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Capítulo 130: Miss Andra

Con Snape yendo a convertirse en hombre, el lugar quedó en silencio.

"Entonces, ¿qué querrás para ti?"(Miss Andra)

"Para mí nada, era solo para él"(Red)

"Tenemos desde muggles hasta vampiros, lo que quieras"(Miss Andra)

"No gracias, es un acuerdo especial que tengo para mis chicas. Puede que sea un desgraciado que tiene mas mujeres de las que puede disfrutar, pero no buscaré a una prostituta afuera por respeto a todas ellas"(Red)

"¿Así que muchas chicas ehh…? Dificil de satisfacer..."(Miss Andra)

"¿Tienes idea de cuanto puede tardar... si debo venir a buscarlo mañana?"(Red)

"Oh jo jo jo..." Soltó una risa débil "Va a tardar bastante, pero no creo que debas irte. Aun si no vas a disfrutar de 'esa manera' con nuestras chicas, podemos entretenerte de otras formas hasta que tu amigo vuelva"

Andra volvió a realizar ciertos movimientos detrás del mostrador que no pude ver. Con su varita hechizó el sillón en uno de los lados para que se acercara a mí al punto de hacerme sentar sobre él y luego se movió hasta dejarme ante una pequeña mesa.

Poco tiempo después vi como algunas chicas jóvenes, de entre 16 y 18 años, vestidas pulcramente a diferencia de Gigi, salían con un juego de té. Las chicas me rodearon y empezaron a servirme té, una de ellas se colocó detrás de mí y se puso a darme un leve masaje de hombros.

"Imperio..." Susurré al notar la mirada vacía en las chicas que por lo que percibí eran muggles. Esto era en lo que pude pensar, lo mas fácil en el mundo mágico.

"¿El señor cliente piensa denunciarme?" Miss Andra me había escuchado y dijo con cierta coquetería, algo completamente fuera de lo esperado teniendo en cuenta su actitud de negocios anterior.

"No juzgo, sería hipócrita de mi parte" Aclaré con una sonrisa, pero me puse mas alerta. Pase tanto tiempo viviendo y luchando en lo salvaje que olvidaba lo que eran las artimañas y conspiraciones, no es bueno bajar la guardia en este lugar.

"¿Y... como conoces al señor Belov?" Preguntó mientras ponía música ambiental.

"Amigo de un amigo… y negocios…" Respondí mientras miraba mi té, fingí tomarlo mientras en secreto me deshacía de él en el inventario. No sé por qué, pero estoy empezando a sentirme incómodo en este sitio, quisas sea por el fuerte incienso.

"¿Cuál de todos sus negocios?" Preguntó Miss Andra sentándose en el otro sillón, mientras que una de las chicas le servía té igual que a mí.

"Algunos materiales de fuera del país" Mentí, pero eso sería para lo que recurriría a él "Usted sabe sobre lo que le pasó, ¿Cómo? Si es que se me permite preguntar"

"Digamos que este negocio se tienen muchos contactos. Los de arriba pueden despreciarnos, pero suelen soltar mucho su boca cuando se encuentra en el interior de una mujer" Su tono bromista y agradable siguió sintiéndose muy extrañó luego de haberla visto tan sería antes.

"Sí, detesto a los hipócritas, aunque quisas a veces yo también sea uno de ellos"(Red)

No sé cuando, pero Miss Andra había llamado a mas chicas, solo que estas vestían de forma mas reveladora. Se habían acercado y colocado a mi derecha e izquierda, ambas con platos con galletas.

Ambas mujeres no llevaban casi nada en la parte superior de su cuerpo, solo unos parches en sus pezones, lo sabía bien por qué mientras intentaban alimentarme con las galletas me restregaban sus tetas en la cara... y estas chicas sí que estaban sudorosas o quisas aceitadas.

"Puedes decirle a las chicas que me dejen en paz... ¡En serio no las quiero!" La miré seriamente, incómodo de que esas prostitutas quisieran meterme las galletas en la boca mientras manoseaban mi pecho.

"Esta bien, fuera" Chasqueó los dedos y todas las chicas se fueron sin dudarlo.

Otra vez volvimos a quedar solos, con la música, el incienso y una mesa llena de té y galletas. El silencio entre nosotros predominó una vez mas, pero su pequeña sonrisa y sus ojos no paraban de fijarse en mí.

"Estás seguro de que no quieres a ninguna chica, también tenemos algunos hombres bastante apuestos si es lo..." Decía mientras hacía levitar un libro desde el mostrador.

"¡NO! Para mí solo mujeres"(Red)

"Bueno, tenemos mucho de donde escoger, tenemos algunos duendes y elfos domésticos si sus gustos son algo distintos... semi humanos... un frasco lleno de hadas..." Siguió insistiendo mientras me mostraba el contenido de libro, eran varias fotos de chicas, y como las demás fotos en el mundo mágico, estas se movían y eran muy explícitas.

"Disculpe que le hable de este modo, pero ¡Por favor, deje de insistir!" Dije serio y demostrando algo de disgusto "No es que desprecie a sus chicas, es solo que no es lo mío, respeto a mis mujeres lo suficiente para darles esa concesión"

"Esta bien, lo entiendo, un hombre con muchas mujeres no es facil de complacer"(Miss Andra)

"Gracias"(Red)

"..."(Miss Andra)

"..."(Red)

"..."(Miss Andra)

"¿Por las dudas...?"(Red)

"Pregunta con tranquilidad"(Miss Andra)

"Hay clientes que quieran..."(Red)

"No incumpliré la confidencialidad de mis clientes"(Miss Andra)

"No, solo quiero saber sí... hay quienes solicitan... ¿Criaturas mágicas?" Pregunté y me pareció ver como sus ojos se abrieron de mas por un leve momento antes de volver a la normalidad.

"Es un servicio que no estamos acostumbrados a dar... por lo menos no en este establecimiento hasta el momento"(Miss Andra)

"¿Pero hubo ocasiones en otros lugares?"(Red)

"Si usted lo desea, podemos preparar algo para dentro de unas semanas..."(Miss Andra)

"No, no, no... no estoy solicitando nada, solo quiero saber..."(Red)

"Parece que la morbosidad domina a nuestro joven caballero" Dijo con una sonrisa diabólica.

"No, no es que me guste escuchar esas cosas, si quiero escuchar sobre logros sexuales espero sean los míos. Solo quiero saber si puede contarme un poco como lo suelen hacer aquí, detalles... no me molesta pagar por ello, pero necesita saber sobre los detalles técnicos, precauciones y esas cosas"(Red)

"No revelamos secretos comerciales..." Dijo apoyando su pie en la pequeña mesa, su codo en su rodilla y su barbilla en su mano, aun con esa expresión picaresca "Pero creo que podemos hacer una excepción por hoy para entretener a un futuro cliente"

Miss Andra comenzó a relatar algunos detalles sobre estos 'pedidos extraños' con una voz seductora y sin mostrar el mas mínimo asco ante tales perversiones.

Charlamos durante unos veinte minutos donde no dejaba de sentirme tenso e incómodo. No parecía que sucediera algo malo, pero algo en mi interior no estaba tranquilo, quisas mi [Esencia Salvaje] que fortalecía ciertos instintos.

"Podemos deshacernos del incienso" Dije muy seriamente, sentía que podría no ser un aromatizante común.

"No hay problema" Asintió

Hizo una señal con su varita a ciertas rejillas de metal en las esquinas de las paredes y acabaron cerrándose. Luego movió la varita en el aire una vez mas y todo el incienso del aire desapareció en un instante como si un fuerte viento se lo llevara.

Me sorprendió que cediera tan fácilmente, quisas el incienso no tenía nada malo y era mi imaginación. Es posible que solo estuviera cansado, o mas bien aburrido, de esperar a Snape.

Poco tiempo después la sensación aún no se iba y aunque pensé en escapar, sabía que no podía dejar a mi amigo aquí. Esta vez solicité apagar la música, aun preparado para defenderme si es que ella se negaba, pero no fue así y la apagó sin problemas.

No sabía que mas hacer, la charla no fue mala, quisas algo asquerosa en algunas partes, pero soportable. También esta el que me hiciera algunas preguntas cada cierto tiempo sobre mí, respondí la mayoría al no sentir que me perjudicaría.

El problema en esa charla era que aunque aprendí de magos con gustos fuertes, ninguno era sobre unicornios y lo mas cercano era un centauro, pero para eso ya tenía a Merril... y era el caso de una bruja que le gustaban las cosas grandes.

"¿Esta bien que tomemos té aquí y hablemos? El negocio... ¿No tienes que estar en el mostrador por si vienen mas clientes?" Pregunté tratando de ver si podía percibir algo que me indicara posibles amenazas de parte de la bruja frente a mí.

"Hay alguien mas remplazándome, la puerta ahora dirige a otra habitación donde hay otra empleada... además los invitados suelen tener citas preestablecidas, nunca vienen de forma tan casual" aclaró

Eso no me tranquilizaba, significaba que ahora ella ponía toda su atención en mí, que no sabía si podía salir y que las personas normalmente no venían como lo hacíamos nosotros y el que nos hayan atendido no era normal.

"Hhmm... te tomas tu tiempo libre entonces jeje" bromeé.

"Es lo que tiene ser la jefa"(Miss Andra)

"La jefa... eh... ¿Alguna vez has trabajado como...?" No sé de donde salieron esas palabras, es posible que las chicas si hayan logrado excitado un poco junto con la charla anterior y ahora estaba caliente preguntando cosas que no debería.

"Ohh... creí que no estabas interesado en prostitutas" Sonrió con cierta satisfacción.

"Bueno, no todas son tan bellas como usted..." coqueteé, no sabía por qué. Hace mucho que no lo hacía, no desde que vine a esta campaña, ya que con Elise no lo necesitaba, pero ahora me sentía... juguetón.

"¿Entonces si aceptarías los servicios de alguien como yo?" Se movió ligeramente, consiguiendo que sus pechos se movieran, pero dando una sensación completamente natural como si fuera involuntario.

"Eres alguien bastante mas agradable que esas chicas, sí, quisas, si nos encontráramos en otras circunstancias habría hecho un movimiento contigo... aunque el rol de prostituta no es menos excitante" Respondí sinceramente sin darme cuenta.

"¿Y sí...?" Empezó a decir lenta y seductoramente, mientras se separaba del sillón y se acercaba hacia mí, apoyando sus manos sobre la mesa y mi sillón, nunca parándose del todo y siempre manteniendo una postura baja "¿... no hubiera un pago por ciertos servicios?

"Pues..." Su voz y aspecto maduro eran encantadores, pero algo en mí me seguía diciendo que no era del todo correcto "... No sé... yo... mis chicas..." balbuceé-

"No te preocupes, no haremos nada... muy significativo" Sonrió.

Con un movimiento de su varita mi túnica desapareció, luego, de la misma manera, mis pantalones y ropa interior, dejando expuesto mi pene, que no había notado que ya estaba duro y enérgico.

Ella no dijo mas palabras, simplemente sonrió, me miró a los ojos y dio un suave beso a la cabeza de mi pequeño dragón. Creo que no estaba pensándolo mucho y solo me deje llevar, no puse resistencia y me esforcé por disfrutar esa corriente eléctrica que causo el contacto de sus labios.

Riéndose de mi expresión, empujó su lengua en medio de mi uretra, desde ahí la movió de forma circular por todo mi glande hasta haberla recorrido por completo y entonces la dejó entrar en su boca, apretándola en su interior con su succión.

No pude evitar gemir, esto era una experiencia totalmente nueva que no quería que terminara, pero ella no me dejaba disfrutarlo mucho. Cada vez que me embriagaba en las sensaciones que me producía, ella hacía algo nuevo que dejaba atrás lo anterior.

Ella no tenía ningún reparo en ir lento, luego de succionar la cabeza de mi pene, de un solo empujón se lo tragó todo de golpe. Su boca era tan húmeda en su interior que dudaba si no había tomado alguna poción para producir tal cantidad de saliva.

Mi pene no era demasiado grande como para decir que lo que hacía era un gran logro, pero aún me sorprendió la naturalidad con la que había llegado a hasta la base sin inconvenientes. Mas me sorprendí al sentir la versatilidad de su lengua que se seguía moviendo de formas que no imaginé posibles en un humano.

"AGghhh..." hizo un sonido muy obsceno al sacar mi pene de su boca lamiéndose los labios.

Con mi pene fuera de su boca, se dejó ver como estaba completamente cubierto de su saliva... y aun así escupió sobre él y con su mano empezó a masturbarlo fuertemente, mientras que con la otra empezó a desvestir la parte superior de su cuerpo.

Estaba tan lubricado que su violento modo de ordeñar no se sentía doloroso, se sentía como el cielo. Con sus tetas ahora expuestas empezó a amasarlo sin delicadeza, pero luego volvió a usar su boca para 'comérselo'.

Su cabeza subía y bajaba con gran velocidad, mientras que con sus manos acariciaba, apretujaba y masajeaba mis bolas. Por momentos también ponía todo su peso sobre mí, dejando que sintiera sus suaves tetas sobre mis muslos desnudos, excitándome cada vez mas.

Nunca me había sentido así, era la primera vez vivía algo como esto. Tonks nunca había utilizado su boca y ni Gemma ni Elise pudieron darme una mamada como esta, esto se sentía tan bien que mi mente se ponía en blanco y mi cuerpo perdía fuerzas.

También esté el que aunque yo era el complacido aquí, no era la parte dominante por primera vez, sino esta mujer madura con gran experiencia que prácticamente parecía conocer cada parte sensible de mis genitales. Tonks era la única que mas o menos se imponía conmigo, pero nada a este nivel. No sé si podría volver a lo de antes de la misma manera luego de esto...

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