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Fuerza y Rivalidad 1.116

Por la noche, Viggo acompaño a sus esposas a la mansión de su madre y después salió con dirección al centro de la ciudad. Una vez que llego a la torre de Babel, subió hasta el último piso y llego a un piso lleno de hermosas alfombras, ambiente refinado y hermosos muebles. En la entrada lo esperaba un elfo rubio cuyo rostro serio era acentuado por unas gafas redondas.

-Hola, Hedin, ando buscando a Ottar- dijo Viggo en cuanto vio al elfo.

Hedin, leal miembro de la familia Freya, alzó la ceja y dijo -buenas noches, Viggo Dragonroad, Ottar está ocupado-

-Solo dile que vine, nadie te está pidiendo explicaciones- respondió Viggo en un tono cortante

Hedin alzó la ceja en un gesto de molestia, pero considerando el estatus de Viggo, asintió y fue a informar de su llegada.

Al rato después salió Ottar acompañado de Hedin. Viggo miró a Ottar con una amplia sonrisa, se acercó y le tendió la mano. Ottar se la estrecho y le dio un abrazo.

-Feliz cumpleaños- dijo Ottar

-Gracias, vine a ver porque no fuiste. Mi viejo te estuvo esperando en todo momento- respondió Viggo

-Estaba un poco ocupado, veras…-

-Ottar- dijo Hedin interrumpiéndolo -los asuntos de la dama Freya son privados-

Ottar miró a Hedin hacia atrás y frunció el ceño. Soltó un suspiro de fastidio y le hizo el gesto a Viggo para que lo siguiera -vamos- dijo -aquí apesta-

Viggo lo siguió y se subieron al ascensor. Una vez que se cerraron las puertas, Ottar dijo -estos tipos son molestos. Se sienten mis superiores solo porque son adultos-

-Te creo, parece muy serio- respondió Viggo

-Mm- respondió Ottar asintiendo -no fui porque la dama Freya quiere realizar una excursión fuera de Orario y quiere que vaya con ella-

-¿Eso es bueno?- pregunto Viggo mientras miraba a través de los vidrios como descendía el ascensor. El sol se había escondido hace solo un par de horas y la ciudad se iluminaba gracias a las farolas en las calles. Desde esta altura era un bonito espectáculo.

-Sí, es bueno, quiere decir que ella me encuentra apto para andar por mi propia cuenta ¿Qué te regalaron?-

-Adivina-

-No lo sé, quizá una espada, una armadura-

-Libros, en serio, no esperaba que mi viejo me hiciera esa broma-

-El maestro es serio con el conocimiento y no creo que te esté bromeando-

-Sí tú lo dices-

Viggo y Ottar se miraron y se largaron a reír. Viggo siempre fue malo para leer y le desagradaban los libros. Así que Ottar entendía más o menos a que tipo de situación se enfrentaba Viggo.

Una vez que llegaron al primer piso, salieron de la torre de Babel y caminaron por las calles de los alrededores.

-¿Al lugar de siempre?- pregunto Ottar

-Sí, es lo mejor- respondió Viggo

De esa manera se dirigieron a un restaurante en la zona norte, a un kilómetro de la torre de Babel. El ambiente era tranquilo y elegante, se rumoreaba que Kain era el dueño de lugar. Sin embargo, eso solo pasaba porque Kain venía muy seguido y se quedaba hasta la hora que él quería. Con contactos y dinero, cualquiera puede ser el rey en cualquier lugar.

Por su parte, Viggo y Ottar habían venido con Kain muchas veces, sobre todo para los almuerzos familiares.

Una mujer joven, vestida de garzón, los recibió en la puerta. Ella quedo mirando a Viggo y Ottar, que, dentro de todo, Ottar vestía como aventurero promedio mientras Viggo iba con el torso desnudo, una túnica que le llegaba hasta la rodilla y unas botas.

-Viggo y Ottar Dragonroad- dijo Viggo

El garzón frunció el ceño durante un instante, pero asintió -por aquí por favor- entonces ella los guio a través del restaurante hasta las escaleras que quedaban al lado de la barra. Ahí estaba la gerente del restaurante y si ellos estaban mintiendo, ella lo sabría de inmediato.

La gerente estaba de pie detrás de la barra mientras conversaba con el barman. Ella era una mujer madura de cabello rubio y largo hasta la cadera.

-Hola Cynthia- dijo Viggo levantando la mano

La gerente lo miró, entrecerró los ojos como ajustando la vista. Ella se enfocó en los ojos de intenso color azul y los conecto a Kain. Sin embargo, ella recordaba haber visto a un niño pelirrojo.

-¿Viggo?- pregunto ella con incredulidad

-Sí, el mismo- respondió Viggo con una sonrisa

-Creciste un montón- comentó Cynthia con una gran sonrisa

-Ya ves, todos crecemos- dijo Viggo evitando sacar el tema de la edad

Cynthia miró al garzón que los conducía a las escaleras y les dijo -ellos son los hijos del señor Dragonroad, atiéndelos bien-

-Entiendo, señora- dijo el garzón

Viggo y Ottar sonrieron al ver el prestigio de Kain y lo fácil que los dejaron entrar solo dando el apellido de su padre. En este lugar tenías que pedir una reserva con anticipación, además de ser muy caro.

El garzón los llevo a una habitación privada, con soportes para vinos por toda la muralla que daba al pasillo mientras del otro lado, tenía enormes ventanales con vistas a la calle.

Viggo y Ottar se sentaron a la mesa y pidieron sus comidas. El garzón tomo la orden y se retiró. Solo ahí ellos se sintieron más tranquilos.

-Esto pasa porque Viggo se viste de forma estrafalaria- dijo Ottar frunciendo el ceño

-De que hablas, idiota, esto es normal y casi nada comparado con los otros aventureros- respondió Viggo -tú eres el que se viste como uno más del montón-

-Me veo decente-

-Sí, claro-

Ambos se miraron frunciendo el ceño y después se largaron a reír. Viggo sin esperar a Ottar, le empezó contar todo lo que estuvo haciendo en los últimos años, donde estuvo y como conquisto a sus esposas. Ottar sabia por los rumores de que Viggo había vuelto a Orario con varias mujeres. Sin embargo, los rumores mal intencionados decían que él las había convencido con la fortuna de su madre.

-Eso lo dice la gente sin gracia o seducción- respondió Viggo con una sonrisa ganadora, 100% seguro de su encanto

-Pareces seguro de ti mismo- respondió Ottar con una sonrisa

-Claro que estoy seguro, ellas me gustan y yo les gusto-

-Claro, claro-

-Bien, depende de ti creerme. Ya hablamos de mí, ahora dime ¿Qué has hecho tú?-

-Entrenando- dijo Ottar -leyendo los libros que me recomienda el maestro y puliendo mi técnica con Mia. Como somos una familia relativamente pequeña, nos han desafiado y la dama Freya me ha pedido que luche solo contra la otra familia. La primera vez fue duro, pero después te acostumbras-

-¿Tú solo?- pregunto Viggo sorprendido

Ottar se sintió confiado de su propia habilidad y sonrió -sí, yo solo- respondió

-Rayos, voy a tener que ponerme aún más serio si no quiero dar pena-

Ottar negó con una sonrisa en los labios y dijo -Viggo siempre hace algo para resaltar, espero que esta vez no sea de mala manera-

-Eso es calumnia- respondió Viggo mientras sonreía -siempre he resaltado de buena manera-

-Claro, claro, ojalá esta vez no te pongas a llorar-

-Te voy a hacer tragar tus palabras-

-Ya veremos-

Justo en ese momento entro el garzón llevando un carrito metálico con varios platos cubiertos por cupulas de metal. Ella acercó el carrito y destapo los platos. Todos tenían carnes, papas y salsas picantes que tanto le gustaban a Viggo y Ottar. El garzón iba a explicar en qué consistía cada plato, pero Viggo levantó su mano.

-Disculpe, señorita, pero no será necesario. Ambos hemos comido está comida decenas de veces-

El garzón asintió con el ceño fruncido y empezó a repartir los platos. Una vez que estuvo todo listo, ella se retiró con el ceño fruncido y dejo la habitación.

Ottar tomo sus cubiertos y empezó a cortar la carne -deberías haberla dejado hacer su presentación- dijo

Viggo también hizo lo propio y respondió -sí, claro, pero no me interesa escuchar a alguien que me mira como a un ladrón-

-Deberías ser más paciente con los demás-

-¿Eres mi madre?- le pregunto Viggo mientras masticaba un trozo de carne

-No- respondió Ottar también con la boca llena

-Ok, dejemos eso a un lado. Mi viejo tiene tú regalo y dijo que en cuanto tuvieras tiempo fueras para la casa-

-¿Qué quiere el maestro?-

-No lo sé, pero siempre que le pregunto pone esa sonrisa maligna-

-Te entiendo ¿Cómo esa vez que nos hizo ir a buscar leña seca cuando recién había terminado el invierno-

-Sí, sí, como aquella vez. Maldito anciano, estuvimos caminando toda la mañana, pero no encontramos nada-

-Por supuesto, recién había terminado el invierno y toda la leña estaba llena de humedad-

Ambos soltaron suspiros al ser burlados de aquella manera. Eran jóvenes, pero su padre no les tuvo ninguna contemplación por andar peleando.

-¿Qué paso anoche en los terrenos de la familia Hera?- pregunto Ottar mientras comía -la dama Freya mando a Hedin y los otros a revisar, pero todo estuvo restringido y nadie encontró una apertura-

-Ni idea- respondió Viggo -yo estaba durmiendo para ese momento. Parece que me canse tanto que mi viejo me llevo a dormir y los otros tres idiotas se pusieron a practicar en serio. Sin embargo, el viejo dijo en la mañana que la familia Hera iba a hacer una gran incursión al calabozo. Podrías hablar con Freya para que hable con la tía-

-Es dama Freya- dijo Ottar frunciendo el ceño

-Ese eres tú. Por lo usual, yo le diría "tía" a modo de respeto, pero la vez que la llame así casi me arranca la piel con la mirada. Ella me dijo que solo la llamará Freya si no la iba a llamar con un nombre digno-

Ottar soltó un suspiro y pensó que esa actitud sonaba tan a Freya. Si la mayoría de las mujeres estaban preocupadas por su edad, la diosa era más sensible aún. Así que todo el mundo debería llamarla dama Freya o dama Freya, cualquier otra denominación sería una ofensa.

Una vez que terminaron la comida, Viggo y Ottar estuvieron conversando durante un rato hasta que Ottar le dijo que se hacía tarde. Viggo llevo sus manos a su cintura y soltó la amarra de la Bolsa de la Abundancia. Entonces él puso la bolsa sobre la mesa y metió su mano dentro de la bolsa. Al mismo tiempo, noto que Ottar tenía el flequillo largo y siempre le molestaba la vista. Viggo saco una bandana roja de la bolsa y la puso en medio de la mesa. Ottar estiro su mano y la tomo.

-Feliz cumpleaños, hermano- dijo Viggo con una pequeña sonrisa

-Gracias- respondió Ottar tomando la bandana -¿Qué hace?-

-Se supone que, si el usuario le inyecta una pequeña fracción de mana, ayuda a regular la temperatura del cuerpo y mejora la estamina. Lo de la temperatura es genial, pero lo de la estamina no es la gran cosa, es una proporción del 10%-

-Gracias- dijo de nuevo Ottar y se llevó la bandana a la frente. Después se anudo los dos extremos de la bandana por detrás de la nuca y está recogió su cabello, mejorando su visibilidad. Ottar miró a Viggo y le pregunto -¿Qué tal me veo?-

-Como un novato- dijo Viggo con una sonrisa burlesca -pero bien-

Ottar negó con una sonrisa en los labios.

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