerviosismo.

Mi respuesta no tardó en llegar, ya que las chicas salieron del pasillo animando a Elise a mostrarse ante mí. Cuando el unicornio apareció desde detrás de la pared, todos en el lugar nos quedamos congelados por la impactante imagen.

"Hola, ¿qué tal me veo... guapo?" Lys se acercó a mí y repitió un monólogo que claramente no era suyo. Pero lo que nos dejó impactados a todos fue que llevaba un fuerte maquillaje y algunos accesorios, como pendientes en las orejas.

"Puhj..." Me costó mucho contener la carcajada. La imagen de Elise con ese maquillaje era algo que nunca esperé ver, pero mi reacción no fue bien recibida por los demás. Las chicas que seguramente le hicieron eso a Elise me miraron con enojo, mientras que la misma víctima parecía que iba a llorar.

"¡Lo sabía, estoy horrible...!" Con voz llorosa, estaba a punto de voltearse y correr hacia su habitación o al patio, a algún lugar donde no pudieran ver su apariencia horrible, pero su cabeza fue tomada por la fuerza y obligada a mirarme a los ojos.

"Niña tonta", sujeté su rostro y miré sus ojos llorosos mientras besaba su nariz. "Puedes verte como quieras. Aunque al principio me ría o me cause incomodidad, siempre que recuerde que eres tú, no podré evitar pensar que eres la unicornio más hermosa de todas, sin importar tu apariencia."

"¿De verdad? ¿Aunque me vea como esas arañas o ese hongo con agujeros que te incomoda?" preguntó sollozando.

"Si eres tú, será hermoso", afirmé mientras la abrazaba.

Elise dejó de deprimirse y disfrutó de mis caricias, mientras los demás presentes nos miraban con diversión, pensando que era una escena adorable, pero sin saber que éramos una pareja.

Luego de tener nuestro momento, le pregunté a Lys qué pasaba con su aspecto, y me respondió que las chicas le dijeron que iban a ponerla hermosa para mí. Mirándolas, las chicas parecían avergonzadas y resentidas de que no aprobara su trabajo.

Discutimos un rato sobre no usar a Elise para sus experimentos, pero también tuve que reconocer que estuve mal al no apreciar el esfuerzo de Elise por ponerse atractiva para mí. Además, algunas mujeres también le dieron cumplidos a Elise por su aspecto, aunque todos sabíamos que el maquillaje estilo humano no era adecuado para un equino.

Después de ese evento, llegó la cena y comimos sin que ocurriera nada más relevante. Al terminar, nos distribuimos por la casa una vez más.

...

"¿Realmente no tienes problema con el maquillaje?", le preguntó Queenie a Elise, que estaba a su lado.

"No tanto, lo que más me incomoda son estas cosas en mis orejas, pero las dejaré hasta que él me las quite"(Lys)

"Si no te gusta, ¿por qué permitiste que te las pusieran? Aunque son insistentes, estoy segura de que no te harían nada que no quisieras" (Queenie)

"Pero me dijeron que a Red podría gustarle" (Lys)

"Te importa mucho ¿verdad?" (Queenie)

"Más que nada" (Lys)

Ambas mujeres continuaron hablando mientras observaban a los demás en la fiesta. Queenie y Elise miraban a los niños del lugar, menos yo, que se divertían con sus regalos.

"Es lindo verlos felices, lástima que no pude traer a mis nietos", dijo contemplando a los niños. "Me alegra el día verlos así".

"Sí, son agradables... No sabía muy bien cómo eran los niños humanos, más allá de lo que Red me enseñó, pero no son tan malos", dijo pensativa, sin darse cuenta de que la mujer a su lado había fijado rápidamente su mirada en ella, con una expresión de absoluto asombro.

"¡¿Quieres tener hijos con Red?!", exclamó Queenie sorprendida y consternada.

Todos en la casa pudieron escucharlo y se volvieron para ver de dónde venía ese sonido, y así pudieron ver a la bruja mirando al unicornio, conectando lo que veían con lo que escucharon, también abriendo los ojos con sorpresa.

"¡¿Qué? Yo no, yo no dije eso! ¿cierto?", Elise se puso muy nerviosa al punto de que se notaba cómo temblaba.

"¿Pueden tener hijos?", preguntó uno de los niños a su hermana.

"No sé, tal vez", respondió.

"¿Qué estás diciendo, amor?", preguntó Jacob a su esposa.

"Yo escuché los pensamientos de Elise y..." respondió, tomando aire después de esa noticia deslumbrante.

"¿Puedes leer los pensamientos de Elise? ¿Es eso posible?", pregunté.

"A diferencia de los tuyos, sí", respondió, dejándome entender su expresión inicial al verme.

"Esperen un momento, estamos obviando el hecho de que el unicornio quiere tener crías con el niño", cuestionó Griffin.

"¡Griffin!" le llamó la atención Tina.

"No sería raro, ya son pareja, es normal querer tener hijos", comentó una de las niñas que no era muy lista.

"¡¡¡¿SON PAREJA?!!!"

Así comenzó una fuerte discusión en la casa, donde todos hablaban en voz alta, discutiendo sobre un tema que no les importaba, mientras que por otro lado Elise se ponía más inquieta.

"Yo no quiero tener hijos con Red... sí quiero a Red... pero... Déjen de mirarme... solo creo que los niños son lindos... yo no dije nada... si me gustaría... cállense todos... no puedo... porque soy así... está mal... pero yo quiero..." gritaba sin querer, con varias interferencias en sus palabras.

Lys estaba entrando en un ataque de pánico, lo sabía bien porque estaba seguro de que las cosas que estaba diciendo, en realidad, las estaba pensando, pero le era imposible controlar lo que se proyectaba por el collar en su estado mental actual.

"Ya basta de esto", dije mientras corría hacia mi pareja y le daba un abrazo. "Cálmate, todo está bien".

"Ella miente, yo no... no te enojes conmigo... yo no quiero...". Me decía sin darse cuenta de que me estaba gritando y que lágrimas caían de sus ojos.

"Shhh... no me importa si es lo que quieres o no, yo te amo y te amaré igual. Esta es la señal para que nos vayamos y volvamos a casa", dije mientras me montaba en ella y abrazaba su cuello para seguir consolándola.

Mientras los adultos discutían, comenzamos a dirigirnos hacia la salida para escapar de esa casa y poder correr en el patio.

"¡Red, Elise!" La voz de Tina se escuchó llamando toda la atención hacia nosotros una vez más.

"Gracias por invitarnos, pero es momento de irnos a nuestro hogar. Felices fiestas", traté de despedirme.

"Espera, no se vayan. Son algo entrometidos, pero se disculparán", dijo, dando una mirada mortal a todos en la sala. "Fue solo un breve malentendido".

"Pero mamá, estamos hablando de..." Elian estaba a punto de recordarle que estábamos hablando de una relación y procreación entre un menor de edad y una bestia.

"¡Tú cállate!"(Tina)

"Está bien, Tina, también era hora de irnos. Sabes que lo nuestro es inusual, pero no nos molestan las opiniones de los demás" (Red)

"No es inusual, es hermoso", dijo una de las niñas de la casa.

"Felicia, no te metas", la reprendió su madre, avivando una vez más la discusión.

"Lamento esto, chicos. Nos vemos después", se disculpó Newt despidiéndose.

"Tú también cállate, Newt. Nadie tiene que irse"(Tina)

"Es mejor que lo hagamos. Extrañamos nuestra casa. Les dejamos lo de explicarle a los demás lo nuestro, si quieren, pero en realidad no nos importa", dije, dándole la señal a Elise para que avance.

"Esperen", nos detuvo nuevamente. "Solo... quédense un poco más, por mí. No importa si estos idiotas no los entienden".

"¡Mamá!" se quejaron sus hijos.

"Ustedes, callados. Resulta que cuando invito a alguien a casa, se ponen a cuestionar su vida matrimonial", Tina dejó claro su desaprobación con sus hijos con su tono y mirada.

"Mamá, ella es un unicornio y..." (Elian)

"Un unicornio que conozco muy bien, y que tiene mi aprobación y respeto..." (Tina)

"¿O sea que permitirías que ambos...?" (Aurora)

"No distorsiones mis palabras. Ambos son jóvenes..." (Tina)

"¿Y si no lo fueran?" (Griffin)

"Dejemos ese tema fuera por ahora. La edad no es lo importante ahora, sino el comportamiento que ustedes están teniendo" (Tina)

"¿Cuántos años tienes en unicornio?" pregunté con curiosidad a mi compañera, ignorando el resto de la conversación.

"Ya puedo parir un bebé", fue su respuesta, ya que los unicornios no tenían un sistema de edad muy complejo.

"Dejemos el tema de la edad de lado" También nos detuvo Tina, ya que el tema de nuestra relación tenía un pase con ella, pero limitado. "Miren, no quiero que se vayan, no ahora. Olvidemos este tema. Esta es mi casa y nadie va a cuestionar lo suyo. Por favor, confíen en mí".

"¿Qué opinas?" le pregunté a Elise susurrándole.

"Quiero irme a casa, pero parece que Tina quiere mucho que nos quedemos... no sé" (Lys)

"Es tu decisión, mi amor" (Red)

"..." Elise dudó, pero al ver la mirada suplicante de la anciana, se decidió. "Podemos quedarnos un rato, pero no quiero ver a nadie. Todos me miran raro".

"Está bien", respondí acariciándole la oreja y luego mirando a Tina. "Bueno, nos quedaremos un rato más, pero luego iremos a descansar a nuestra habitación".

Tina asintió con satisfacción mientras yo y Elise nos dirigíamos hacia la habitación, agachándome para no golpear los marcos de la puerta ahora que la estaba montando.

Ahora la sala estaba sin nosotros y Tina lanzó una mirada fuerte a sus hijos, quienes pronto escucharían sus reprimendas. Newt estaba al lado de los niños riéndose vergonzosamente de lo sucedido y pensando que esta era una de las Navidades más curiosas de su vida.

...

Dentro de la habitación, estábamos recostados sobre una gran, gruesa y esponjosa alfombra en el suelo.

"¿En serio quieres tener hijos? ¿Cambiaste de opinión al respecto?" pregunté mientras le quitaba los accesorios de su cabeza.

"Fue solo una idea... aún no estoy segura sobre ese tema. Sigo pensando que no quiero que mis hijos vivan lo que yo viví, pero vi lo felices que eran esta familia con niños y la alegría que pueden traer. No sé qué pensar..."(Lys)

"Piensa lo que creas correcto, esperaré tu respuesta. Como te dije antes, lo que más amo de ti es tu ser más puro. Te querré en todas tus formas, pero lo que más disfruto de ti es tu verdadero ser tal y como eres" (Red)

Charlamos un rato mientras nos acariciábamos, aunque el momento anterior pudo haber sido complicado, le expliqué a Elise que cosas como estas pueden suceder en estas fiestas y que en el futuro serán los momentos más recordados, que lo tome con humor.

*Toc, toc, toc*

Se escuchó un golpe en la puerta y luego los niños entraron a hablar con nosotros, expresando que estaban de nuestro lado y nos daban sus bendiciones o algo por el estilo. No presté mucha atención hasta que llegó la pregunta:

"Si tuvieran bebés juntos, ¿serían unicornios rojos?"

La pregunta me intrigó incluso a mí, pero traté de no revelar mucho sobre nuestra vida privada. Después de que se fueron, discutí eso con Elise hasta que llegó la siguiente visita.

Queenie entró para disculparse por iniciar todo esto y meterse en la mente de Elise por accidente. Lys la perdonó y todo quedó bien entre nosotros. También habló un poco sobre nuestra relación y aunque fue extraño para ella, ella era una firme creyente de que dos personas no necesitan ser iguales para quererse, mencionando su historia con su esposo muggle.

Finalmente, nadie más nos visitó y pudimos descansar, disfrutando del calor del otro y de esta cómoda alfombra.

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