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Una gran petición

Después de hablar con Luisa, volví a la mesa y les conté a todos lo sucedido, evidentemente, todos estaban sorprendidos, aún así, aceptaron. El restaurante al que fuimos no estaba muy lejos del restaurante de Luisa así que, llegamos rápidamente en metro.

Llegamos y entramos, dentro del restaurante nos estaba esperando Luisa, vestida con pantalón vaquero y una camiseta de muy mal gusto, además de una gabardina.

-Que rápido habéis llegado, muchachos- dijo al vernos entrar.

-Estábamos comiendo en un restaurante cercano cuando llamaste- dijo Björn.

-Bueno, vayamos al grano. Necesito que estéis aquí el sábado.- dijo

-¿Por qué?- preguntó Minami, aunque ella ya sabía la respuesta.

-¿No os lo ha contado el inspector?- preguntó Luisa, claramente sorprendida.

Le explicamos todo lo que había pasado, incluyendo el tema de José.

-Ya veo, entonces.¿No os importa venir?- dijo

-Claro que no.- dijo Elisabeth.

-Gracias, sabía que podía confiar en vosotros, chicos.-

Ya teníamos un objetivo, el sábado tendríamos que asistir al nuevo concierto del restaurante, así pondremos nervioso al culpable y cometerá un error que les permita descubrirlo. Después de eso, todos nos fuimos a nuestras casas, como la mía era la que más lejos estaba, tuve que tomar el metro.

Llegué a casa. Eran más o menos las cuatro de la tarde, mis padres no estaban en casa, se habían ido a comprar. Decidí ponerme al día con mis deberes, haber estado ausente por dos días había provocado una lista bastante extensa de ejercicios.

Así el día pasó, llegando el miércoles. Me levanté como siempre y fui a clase, donde me encontré con el resto. Realmente fue una semana normal, la típica semana de octubre. A excepción del sábado. Me levanté algo tarde, a las diez de la mañana. No me compliqué mucho con el desayuno, un tostada con mermelada y mantequilla. Mientras desayunaba vi el pronóstico del tiempo, que decía que iba a ser un día muy soleado y caluroso, algo extraño si pensamos en la época del año en la que estamos. Terminé de comer a las once y me dirigí a la puerta pero, mi madre me detuvo.

-¿A dónde vas, cariño?- me giré sorprendido, debido a la rapidez con lo que madre se había adaptado al idioma y cultura española.(1. mira los pensamientos del autor para ver la explicación)

-He quedado con mis amigos en el restaurante de Luisa-

-¿Eh, que restaurante es ese?-

Hasta ahora no me había dado cuenta de que nunca habíamos llamado al restaurante por su nombre.

-Se llama "Lupin", estudiaremos y comeremos allí.- respondí.

Cogí el metro y fui al restaurante, para ser sábado el metro estaba demasiado lleno, era casi imposible respirar. Cuando llegué allí, el resto ya me estaba esperando.

-Hola- dije cuando me acerqué

-Hey. ¿Acaso se rompió tu despertador?- dijo Björn riéndose.

-¿Por qué?- pregunté extrañado por la pregunta

-Habíamos quedado a las diez y media. Son las once y cuarto- dijo, esta vez con una expresión más seria.

-¿En serio? Había entendido a las once y media.-

-Bueno, eso ahora no es importante- dijo Minami.

-Tienes razón- respondimos Björn y yo.

Entramos al restaurante, estaba igual que siempre, a excepción de un gran cartel que anunciaba el concierto.

-Hola, chaval.- dijo Carlos al verme

-ah, hola Carlos- respondí- ¿Ya terminaron tus vacaciones?-

-Sí, además la persona que me sustituyó no hizo bien su trabajo y ahora tengo que hacer más cosas- dijo y suspiró.

En aquel momento, la voz de Carlos se me hizo familiar, pero no sabía donde la había escuchado antes.

-¿Los instrumentos ya están en el escenario?- pregunté

-Esta vez se los hemos dado a los músicos directamente- respondió.

-Ya veo...¿Alguien toca la guitarra en la banda?-

-Sí, mi amigo Samuel es el guitarrista de la banda.-

-¿Le diste la guitarra personalmente?-

-No, lo hizo uno de mis compañeros del camión.- no me acordaba, en ese camión hay tres personas.

La banda entró en el escenario. A simple vista, la guitarra de Samuel estaba en perfectas condiciones, aún así, decidí acercarme un poco más. definitivamente su guitarra estaba bien.

La banda empezaría a tocar en diez minutos, estábamos muy nerviosos.

Si su guitarra estaba bien, nada malo podía pasar. ¿Cierto?

1, en Japón no se utilitza el término "cariño", sino que se utilitza el sufijo -chan detrás del nombre para mostrar afecto.

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