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Finalmente ella vuelve a casa

Era una pulsera verde de jade. Su madre la había escogido personalmente para ella en la región fronteriza de la provincia de Ciudad Y cuando ella cumplió veinte años. También fue la única dote que llevo con ella cuando se casó con Álvaro.

Aunque habían pasado tantos años, ¿Cómo podría la señora Nuria no sentirse emocionada cuando vio el brazalete otra vez? Samara siempre lo llevaba puesto.

- ¿Por qué tienes cosas de Samara? ¿Dónde esta mi hija? -dijo Nuria. Abrazo fuertemente los hombros de Samara. Las lagrimas en sus ojos ya no podían contenerse y su cuerpo incluso temblaba ligeramente.

Aunque había experimentado un gran dolor en su corazón, Samara realmente quería contarle la verdad. Sin embargo, la mirada expectante de Álvaro y la perpleja de su padre instantáneamente la despertaron.

Ya eran viejos. Después de experimentar el dolor de perder a su hija una vez, definitivamente no podrían soportar otra despedida dolorosa. Conteniendo su tristeza, Samara dijo en voz baja:

-Le están curando la herida en lugar seguro. Señora Nuria, vengo a decirles que vendrá a buscarlos. Pero antes de que vuelva, por favor no confíen en nadie ni vayan a otro lugar. Esperen a que vuelva.

- ¿Qué le paso? ¿Qué le paso a mi hija? -no pudiendo contener más su tristeza, Nuria dejo caer sus lagrimas en el dorso de la mano de Samara.

Samara se atraganto con las lagrimas y dijo en voz baja:

-El fuego le destruyo completamente la cara. Ahora le están curando la herida y esta recuperándose. Señora Nuria, a lo mejor no seria la persona que conocen cuando vuelva, ¿todavía la aceptaran?

- ¡Es mi hija! ¡yo misma he dado a luz después de diez meses de gestación! ¿Cómo podría no aceptarla? A pesar de que ha habido algunos malentendidos entre nosotros en el pasado, ¡no queremos experimentar una vez mas la despedida! Su padre y yo somos tan viejos, ¿Cuántos años mas podremos vivir? Solo esperamos verla antes de morir y eso es suficiente. -Nuria no se pudo contener y hecho a llorar.

Al verla así, Samara se sintió extremadamente triste.

-Aquí tengo algunas fotos de ella. ¿Quieren verlas? -en realidad, Samara no tenía la intención de dejar que sus padres vieran su aspecto lamentable, pero si no podía convencerlos ahora de no dejar Ciudad H, era muy posible que alguien se aprovechara de ellos y que causaran accidentes inesperados.

Al oír eso, Nuria inmediatamente se emocionó:

-Queremos verla. ¡No importa como! -Aunque el señor Manuel no dijo nada, parecía estar igualmente ansioso. Al fin y al cabo, la amaba profundamente.

En el pasado, Samara siempre había creído que su padre era severo e incluso un poco indiferente. Sin embargo, después de experimentar esta dolorosa despedida, finalmente entendió el amor de su padre. Samara acompaño a sus padres a casa.

Álvaro estaba dispuesto a seguirlos y entrar al ver a Josué acercarse rápidamente.

-Señor, la gente de la familia Montenegro ha recibido la noticia y vienen hacia aquí.

- ¿Vienen a por Samara? -pregunto Álvaro.

- ¡Parece ser así!

La mirada de Álvaro se volvió instantáneamente fría.

-Señores, tengo un asunto urgente en mi compañía. Dejen que Catalina los acompañe, la recogeré mas tarde.

Las palabras de Álvaro sorprendieron un poco a Samara, pero ella no dijo nada. No quería que el supiera lo que había experimentado en los últimos años. Nuria se aturdió un poco.

- ¿No quieres saber noticias de Samara? ¿es tan urgente el asunto? -dijo ella. Sus palabras estaban llenas de una condena.

En cambio, el señor Manuel mostro mas tolerancia.

-Tranquila, el es el jefe de una compañía. Por supuesto que sabe noticias de Samara. Catalina se lo contara mas tarde. Álvaro, ve a hacer tus cosas. No te preocupes, no saldremos de aquí.

-Gracias. -Álvaro miro a Samara con algo de disculpa y ella directamente miro a otra parte.

Josué quería decir algo, pero Álvaro lo detuvo u dijo:

-Vamos. -Álvaro no se atrevió a retrasarse.

Había sido tan difícil que Samara finalmente se reuniera con sus padres y esta reunión no había durado mucho tiempo. No permitiría que la perturbaran esas personas de la familia Montenegro. Álvaro se dio la vuelta y se fue con prisa.

Samara no sabía lo que había pasado em el Grupo Ayala que lo dejo tan preocupado. Solo se sintió algo decepcionada. Notando su emoción, Samara frunció el ceño e inmediatamente contuvo ese rastro de decepción. Les sonrió mientras acompañaba a sus padres a casa.

La casa todavía era la misma de antes. Incluso la posición de la foto familiar no había cambiado. Los ojos de Samara se llenaron de lagrimas otra vez. Ella involuntariamente observaba el lugar donde había nacido y se había criado con la mirada llena de apego.

Su madre le pidió a un sirviente que trajera te. Samara dio las gracias y se sentó en el sofá.

-Señora, esta carta la escribió Samara para ustedes. -dijo ella entregando la carta.

Su padre también se inclino rápidamente. Cuando vieron la letra de su hija, los ancianos se echaron a llorar.

- ¡Es la letra de Samara, es ella! -su madre solo lloraba.

Samara no interrumpió el momento. Era una carta que había escrito rápidamente en el coche en la que expresó su nostalgia y culpa por ellos en los últimos años. Incluso les dijo que había dado a luz a un niño llamado Eduardo, quien era muy hermoso y saludable y que Catalina lo llevaría mas tarde.

Los ancianos no pudieron contener su alegría al ver esto.

- ¡Tenemos un nieto! ¿Has visto eso Manuel? ¡Manuel, tenemos un nieto!

El señor Manuel se apresuro a contener sus emociones, pero no pudo evitar que todo su cuerpo temblara. Después de cinco años sin ninguna noticia de su hija, ahora no solo sabían que estaba a salvo, sino que también sabían que tenían un nieto y deseaban verlo inmediatamente.

- ¿Dónde está mi nieto ahora? -dijo su madre mirándola ansiosamente.

Samara sonrió y dijo:

-Ahora esta estudiando en otro sitio. Se lo traeré mas tarde. Estoy segura de que les gustara.

-Nos gustara, definitivamente nos gustara. -la señora Nuria acariciaba el papel de la carta y luego la coloco cerca de su corazón sin decir nada. Samara podía ver que ella estaba muy emocionada.

-Señora, todo va bien. No se preocupe demasiado. Cuídese y solo así podrá reunirse otra vez con Samara.

-Vale, vale. -asintió su madre.

La actitud de su padre hacia ella ya había cambiado un poco.

-Señorita Catalina, si esta libre, puede cenar aquí. Aunque Eva no es la mejor cocinera, su comida siempre le gusto mucho a Samara. No se si te gusta también. -dijo su padre.

- ¡Si, me gusta! -dijo enseguida porque estaba nostálgica. Realmente había sido difícil volver a casa tan abiertamente. Sus padres ya eran viejos. Aunque solo le quedara un día, quería acompañarlos.

El señor Manuel no esperaba que catalina estuviera tan ansiosa. Pero como ella había traído noticias de Samara, no se preocupó por ella y rápidamente fue a ayudar a Eva en la cocina.

Los ojos de Samara estaban húmedos otra vez. Esta era su casa. Después de estar fuera tanto tiempo, finalmente había vuelto.

-Señora Nuria, ¿puedo visitarlos a menudo? -Samara sabía que estaba pidiendo demasiado al ser una extraña, pero Nuria asintió alegremente.

-Claro. -la forma en la que miraba a Samara era totalmente diferente a antes.

Al oír lo que su madre había dicho, Samara se sintió completamente aliviada. Se sentó al lado de Nuria, abrió la galería de su móvil y le mostro las fotos que se había hacho en la fase inicial de su embarazo.

-Esta fue en el segundo mes. En ese momento, vomito pesadamente y no pudo comer nada, pero la barriga estaba grande. Por lo que no tuvo mas remedio que ir al hospital para hacer un examen donde el medico dijo que eran gemelos. -Samara dijo felizmente.

Mirando la venda que envolvía la cara de Samara en la foto, Nuria no escucho su ultima palabra y solo dijo con preocupación:

- ¿Cómo podría tener la cara así?

-Es la quemadura que dejo el fuego, no solo en la cara, sino en todas partes de su cuerpo. Sin embargo, en ese momento estaba embarazada y no pudo tomar medicamentos ni recibir inyecciones. Solo pudo ver que su piel se podría y luego uso las recetas tradicionales para

desinflamarse. Vomito mucho y como tenia miedo a la luz, vivía en la oscuridad. Sintió que estuviera viviendo en el infierno. Si no hubiera sido por su hijo, no habría sido capaz de aguantar tanto tiempo. -hablando de esa experiencia, Samara todavía se sentía asustada. Eso duro mas de un año y fue como vivir en el infierno.

Al oír eso, Nuria lloro otra vez.

-Mi pobre Samara, ¿Por qué no nos llamo? Es verdad que su padre y yo nos enfadamos con ella por su comportamiento en aquel entonces, pero pasara lo que pasara, no queríamos que muriera.

Solo después de ser madre, Samara se dio cuenta de lo grande que era la suya. Palmeo su espalda suavemente y dijo:

-No llore. Si ella supiera que ha llorado tanto por ella, seguramente se pondría triste. Ella no se lo conto porque no quería que estuvieran tristes. Además, los rumores en ese momento no eran favorables para ella. -recordando el rumor que contaba que ella había salido secretamente con otro hombre, se sintió muy enfadada.

Nuria lo negó con la cabeza y dijo:

-¡Pobre chica! No sabía que Álvaro nunca había creído en esos rumores. Sello con fuerza la agencia de periodismos al siguiente día de aparecer los rumores y luego nadie en Ciudad H se atrevió a discutirlo mas. Busco a Samara como un loco. Todo el mundo dijo que estaba muerta, pero el no lo creía. Entro en el incendio para salvarla arriesgando su propia vida. Aunque ahora se encuentra bien, tuvo lesiones en los pulmones. Después se deprimió durante mucho tiempo. No le importaron ni las caídas en los precios de las acciones el Grupo Ayala. Se encerró en su habitación y no me respondió cuando llame a la puerta. Al final, su amigo rompió la puerta y al verlo, no pude creer que fuera el Álvaro al que conocía. ¿Sabes que bebió mucho y en una sola semana adelgazo demasiado? Le prohibió a cualquiera entrar en su habitación y tocar las cosas de Samara. En sus ojos no había ninguna luz como si su alma hubiera muerto con la muerte de ella.

Escuchando lo que su madre dijo, Samara se sintió conmocionada. ¿Era realmente lo que podía hacer Álvaro? ¿Cómo podía un hombre tan despiadado comportarse así por ella? Justo cuando ella estaba en medio de su conmoción, el teléfono en el sofá sonó de repente. El sonido penetrante la asusto.

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