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Continuación del entrenamiento 1.134

Odín, el dios rey de Midgar era conocido por muchos nombres como el Dios cuervo, Señor de los Colgados, Padre de todo y muchos otros nombres menos honorables como El dios tramposo.

Viggo leía uno a uno los pergaminos en las estanterías del segundo piso de la cámara secreta de Odín. El templo que había encontrado en un principio era solo una fachada. El dios Odín había ocupado este lugar para crear un portal a una de sus cámaras secretas, donde esconde sus estudios y tesoros. Aquí debería haber habido algo importante, pero por alguna razón, solo había estudios sobre el dios cuervo y sus movimientos a lo largo de Midgar.

Quizá, fue por la influencia del círculo de protección de Faye. Quizá, este lugar había sido abandonado y por eso lo llenaron la bruja Seidr y los Dragurs.

Viggo termino de leer un pergamino y miró por la ventana al patio externo con forma circular. Solo había un árbol de corteza gris que se elevaba a la altura de las murallas y extendía sus ramas limitando la luz del sol. En el centro del patio aún estaba la esfera negra. Ya habían muerto todas las criaturas en su interior, pero parecía que la esfera, mejor conocida como desgarro dimensional, parecía querer permanecer para siempre. No obstante, según los documentos, una vez que Viggo entre al desgarro dimensional y retire su contenido, la magia que lo sostiene se disipará.

Viggo miró los pergaminos en el estante del frente, soltó un suspiro y después miró el pergamino que tenía entre las manos -aquí hay suficiente información para odiar al dios rey de esta tierra- dijo -sus trampas, ambiciones y traiciones no tienen fin-

Viggo termino de leer el pergamino y lo devolvió a la estantería que estaba a sus espaldas. Después bajo por la escalera hasta el pasillo que pasaba por debajo del segundo piso y de nuevo salió al patio exterior. El clima era cálido, el cielo despejado y sin nubes. El árbol de corteza gris soltaba una a una sus hojas y ellas se deslizaban en el aire hasta cubrir el suelo. Era un lugar de meditación y de pensamiento, un lugar para fortalecerse en la soledad y en la auto contemplación.

Viggo se cruzó de brazos, a solo unos metros de la rasgadura dimensional y contemplo su oscuridad:

El dios rey, Odín, había estado preocupado por las profecías del Ragnarok (los presagios del fin del mundo). Y como menciono Kratos; Odín al ser el dios principal había estado acumulando conocimiento y organizando a sus fuerzas para soportar el día terrible. Sin embargo, el dios rey había caído en un estado de paranoia y había empezado a matar o encarcelar a todo aquel que le parecía sospechoso, incluso a los mortales. Después de todo, el propio dios rey mato a su creador y se nombró a sí mismo "Padre de todo", usurpando su lugar. Así que él también temía que le pasará lo mismo.

Al parecer, en lo profundo de un desfiladero existió una ciudad Enana, la cual veneraba con demasiado fervor a un dios de la guerra. El hecho es que Odín, en su paranoia y celos, destruyo la ciudad enviando varias decenas de ogros. Viggo cruzo el dibujo de la localización de la ciudad con el lugar en el que aquella vez vio a un grupo de ogros cazando unas cabras y pensó que ese podría ser el lugar, después de todo, la entrada a la cueva estaba hecha de piedra labrada.

-Lo que sea ¿Qué debería estar haciendo yo ahora?- se preguntó Viggo y negó con su cabeza como queriendo apartar los anteriores pensamientos. Entonces él miró rasgadura dimensional con la forma de una esfera oscura levitando en el aire e introdujo su mano. La rasgadura dimensional se extendió del tamaño de un portal. Era extraño, pensó Viggo, porque la punta de sus dedos había desaparecido sobre la superficie oscura como el alquitrán, pero no sentía ni frio ni calor, tampoco la perdida de la conexión con sus dedos.

Viggo se aventuró un poco más y metió su brazo hasta el codo, pero tampoco sintió nada en especial. Entonces él introdujo su otro brazo hasta el hombro, espero durante unos segundos, pero todo siguió igual. Así que Viggo decidió introducirse por completo.

Una vez que atravesó la superficie oscura, vio una habitación hecha de la misma materia oscura que la rasgadura. Tenía unos diez metros de ancho y largo, pero solo había un pedestal hecho de mármol en el centro de la habitación. En la superficie del pedestal habían puesto tres bolsas de cuero. Viggo camino hasta el pedestal mientras miraba el suelo y los alrededores sin encontrar trampas u obstáculos. Tomo las bolsas sin revisar su contenido y después salió de la rasgadura. Como decía en los pergaminos, la rasgadura perdió la magia que soportaba su estructura y disminuyo en tamaño hasta desvanecerse.

Viggo levantó las tres bolsas de cuero que había tomado del interior y las levantó a la altura de sus ojos. Sus labios formaron una amplia sonrisa y volvió a entrar al interior de la cámara. Subió al segundo piso y ocupo la base plana del ataúd en el centro.

-Lo siento, amigo, quien quiera que seas- dijo Viggo de buen humor -pero necesitó que funciones como una mesa-

Viggo dejo las tres bolsas sobre la tapa del ataúd y abrió la primera bolsa. Ahí encontró una nota y una piedra del tamaño de una moneda con la runa de Berkana "B" tallada en superficie. Viggo tomo la piedra con su mano derecha, cerró sus dedos e imbuyo la piedra de mana. Al instante siguiente se sintió mucho más fuerte y todos sus músculos tensos. Viggo cortó el flujo de mana y la sensación se detuvo. Después dejó la piedra con la runa de Berkana "B" sobre la tapa del ataúd y después miró su mano mientras la abría y la cerraba.

Era extraño, pensó, Berkana era una runa que hablaba de un "buen tiempo para formar relaciones o amistades". Sin embargo, la runa dibujada en la pequeña piedra aumentaba su fuerza ¿A lo mejor tendrá que ver con las personas cercanas a ti? En esta tierra, Viggo solo tiene a Atreus, Faye y Kratos ¿Tendrá que ver con la cantidad? Viggo negó con su cabeza y soltó un suspiro. Las runas eran algo que tenía que seguir estudiando, sus usos e interpretaciones estaban mucho más allá de la lógica.

Viggo miró una de las dos bolsas que quedaban por abrir. Tomo una, la abrió y en su interior encontró un misterioso mineral que parecía polvo de plata. Sin embargo, al tocarlo, Viggo sintió que era más parecido a los reactivos químicos que ocupaba Tsubaki para templar los metales. Viggo cerró la bolsa y se fue a la última bolsa. Al abrirla, encontró dos piedras talladas con la runa Berkana "B". Viggo probó cada una y sintió diferentes tipos de sensaciones. La primera agudizo su vista, no fue mucho, pero lo suficiente para darse cuenta. La segunda, agudizo sus oídos. No obstante, al igual que la primera piedra de runa, solo fue una mejora insignificante. Viggo con su touki podía aumentar el alcance de sus sentidos diez veces más que estas pequeñas runas. Ahora, con las tres alineadas sobre la tapa del ataúd, se preguntó ¿Qué las hacía diferentes?

Viggo las paso mirando y ocupando durante una hora, probándolas una a una o todas juntas. Entonces pensó que si hubiera recibido esto antes de que hubiera aprendido touki le hubiera sido de mucha utilidad. Sin embargo, ahora era totalmente inútil. No obstante, igual conservaría las piedras e iría aprendiendo de sus usos. Era más fácil para él investigar el objeto real que seguir leyendo el libro de Kiara. Ya lo había leído de tapa a tapa más de cinco veces. Había memorizado todos los textos hasta sabérselos de memoria, pero le costaba imaginar como Berkana "B" podía conferir diferentes tipos de fortalezas.

Por último, Viggo leyó la nota que había en la primera bolsa:

-"El reino de los Enanos está asegurado"- murmuro Viggo al leer la nota. El texto hablaba de una promesa entre los enanos y los Aesir (raza del dios Odín). A cambio, los enanos no ayudarían a los Vanir, otra raza con la que estaban en guerra los Aesir.

Viggo guardo la nota sin darle la mayor importancia y tomo una nota personal sobre los enemigos del dios rey. Si Viggo iba a pedir ayuda a los Vanir, ellos se podían negar. Pero si él aprovechaba la oportunidad cuando ellos estuvieran luchando con los Aesir, a lo mejor, podría encontrar una apertura y escabullirse para matar al dios rey.

<<-Muchacho, tú actúas como si estuviera dentro de tus posibilidades, pero es seguro que no has pensado más allá de solo matar al dios rey. Los dioses tienen súbditos y subordinados, todos ellos trabajando por el bien del más grande de todos los dioses. Si quieres matar al dios rey de estas tierras, tienes que primero matar a sus generales. De lo contrario, estás demasiado lejos como para si quiera preocuparte de tomar su energía divina->>

Viggo soltó un largo suspiro al recordar la advertencia de su maestro. Era como él decía, no puede ser tan fácil como solo encontrar una forma de llegar al dios rey Odín. Según su maestro, ese dios debería ser del tipo combativo, pero con mucha sabiduría y conocimiento. Bueno, la respuesta estaba a la vista. Viggo miro las estanterías a los lados de las murallas del segundo piso y vio una gran cantidad de pergaminos. Si está fue la cámara oculta de Odín, como dicen los pergaminos, eso quiere decir que aquí están sus estudios. No obstante, es como si alguien hubiera venido después de él y se hubiera ocultado aquí. Algunos pergaminos tienen diferentes letras a la de la gran mayoría. Viggo se rasco la cabeza con ambas manos en un gesto de fastidio y negó.

-Demasiada información- dijo, tomo la Bolsa de la Abundancia de su cinturón y metió las tres bolsas de cuero en su interior. Después se acercó a un cofre que estaba en la esquina y abrió la tapa. Solo había algunas monedas de oro, lingotes y copas, pero como tenían su propio valor artístico, con incrustaciones de piedras preciosas y otros adornos, era mejor guardarlos. Después Viggo tomo los pergaminos de los estantes y lo guardo todo. Una vez asegurado el conocimiento y las riquezas, Viggo bajo las escaleras para salir. Sin embargo, antes de llevar a la plataforma que lo llevaría a la "superficie", miró una vez más el lugar y pensó por un momento que sería una buena idea tener un escondite así.

Viggo volvió por la noche a la meseta donde entrenaba con Kratos. Al igual que los otros días, su maestro estaba sentado en un tronco, en el centro de la pequeña arboleda que aún quedaba en pie. La hoguera crepitaba y el viento ululaba. Sin embargo, la calma era la misma y no se escuchaban aves ni animales andar por los alrededores.

Viggo se sentó en el suelo, del otro lado de la hoguera y miró a su maestro.

-¿Dónde andabas, muchacho?- pregunto Kratos

-Por ahí, investigando- respondió Viggo con una sonrisa en los labios. Metió su mano a la bolsa atada en su cintura y sacó un par de piedras con runas. Después le lanzó una a Kratos y él la atajo en el aire.

-¿De dónde sacaste esto?-

-Anduve revisando un templo, un lugar escondido. Me encontré varios monstruos y algunos tesoros, pero lo más significativos fueron estas piedras ¿Las quieres?-

Kratos negó, le lanzó la piedra de vuelta y le dijo -si ocasionas algún problema, lo tendrás que resolver por tu cuenta-

-Lo sé, no te preocupes, tendré cuidado. A todo esto, encontré información y sé quiénes son los enemigos del dios rey-

Kratos entrecerró los ojos y lo miró a la cara.

Viggo sonrió con astucia y le pregunto -¿Quieres saber?-

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