Rosewisse y Viggo fueron a la torre de Babel y mientras caminaban por la calle, Rosewisse llamaba la atención de todo el mundo. No solo por su cabello de plata, ojos azules y hermoso rostro. Sus alas blancas llamaban mucho la atención, quitaba el aliento a los hombres y maravillaba a las mujeres con su pureza.
Viggo sonrió y cuando vio a algún idiota acercarse, se puso por delante y lo espanto. En caso de que aquel o aquella no se fueran, Viggo los noqueaba de un solo puñetazo. No porque quisiera defender a Rosewisse de ellos, sino porque protegía a los tontos aventureros de su ignorancia. Rosewisse fácilmente podía luchar con un aventurero de nivel ocho, algo muy por encima de las posibilidades del 99% de los aventureros. Si ellos la hacían enojar, ella fácilmente los podía convertir en carbón con una sola magia.
Una vez que Viggo y Rosewisse llegaron al calabozo, avanzaron por los pasillos siendo seguidos de cerca por un gran grupo de aventureros, pero cuando vieron un precipicio que conectaba con los pisos inferiores, Rosewisse no lo dudo dos veces. Ella abrazo a Viggo por detrás, desplego sus hermosas alas y se lanzó en picada por el oscuro precipicio. Viggo grito como nunca en su vida, ella se rio y los aventureros quedaron asombrados.
Una vez que Rosewisse y Viggo llegaron a la parte inferior, Rosewisse comenzó a desacelerar el descenso y cuando iban a llegar al suelo, dejo a Viggo con total sutileza. Viggo cayó de rodillas al suelo, abrazando la tierra. Jamás había pasado tanto susto.
-Maldita- grito Viggo con un rostro pálido. Se puso de pie y avanzó hasta detenerse frente a Rosewisse -dijiste que no lo volverías a hacer-
-Bueno, dije que no te volvería a hacer una broma. No te hice bromas, solo te transporté desde allá arriba acá abajo. Nada más- respondió Rosewisse como si no fuera nada del otro mundo
-Pero, pero- dijo Viggo tratando de buscar una excusa para recriminarle su repentino salto al acantilado ¿Cuántos metros de caída libre fueron? ¿mil, dos mil, más?
-Ya, ya- dijo Rosewisse, se acercó a Viggo y lo abrazo. Después le tomo la cabeza y la dirigió a su hombro. Ella notó que él estaba tiritando de miedo y se sintió mal. Pensó por un momento que era mala idea, pero esa gente no los dejaba tranquilos nunca. Así que hacer su movimiento fue lo mejor para conseguir un poco de privacidad. La lucha que iban a tener en el calabozo no era un espectáculo para todos los ojos.
Pasaron cinco minutos antes de que Viggo se tranquilizara. Él se separó de Rosewisse y frunció el ceño. Rosewisse sonrió divertida, pero de inmediato convoco su varita de plata en su mano derecha y con un solo movimiento, toda su armadura dorada la recubrió. Incluso su casco apareció, algo que Viggo no había visto desde que ella lucho con Thor.
-¿Cómo haces eso?- preguntó Viggo sorprendido y dando vueltas alrededor de Rosewisse.
-Nosotras las valkirias, a medida que ganamos poder nos volvemos seres espirituales y ganamos la facultad de materializar todas las cosas o guardarlas dentro de nuestra alma. Es limitado lo que podemos hacer, pero la armadura y tu arma principal están dentro de las posibilidades-
-¿Eso quiere decir que si te matan en tu cuerpo físico no mueres realmente?- preguntó Viggo deteniéndose en las hermosas alas de Rosewisse y pasando sus manos por encima de las plumas doradas que formaban una armadura sobre las alas de carne y hueso.
-No, estoy lejos de poder lograr eso- respondió Rosewisse -soy una valkiria demasiado joven. Aun me falta poder para lograr ese estado de inmortalidad-
Viggo se apartó de las alas y volvió al frente, mirando a Rosewisse en su espeluznante casco dorado. Parecía un rostro humano, pero con dos cuernos de metal que crecían desde la cien y apuntaban al cielo. Por detrás había dos alas con la forma de plumas de un color rojizo ígneo. Por delante, había dos orificios para los ojos pintados de rojo. Una boca dibujada con las comisuras hacia abajo en una expresión seria. Después de la mandíbula caía una malla que protegía el cuello.
Sin embargo, por muy protegidas que estuvieran las alas, la indumentaria para proteger el cuerpo parecía más decorativa. Una tela beige que cubría los senos y una túnica roja que empezaba por debajo de los senos y llegaba hasta las rodillas. La túnica tenía dos largos tajos a los lados, para no obstruir la movilidad de las piernas. Encima de la túnica roja había un cinturón grueso que cubría desde las costillas hasta el estómago, todo de oro y con dos tirantes que subían por el pecho y se conectaban con la espalda. Las piernas quedaban a la vista, hermosa, lisas y largas. Pero las botas eran planas, sin ningún adorno, más allá de ser doradas.
Viggo mostro una pequeña sonrisa y dijo -todavía no entiendo como pudiste aguantar los ataques de Thor con tan poca armadura-
-Mi magia es fuerte- respondió Rosewisse
Viggo asintió, desabrocho la bolsa de cuero de su cintura y la empezó a sacar lo que podía utilizar, como los guanteletes, el cinturón y botas. Después de recibir el ataque de Thor, la coraza había quedado inservible, con un tremendo agujero en el pecho. Viggo también saco el brazalete y el hacha Leviatán.
-¿Seguro que está bien sin la coraza?- preguntó Rosewisse
-Sí, está bien- respondió Viggo mientras se colocaba ambos guanteletes -quiero que veas lo fuerte que es mi touki para que lo quieras aprender. Después tú me enseñas tu magia de fortalecimiento-
-Está bien, pero sin llorar-
-Tú serás la que llorara-
Viggo se terminó de colocar el resto de las protecciones y finalmente apretó su mano izquierda, canalizo mana al brazalete y desplego las aspas hasta formar un escudo.
-¿De quién es ese emblema?- preguntó Rosewisse al ver el escudo formado y la marca roja en la superficie.
-De mi padre, dice que significa equilibrio. Yo solo veo a un demonio-
-También veo lo mismo. A veces, los padres ven las cosas más raras-
-No lo dudo, mi viejo ha vivido mucho tiempo. Así que él dice eso de esta marca, debe ser así-
-¿Tú confías mucho en tu padre?-
-Sí- dijo Viggo, levantando su rostro y mirando a Rosewisse al casco con los largos cuernos dorados que apuntaban al cielo -mi padre es como yo, en muchos sentidos-
-Atesora a tu padre- dijo Rosewisse en un tono de voz suave
-Yo…lo haré- respondió Viggo pensando en lo que había hecho por su padre hasta el momento ¿Acaso no le había dado solo problemas? ¿Cuándo fue la última vez que le regalo algo? Viggo tomo una profunda respiración y tomo nota de darle algo a futuro. No era justo que el viejo todo el tiempo este haciendo cosas para él, pero él nunca le regale nada.
Viggo se agacho y recogió su hacha leviatán. Se puso en posición de combate y le dijo -cuando quieras-
-Insolente- grito Rosewisse, apuntó su varita y creo al instante un círculo de magia con la runa de sowelu. Casi en simultaneo voló una bola de fuego hacia Viggo. Este último se movió hacia un lado, esquivando el ataque por un pequeño margen y avanzó a paso rápido. Sin embargo, cuando le dio la impresión de que iba a alcanzar a Rosewisse, ella se elevó en el al aire por un par de metro y descendió varios metros más allá.
-Oye- grito Viggo apuntando a Rosewisse con su hacha -eso no se vale ¿Cómo vamos a saber quién es el mejor si sales huyendo?-
-Idiota, mis alas son parte de mí. No es injusto si no hay reglas que lo impidan- grito Rosewisse de vuelta
-Tramposa, no vueles o si no, no continuare luchando-
-Eres un bebé llorón, ven, te enseñare lo que es un real guerrero-
-Lo que digas, te cerrare esa boca mentirosa con mi hacha-
Viggo corrió con todas sus fuerzas, Rosewisse apuntó su varita y comenzó a lanzar una magia detrás de otra. Ella se dio cuenta de que algo no andaba bien. Viggo podía leer el patrón de movimiento de sus ataques con total facilidad, como si predijera su dirección. No obstante, ella apuntó su magia al suelo por delante de Viggo y realizar ataques en área. Viggo igual los pudo esquivar, pero ahora tenía que saltar y rodar para poder apartarse de ellos. Lo que le dificulto el avance, pero no lo detuvo.
Viggo llegó delante de Rosewisse y en lugar de atacar con su hacha, lanzó un puñetazo en carrerilla con su mano izquierda. Sin embargo, paso lo mismo que con Thor cuando lanzaba su martillo, Rosewisse se desvaneció. Viggo miró los alrededores y se dio cuenta de que ella estaba a dos metros de su espalda.
Rosewisse tomo su varita, la recubrió de una energía dorada y la transformo en una guadaña de dos manos. Lanzó un corte dirigido al cuello. Viggo se agacho, paso por debajo del corte y de forma inconsciente, lanzó un contrataque con su hacha a las costillas. Detuvo el ataque de Rosewisse y él aprovecho de continuar su ataque, pero justo cuando iba a descargar su hacha contra el pecho, se detuvo a unos centímetros, dudoso de si realmente la dañara o no. Rosewisse aprovecho de retroceder, junto energía dorada en sus manos y dio un fuerte aplauso, ocasionando una explosión de luz y cegando a Viggo.
-¿Por qué no me atacas?- grito Rosewisse furiosa -pensé que estábamos luchando-
-Y lo estamos, pero no estoy seguro de los alcances de tu poder- grito Viggo de vuelta, con los ojos cerrados y dirigiendo sus oídos a la voz de Rosewisse -no quiero herirte de verdad-
-Si no luchas de verdad, se acabó, nada de aventuras, nada de amigos, nada de nada. No seré amigo de alguien que me subestima-
-Como quieras- respondió Viggo frunciendo el ceño, realmente le preocupaba herirla.
Al mismo tiempo, Rosewisse ocupo su poder, desapareciendo y apareciendo detrás de Viggo. Recubrió su varita de plata de la energía dorada y la transformo en una guadaña de energía. Ella lanzó un corte a las costillas, pero Viggo de nuevo predijo la trayectoria de su ataque, se agacho y paso por debajo de la guadaña. Viggo se acercó, lanzó un corte ascendente que golpeo la barbilla de Rosewisse, después uno descendente. Eso dejo a Rosewisse mareada, pero Viggo no se detuvo, lanzó su hacha girando alrededor de su cuerpo y paso a golpear a Rosewisse en su pecho. Después la atrapo en el aire, la volvió a lanzar con más fuerza y el hacha voló a su alrededor dos veces, golpeando en la cabeza y pecho a Rosewisse. Viggo hizo el mismo movimiento una tercera vez, lanzando el hacha con más fuerza, pero añadiendo mana al hacha y haciendo que la cabeza se cubriera de hielo.
Rosewisse no quedó con heridas, pero los duros golpes del hacha la dejaron adolorida por todo el cuerpo. Ella se hizo para atrás y al ver a Viggo, noto que él todavía tenía los ojos cerrados.
-Dijiste que no hiciera trampa- protesto Rosewisse mareada
-No hago trampa, son mis instintos. No es necesario que vea para poder luchar- respondió Viggo con los ojos cerrados
-¿Y por qué no te defendiste correctamente del ataque de Thor?-
Viggo soltó un bufido de indignación, dejo su postura de combate y respondió -una cosa es poder percibir y otra muy diferente es poder reaccionar. Esto solo quiere decir que tus ataques son más lentos que los de Thor con su mjolnir-
-Me vengare, ya lo veras-
Viggo sonrió y retomo su postura de combate -eso estoy esperando- respondió
Rosewisse soltó un grito de guerra y se lanzó de frente contra Viggo, recubriendo su varita con la energía dorada y formando otra vez una guadaña.