Rachel era la «consejera» de Hailey, su principal táctica era que molestara a Jordan sin cesar.
Tenía mucha experiencia en lo que respecta a las relaciones y entendía muy bien a los hombres. Sabía que muchos ladran pero no muerden. Si las mujeres, especialmente las guapas, tomaban la iniciativa de disculparse con ellos y perseguirlos, los hombres solían aceptarlo sin mucho esfuerzo.
Fingiendo sorpresa, Rachel se dirigió de nuevo a la villa.
—Jordan, mira, Hailey se ha puesto de rodillas para pedirte perdón otra vez. Si sigues sin perdonarla, no se levantará. Acabo de ver el pronóstico del tiempo y pronto caerá un fuerte aguacero. ¿Por qué no la perdonas primero? ¿Y si empieza a llover y ella sigue negándose a levantarse? Durante los últimos tres años, la has cuidado tan bien, y nunca se ha puesto enferma. No querrás que se resfríe, ¿verdad?
Rachel sabía muy bien que a Jordan le dolería ver a Hailey enfermar.
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