-Es hora de que Adriano se enfrente al mundo. Como heredero de la familia Ayala, ahora tiene cuatro años y tendrá que participar en muchas lecciones. Tu, como madre estos días debes alejarte de el para que pueda empezar a madurar. Además, tranquilízate, te hemos preparado todo lo que necesites en la casa de la playa, de todos modos, no lo pasaras mal ahí. Lee y estudia, debes ser mas elegante y fina en carácter para no dañar la imagen de nuestra familia.
Al oír las palabras de Álvaro, Rebeca se sentó en el suelo débilmente. Sin embargo, Samara no simpatizaba con ella en absoluto. Aquel año, Rebeca la había tratado mal, así que lo que ocurrió hoy fue simplemente un tipo de pago con intereses por daños que Rebeca le había causado. Arrastraron a Rebeca fuera de la sala.
Álvaro miro a Samara y le pregunto:
- ¿Puedes quedarte ahora?
Sus palabras sorprendieron un poco a Samara.
- ¿Lo hiciste para que me quedara?
-Por supuesto.
- ¿Por qué? -después de hacer esta pregunta, Samara sintió que su duda fue un poco inapropiada, pero ya era demasiado tarde para revocarla.
Álvaro tomo su mano y susurro:
-Pensé que ya sabias la razón. -el toque de Álvaro la sorprendió y quiso retirar su mano, pero no logro hacerlo. Su mirada era penetrante.
-Samara, ¿realmente me vas a confesar algo? -su mirada era tan penetrante que hacia que Samara temiera mirarlo.
- ¿De que estas hablando? No lo entiendo. Señor Álvaro, no había nada entre nosotros. Fuste tu quien dijo que querías vengarte por i, pero ahora dices cosas extrañas. No dejes que otros te malinterpreten.
- ¿Quién me va a malinterpretar? ¿A quien te refieres con otros? ¿A Carlos López? ¿Qué relación tienes con él? -Álvaro se puso nervioso inmediatamente.
Samara fue sorprendida por su pregunta, pero susurro:
-Carlos y yo somos amigos.
- ¿Carlos? Lo llamas de manera muy cariñosa, ¿entonces te puedo pedir que me llames Álvaro? -Álvaro estaba intentando conseguir ventajas sobre Samara.
Samara frunció las cejas y retiro su mano con esfuerzo, susurrando:
-Señor Álvaro, no nos conocemos muy bien.
- ¿No? Samara, todo el mundo puede decir eso, ¡pero tu no! Si no quieres confesar, no te voy a obligar. Pero tarde o temprano te mostrare mi sinceridad. Antes de que lo haga, no puedes dejar Ciudad H. Aquí, puedes hacer cualquier cosa. Incluso si hicieras un agujero en el cielo, te protegería de las acusaciones contra ti, siempre que no te vayas. -en ese momento parecía que Álvaro estaba cediendo.
Samara nunca había visto a Álvaro que era orgulloso y noble, ponerse así. Era el príncipe heredero a cargo de Ciudad H, así que todos le obedecían. innúmeras personas lo halagaban. No había nada que no pudiera tener cundo quisiera.
Samara se advirtió a sí misma, pero sonrió y dijo:
-Señor Álvaro, realmente no merezco esta posición que me otorgas. Si realmente me necesitas, sin duda alguna recordare la cooperación entre nuestras familias. Aunque mi pierna esta herida ahora, todavía puedo hacer los dibujos de diseño. Aunque Samara sonreía de manera luminosa, Álvaro se sintió amargado mirando su sonrisa.
En su sonrisa no existía ningún problema, pero no había calidez en sus ojos, sino un rastro de indiferencia. Álvaro hizo todo lo posible para suprimir la infelicidad en su corazón y dijo amargamente:
-Haz lo que quieras, no es necesario que te des prisa con los dibujos de diseño. A la compañía le ha ocurrido un problema recientemente. Por eso primero tengo que resolverlo y luego hablaremos de la cooperación. Tomate unos días para descansar y recuperarte de tu herida. Solo podemos cooperar bien cuando estes saludable, ¿no?
Samara ignoro la tristeza y soledad en los ojos de Álvaro, pero se dijo a si misma que no podía tener el corazón blando. Este hombre ni corazón tenía. Todo era solo una escena diseñada para que ella cediera. Ella sonrió y quiso responder, pero cerro los ojos. Obviamente se había cansado.
Al verla así, a Álvaro le pareció que no era bueno que se quedara mas tiempo. Se levanto y miro a Samara con los ojos cerrados. Al ver sus ojeras, queriendo permanecer más tiempo, le dijo:
-Descansa si te sientes cansada. He encontrado la asistencia especial para ti, así que estos días no vendré y tu almuerzo…
-Mayra me lo comprara. Gracias, seño Álvaro. -la sonrisa de Samara fue algo indiferente.
-Aplica las medicinas otra vez en la herida de tu cara…
-Gracias. -por un momento. Los dos parecían no tener nada que decirse.
Álvaro de repente sintió añoranza por la estancia de Rebeca, que al menos hacia que Samara quisiera acercarse un poco a él, aunque lo hacía con una intención a él no le importaba.
Ahora, Álvaro y Samara parecían estar separados por inúmeras montañas y ríos imposibles de cruzar. Esta sensación lo hacia sentirse impotente y doloroso, pero él no podía hacer nada para mejorar la situación.
-Descansa, me voy.
-Adiós. -esta vez, Samara ni siquiera quiso fingir ser cordial.
Al verla así, Álvaro dejo frustrado la sala.
Samara abrió los ojos en el momento en el que el dejo la sala. En su mirada se deslizo una luz de significado desconocido.
Álvaro abrió la puerta de la sala y encontró a Josué esperándolo en el pasillo.
- ¿Tienes algo que contarme?
Josué se acerco rapidamente e informo em voz baja:
-Señor, lo comprobé. El día que se filtró la información de la compañía, Eduardo realmente fue a la empresa. Este es el video de vigilancia y hay gente que lo vio, pero no estaban seguros de si era Eduardo.
Las cejas de Álvaro se fruncieron ligeramente y un destello se deslizo en sus ojos.
-Ven a la casa Ayala conmigo.
-Si.
Josué volvió a la casa Ayala con Álvaro sin decir nada. Adriano estaba jugando un videojuego en su habitación.
Este videojuego fue diseñado por Eduardo. Adriano estaba jugando en su habitación.
- ¡Maldita sea! ¿Por qué no lo puedo terminar? -Adriano estaba tan absorto en el videojuego que ni siquiera noto que Álvaro había entrado. Solo levanto la cabeza cuando su padre le quito el ordenador. - ¿Quién? -respiro hondo. - ¿Quién se atreve a tocar mi ordenador? -Adriano levanto la cabeza con rabia y vio a su padre ahí parado con un semblante frio, entonces su furia se marchito enseguida. -Papa, ¿Qué haces aquí?
Sin embargo, Álvaro no respondió a su pregunta, sino le dio el ordenador a Josué.
-Prueba, a ver si puedes terminar-
Josué se sorprendió un poco, no entendía las intenciones de su jefe, pero cogió el ordenador y empezó a jugar. Al ver que Álvaro no lo culpaba, Adriano salto rápidamente de la cama y se acercó a Josué. Cogió una silla, se sentó a su lado y le rogo en voz baja:
-Josué, tienes que ayudarme a terminarlo. Lo he intentado por una hora y no lo he logrado, me siento mal por eso.
Josué sonrió a Adriano y empezó a jugar. Media hora después, las cejas de Josué aún estaban tensas. Una hora después, de la frente de Josué caían gotas de sudor. Al ver esta escena, Álvaro sonrió fríamente y critico:
-Josué, es hora de que vayas a capacitarte, ahora no puedes ni terminar un juego diseñado por un niño, ¿todavía te atreves a decir que eres el asistente especial del Grupo Ayala?
Toda la espalda de Josué se mojó por el sudor, pero respondió sin querer rendirse:
-Señor, es definitivamente imposible que un niño haya diseñado esto. No es necesario que se burle de mi así.
Álvaro cogió el ordenador, se lo paso a Adriano y dijo:
-Sigue jugando, a ver cuando lo puedes terminar. Si lo logras, me avisas.
-Papa, ¿me dejas seguir jugando?
-Esta vez sí. -después de responderle, se levantó y salió de la habitación. Josué tampoco se atrevió a quedarse ahí y siguió a su jefe al estudio.
En el estudio, Álvaro le paso la copia del video de seguridad a su subordinado.
-Lo has visto, un niño nos la ha jugado a todos.
Josué dudo y se sentó al lado de su jefe rápidamente. Cuando vio el contenido del video, se sorprendió tanto que su boca se abrió. Tal expresión de sorpresa complació a Álvaro, pues de repente sintió orgullo. Si Eduardo fuera realmente su hijo, debería hacer una buena celebración por esto.
Josué se quedó estupefacto de la sorpresa y se recuperó de ella después de un buen rato.
- ¿Esto… fue diseñado por Eduardo?
- ¿Así que crees que la filtración de secretos de la compañía no tiene nada que ver con él? -Álvaro se sirvió una copa de vino y ofreció otra a Josué. Meciendo la copa de vino, sonrió y dijo: -La primera vez que me avergoncé en publico fue porque este niño me orino en la cara en el baño del aeropuerto. Sospeche que había sido el quien había filtrado el video, puesto que en el baño estábamos solos. La segunda vez fue el día en que la red de la compañía había sido atacada. En la investigación descubrimos que el hacker cambio la dirección IP directamente a la antigua casa Ayala. Ambos casos muestran que la otra parte conocía muy bien a nuestra familia. La tercera vez filtro documentos confidenciales de la empresa, esta vez Eduardo apareció en mi oficina. Después según el rastreo del hacker fuimos a la guardería de Adriano, pero al final lo encontramos solo, este se negó a confesar quien se había quedado en la habitación antes que él. Entonces he investigado un poco y he encontrado que Eduardo es el único amigo de Adriano. ¿Ha sido todo coincidencia? Si lo es, entonces dime, ¿Cómo explicas que no hayas podido acabar el videojuego? -la serie de palabras de Álvaro, aturdieron a Josué.
-Pero, ni siquiera tiene cinco años.
-Así es, gracias a que todavía no alcanza a los cinco años, ese mocoso va a lograr hacer muchas cosas. Pero si es mi hijo, me resultaría razonable. -Álvaro sonrió con orgullo y arrogancia, pero sus palabras sorprendieron mucho a su subordinado.
-Señor, ¿Qué ha dicho? ¿esta diciendo que Eduardo es su hijo?
Álvaro sonrió orgulloso.
-También quiero saber si hay posibilidades. Afortunadamente el resultado saldrá mañana.
- ¿Mañana? -ahora Josué no podía hacer otra cosa a no ser repetir lo que le había dicho su jefe, puesto a que sus palabras impidieron que su celebro funcionara.
Aunque sabía que Álvaro le había pedido que investigara sobre el asunto de Eduardo y Catalina y también sabía que Álvaro había hecho una prueba de paternidad, ¿Cómo podría ese mocoso ser su hijo?