Por mucho que Karl valorara la oportunidad, no podía dejar que Nora corriera semejante riesgo.
Aunque él e Ian siempre discutían en cuanto se veían, en el fondo se admiraban y respetaban mucho. Dejando de lado el hecho de que ambos se tenían en alta estima, solo la relación entre Tanya y Nora ya era...
Karl pensó en cómo había reaccionado Tanya cuando la llamó para pedirle que se pusiera en contacto con Nora por él. Su hija no había dejado de preguntar cosas como: «¿Es peligroso? ¿Estás seguro de que no será peligroso? ¿No hay ningún peligro?», etc. Karl había garantizado que no dejaría que su amiga sufriera ni un rasguño en el incidente.
Ahora que las cosas habían salido así, ¿quién sabía lo que la Liga de los Sicarios podría hacerles? Si Nora resultaba herida, ¿cómo iba a responder ante su hija?
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