-Vamos, padre, baja del carruaje- dijo Viggo
En estos momentos el carruaje de Hephaestus estaba frente a la enorme mansión que había construido Semiramis. Una construcción hecha de roca blanca con cupulas de color azul en la cima y rodeada por un cercado hecho con pilares de cemento y fierros retorcidos que parecían lanzas apuntando al cielo.
Kain se bajó del carruaje y después fue el turno de Kiara, quien vestía su usual ropa de monja. Viggo ayudo a Kiara a bajar y ella no le soltó la mano en ningún momento, incluso si toco el suelo. Los tres miraron el amplio cercado de más mil metros de ancho por mil de profundidad. La construcción de roca blanca y cúpula azul en su cima estaba colocada en el centro de la propiedad, rodeada de amplios pastizales e islas de flores en la entrada. Se podían ver carpinteros, pintores y albañiles trabajando a lo largo de la construcción. Todo debería haber estado listo hace dos meses, pero gracias a la adición de Rosewisse, las puertas y entradas se habían agrandado para que ella pudiera acceder a la casa con facilidad.
No obstante, Viggo y compañía no venían por eso. Necesitaban realizar una construcción complicada y secreta bajo la mansión. Los cuadros "pintados" de Viggo se estaban acumulando, cada uno con diferentes motivos. En su gran mayoría para agradar a sus esposas y darles un lugar de entretenimiento. Para Rosewisse era una isla floral de Alfheim. Scheherezade con las colinas de Esparta, con la antigua casa de Viggo y los pastizales de los alrededores. Sakura y Ana habían pedido la ciudad de Esparta, todo el perímetro de cien metros a la redonda del estanque en el que los tres se sentaban a comer manzanas y dejar que la tarde cayera. Semiramis había guardado su propuesta, quería pensarlo bien, lo mismo Tsubaki. Por otro lado, Viggo había creado el primer cuadro "pintado" con una finalidad utilitaria. Una zona desértica y rocosa para que Rosewisse pudiera practicar y experimentar con las piedras de memoria, varitas y magias respectivas. Ahora ya no se tendrían que preocupar de que alguien los espiara.
Así que con todos esos cuadros "pintados" Viggo debía encontrarle una ubicación segura, donde nadie, ni siquiera los dioses con sus habilidades especiales, pudieran entrar. Para eso Viggo había traído a su padre, quien construiría un subterráneo, solido, amplio y cerrado mientras que Kiara se preocuparía de generar un ambiente utilizando las pinturas y que hubiera oxígeno, además de poner una barrera defensiva. Ella aseguro que ni siquiera Uranos, con todo su poder, podría poner un pie en dicho lugar.
En la entrada, por detrás de las dos enormes puertas, estaba el capataz de la obra. Un enano de prominente panza y rostro serio. El tipo abrió la reja mientras Viggo, Kain y Kiara caminaban a su encuentro.
-Buenos días, Hargus- dijo Viggo con una sonrisa tranquila y confiada
-Hola, buenos días, señor- dijo Hargus con una sonrisa amable, pero que notaba preocupación en su mirada. Cada vez que veía a Viggo se sentía pequeño en el sentido estricto de la palabra.
Viggo y compañía entraron y avanzaron mientras Hargus le indicaba a un trabajador que cerrara el portón. Viggo miró los grandes pastizales verdes con enormes islas ovaladas repletas con flores. El camino por el que ellos avanzaban tenía treinta metros de ancho por doscientos metros de largo. Al final de ese camino se alzaba la mansión de tres pisos con numerosas habitaciones y cuatro torres, una en cada esquina. Cada torre tenía una cúpula azul y el centro de la mansión también había una más grandes.
La entrada estaba en el centro de la mansión con dos enormes puertas de madera sólida. Hargus avanzó por delante y llegó delante de la puerta, la abrió y dejo pasar a Viggo y el resto. Entonces vieron la recepción de la mansión, amplia con más de cincuenta metros de ancho y cuatro de alto. Al fondo había una enorme muralla que abarcaba los dos pisos inferiores con una escalera con barandillas metálicas a los lados. Por debajo de las escaleras se podían ver dos anchos pasillos que seguramente llevaban al centro del piso inferior.
-Hargus- dijo Viggo -nos puedes dejar por aquí-
-¿En serio? Como usted diga señor-
-Sí, gracias- respondió Viggo
Hargus hizo una reverencia y salió de la mansión. Por dentro se escuchaba el sonido de los martillos y cinceles. Las sierras y otras herramientas, pero nadie que se vieran en las proximidades.
-Guíanos, padre- dijo Viggo
Kain avanzó por delante y se dirigió a la escalera de la izquierda -vengan conmigo, me adelanté un poco y vine el otro día con tu madre-
-Ojalá que madre no le empiece a decir a Semiramis todo lo que no le gusta- dijo Viggo
-Bueno, lo mismo espero, pero ya sabes-
-Semiramis tiene cosas más importantes que estar peleando con mamá, me gustaría que madre entendiera eso-
Kain no respondió, porque entendía que muchas familias tienen su forma de interactuar. Decirle a su esposa que no molestara a su nuera era como pedirle que no conversaran.
-¿Semiramis quiere pintar un mural aquí?- preguntó Kiara mirando el gran muro entre las escaleras. Ella, Viggo y Kain se detuvieron a contemplar la pared de treinta metros de ancho por ocho metros de alto.
-No lo sé, por ahora me dijo que lo pensaría- dijo Viggo -pero me pidió que pensara en algo ingenioso y artístico para el tercer piso, donde está la cúpula. Ya siento dolores de cabeza con solo pensar en rellenar todo ese espacio, además ¿Quiere que sea un solo tema? ¿Cómo?-
-Hay mucho que podrías hacer, Xiao ama las cosas modernas, sobre todo de los mundos donde la magia se extinguió. Pregúntale, seguro que tiene alguna idea ingeniosa y maravillosa que podrías copiar-
-A Semiramis no le va a gustar-
-Puede ser, pero dale una oportunidad. No es tan sencillo crear una obra maestra-
-Me lo imagino, padre me ha estado enseñando a confeccionar anillos y collares con terminaciones elaboradas, pero aún no soy bueno. Es más difícil a cada momento que creo que estoy avanzando-
-La perseverancia, muchacho- dijo Kain -solo con perseverancia y practica se logran grandes cosas. Ven, vamos al tercer piso, ahí hice el ascensor que te llevará al subterráneo-
Viggo hizo una sonrisa astuta y le dijo -espero que sea tan genial como me lo prometiste-
-Será genial, muchacho-
De esa manera subieron por las escaleras hasta el segundo piso, con las habitaciones del lado izquierdo mientras que los salones de té, biblioteca, comedores y otros estarían en el centro de la mansión. Una completa locura, pensó Viggo, pero Semiramis venía de una cultura donde los reyes tenían numerosas esposas y descendientes. Ella pensaba que Viggo no sería diferente. Después de todo ya tenía seis esposas.
Una vez que llegaron al tercer piso, entraron a una enorme habitación. La habitación de Viggo en la mansión de Hephaestus era de cincuenta metros de largo por veinte de ancho. Está habitación era de cien metros por cien metros, una verdadera locura, pero considerando las aficiones de Viggo, Semiramis dijo que era un espacio adecuado. Todas las paredes de la habitación eran blancas, salvo una que era de color gris roca.
Kain se acercó a dicha pared gris coloco su mano en la superficie y la pared se deshizo como si fuera de arena, por dentro había un enorme espacio oscuro con un suelo de roca gris con runas grabadas en los bordes. Viggo desconocía dichos caracteres, pero Kiara los conocía muy bien, pertenecían al mundo del alma oscura.
-Ven, subamos- dijo Kain e hizo un ademan con la mano derecha y genero sobre su cabeza una esfera de luz clara. Él entro al espacio oscuro y se posiciono sobre el piso de roca. Viggo y Kiara lo siguieron y Kain extendió su mano y volvió a levantar la muralla. Ahora el aire era escaso, el ambiente silencioso y se sentía claustrofóbico.
-Muchacho- dijo Kain -ves ese botón convexo en el centro del suelo, písalo con tu pie-
Viggo miró a su padre, después miró el centro del piso y vio dicho botón de piedra convexo. Lo piso con su pie derecho y de repente sintió la ingravidez de empezar a descender, se sentía rápido y suave, pero extraño a la vez. Ni siquiera el ascensor de la torre de Babel era tan suave y rápido. En tan solo unos segundos llegaron al subterráneo, un espacio amplio y oscuro. La luz sobre la cabeza de Kain no lo podía iluminar todo, así que hizo varios ademanes creando esferas de luz y lanzándolas a la distancia. El espacio era tan amplio como su habitación, cien por cien metros. Todo hecho de roca solida con cuatro pilares en el centro. A menos que Viggo perdiera la cabeza y golpeara los pilares con todas sus fuerzas, nunca se derrumbaría.
-Las pinturas, Viggo- dijo Kiara -yo y Kain podemos estar bien, pero no creo que tú estes bien con tan poco oxigeno-
Viggo se sintió mareado y asintió. Se desabrocho la bolsa de cuero de la cintura que por lo general manejaba Rosewisse, pero que hoy le habían prestado. Viggo sacó la pintura de Alfheim del interior y la sujeto con ambas manos. Kiara apunto su mano derecha a la pintura y el cuadro levito. Kiara hizo que la pintura volara a una pared, pego la pintura al muro y después hizo un ademan con la mano. Entonces la pintura dejo salir un viento puro de aire fresco que hizo sentir mejor a Viggo. Al mismo tiempo, a los lados de la pintura apareció pasto y algunas hierbas con hojas que emitían un brillo celeste.
-Eso está mucho mejor- respondió Viggo, después fue sacando el resto de los cuadros pintados y Kiara los fue colocando en las paredes. Todos ayudaron a ventilar el subterráneo blindado
-¿Con eso debería estar?- preguntó Viggo
Kiara negó, cerró sus ojos y sus manos y después las abrió al mismo tiempo, entonces se creó una red alrededor del subterráneo que brillo de un color fosforescente y después se apagó, como si nunca hubiera existido -con esto está bien- dijo Kiara -ningún dios o mortal podrán entrar a este lugar sin tu consentimiento-
-Eso es un alivio- respondió Kain -estás cosas son muy valiosas y peligrosas-
-Padre, Kiara, ya que hemos arreglado esto, tengo una pregunta asociada a otro tema- dijo Viggo cruzándose de brazos y admirando los cuadros pintados en la pared -¿Como retengo una divinidad? Mi maestro me dio un indicio, ya tengo acceso a mi poder divino, pero él solo me indico que debía tomar el poder divino con mi fuerza divina y después introducirlo en mi pecho-
-Entiendo- dijo Kiara como si pudiera saber lo que pensaba Viggo -me parece que es un poco arriesgado, pero es mejor que dejar que un poder se pierda-
-¿Qué sucede?- preguntó Kain -¿De que no me entero?-
-Kain, Viggo no es como tú, él tiene que correr sus propios riesgos. Sus futuros son diferentes- dijo Kiara mirándolo a los ojos
-¿Sobrevivirá?-
-Un noventa por ciento, sí-
-La duda-
-Siempre hay un punto de duda, no se puede dar nada por hecho-
-Por favor, dejen de pelear- dijo Viggo mirándolos a los ojos con seriedad, él parecía estar calmado y con una actitud confiada. No le interesaba lo que ellos opinaran, solo lo que ellos podían aconsejarle -¿Cómo se puede realizar la obtención de una divinidad?-
-Agua- dijo Kiara -imagina que quieres tomar agua. Juntas tus manos y llevas el agua a tu boca, la procesas a través de tu cuerpo y la absorbes. Lo mismo es con la divinidad. Lo de ser necesario tener acceso a tu poder divino es verdad. Mira, imagina que tiene una esfera de agua externa. No puedes introducirla directamente a tu cuerpo, pero si puedes crear una esfera de poder divino alrededor de tu alma. Entonces absorbes el poder divino y vas convirtiendo y llenando la esfera de poder divino alrededor de tu alma. Es un proceso largo y doloroso. No te preocupes, tienes una gran posibilidad de que todo salga bien, pero como todas las cosas que no desarrollas por tu cuenta, estará limitado. Tú cuerpo no podrá soportar esa potencia-
-¿En serio?-
-Por supuesto, es algo antiguo y demasiado poderoso. Incluso tú padre, sabiendo toda la magia que sabe y teniendo un cuerpo con una alta afinidad a la magia, no puede soportar la descarga de todo su poder. Se fragmentaría-
-No era necesario decirle eso- dijo Kain
Viggo miró a Kain con asombro -¿Padre no puede utilizar todo su poder?- preguntó
Kain negó -solo un ochenta por ciento- dijo -si ocupo más que eso, mi cuerpo se desmoronaría como si fuera arena-
-Entiendo-
-Tú no tienes que preocuparte- dijo Kiara -incluso si solo puedes manejar un treinta por ciento del poder que tomaras, será más que suficiente para sembrar el miedo en el corazón de todos tus enemigos. Solo recuerda, no te vuelvas loco y no te olvides de quién eres, Viggo Dragonroad-