webnovel

Remanentes de otra Era 1.82

Kiara miró hacia la distancia, a través de la niebla. Entonces ella levanto su mano derecha como si estuviera sosteniendo algo y cerró sus dedos como si estuviera aplastando algo. Ella asintió satisfecha y sonrió complacido con el resultado de su magia.

-¿Ya?- preguntó Viggo caminando en su dirección. Sin embargo, antes de que pudiera llegar a Kiara, Semiramis lo abrazo del brazo y le impidió que se acercara a ella.

Kiara llevo su mano a la boca y soltó una risita juguetona -no esperaba que en tan poco tiempo te hubieras convertido en una mujer tan posesiva- dijo con una voz divertida -yo solo te lo deje a él por un mes y ya estás en este estado-

-Uno debe apartar lo bueno de lo malo- respondió Semiramis con un rostro enfadado

-¡Ma! Puede que sea verdad, pero, recuerda que él es mío- respondió Kiara desvaneciendo su sonrisa y poniendo una expresión altiva. Ella levantó su mano izquierda con la palma abierta y apuntando a Semiramis.

Al mismo tiempo, Semiramis sintió como sus brazos soltaban a Viggo y se elevaba a unos centímetros del suelo. Ella soltó un grito del susto y su pánico se incrementó cuando se movió un par de metros más allá. Sin embargo, todo se detuvo y ella cayó al suelo sobre su trasero.

Por otro lado, Kiara camino hasta Viggo, apoyo su rostro sobre el pecho cálido y olio el aroma. Después ella llevo su boca al cuello y lo beso. Al mismo tiempo, Viggo la abrazó y cerró los ojos sintiendo el agradable aroma a flores en el cabello de Kiara.

-No seas mala ¿entendido?- le susurro Viggo

-Está bien, es solo una broma. También soy tu mujer ¿Sabes?- respondió Kiara en un tono mimado

-Lo sé y por eso no quiero que andes peleando con el resto-

-Está bien, está bien-

Después de un largo abrazo, Viggo y Ana juntaron leña y crearon una fogata. Semiramis saco el agua y estiro algunas frazadas alrededor de la fogata. Al mismo tiempo, Scheherezade preparaba brochetas de carne y las puso a cocer al fuego. Después todos se sentaron y comieron en armonía. Bueno, salvo Semiramis, quien se sentó a la izquierda de Viggo y miraba a Kiara, quien estaba a la derecha, como si fuera un gato que le quería quitar la comida. A ella solo le faltaba encresparse y maullar enfadada.

-¿Dónde anduviste, Kiara?- pregunto Viggo sacando la primera brocheta de carne, la observo por todos lados y se la tendió a Kiara -ya está lista-

-Gracias, querido- dijo Kiara mirando a Semiramis con una expresión burlona y tomando la brocheta -tenía que buscar algunos elementos para ti, así que anduve de viaje-

-¿Qué elementos?- pregunto Viggo, sacando una segunda brocheta. Él la reviso y se la ofreció a Semiramis, pero ella bufo y miró hacia otro lado indignada por ser una segunda prioridad. Viggo sonrió, la abrazo por la cadera y le robo un beso. A él solo le tomo un par de segundos calmar su enojo. Al final, Semiramis le dio a Viggo una mirada de reproche con las mejillas ruborizadas. Sin embargo, ella igual tomo la brocheta y Viggo le acarició el rostro en un gesto tierno.

-No te alegres tanto- continuo Kiara -no es ninguna arma, es algo así como un salvavidas, por si te pasa algo en el camino. Seguramente ese viejo monstruo va a querer venir a buscarte pronto y vas a volver a entrenar-

-¡¿Eh?!- dijeron Semiramis, Ana y Scheherezade al mismo tiempo

-¿Qué sucede Viggo?- pregunto Semiramis en un tono enojado

-Sí, a mí también me gustaría saber- dijo Scheherezade con voz resentida

-Sí Viggo va a ir a algún lado, yo y mi hermana también lo acompañaremos-

Kiara puso una expresión seria y dijo en un tono firme -¡de ningún modo!-

-¿Maestra?- pregunto Ana desconcertada

Sin embargo, Kiara mantuvo su expresión seria y continuo -puedes ir con Viggo a Orario, él ya te lo prometió y estoy de acuerdo, pero de ningún modo vas a ir a donde Viggo está entrenando. Eso está fuera de discusiones-

-¿Por qué?-

-Sencillo, porque no es un lugar a donde un mortal debería ir-

Todas se quedaron calladas sin entender el verdadero trasfondo de las palabras de Kiara.

-Orario es seguro, ustedes tienen alguna oportunidad de crecer- continuo Kiara

-No lo entiendo- dijo Ana mientras agachaba la cabeza

-Ana, te conozco desde pequeña, te he protegido y te he enseñado un montón de cosas ¿no confías en mí? -

-Confió en la maestra como si fuera mi madre-

Kiara bufo indignada y dijo -entonces confías muy poco en mi como para compararme con esa mujer que se quedó callada mientras te entregaban a los éforos-

-Suficiente Kiara, no es necesario que seas hiriente- dijo Viggo en tono firme

-Es qué…-

-Suficiente, dije, ahora, continua con lo de los elementos que me serían de ayuda-

Kiara tomo una profunda respiración, le dio una probada a su brocheta y después continuo -es un elemento que te ayudara a volver a Orario en caso de peligro-

-Entiendo, es como una especie de salvavidas-

-Así es-

Después de decir esas palabras, la comida continúo, pero se instaló un silencio incomodo. Semiramis, Scheherezade y Sakura miraban a Viggo cada cierto tiempo y él entendía su preocupación. Viggo iba a estar cierto tiempo con ellas en Orario y después quedarían por las suyas. Bueno, no era tan así, pero lo más probable es que ellas se imaginaban en una situación así de extrema. Donde ellas iban a vivir a un país extranjero y se tenían que valer por su propia cuenta.

Una hora después, Sakura se despertó de su largo sueño y se sintió mejor. Ana se lanzó sobre su hermana sin medir las consecuencias y la abrazo entre lágrimas. Después de que ellas lloraran lo suficiente, Sakura se levantó y saludo a Semiramis y Scheherezade. Después beso a Viggo con todas sus fuerzas y por último se presentó con un rostro apologético delante de Kiara.

-¿Cómo estás?- pregunto Kiara con una mirada seria y cruzada de brazos

-Bien, de seguro fue usted quien me ayudo ¿cierto?- preguntó Sakura

-Así es ¿Quién más? ¿Has aprendido la lección?-

-Sí, debo evitar apresurarme a sacar conclusiones, creer en quien he elegido y pensar si lo que haré será de ayuda o puede perjudicar a todos-

Kiara suavizo su expresión y soltó un suspiro, entonces extendió sus brazos y Sakura camino hasta ella. Ambas se abrazaron mientras Sakura sollozaba.

"La tendencia del alma" pensó Viggo. Aquella vez, antes de salir de Laconia e ir en buscar de la isla de Beocia, para matar al primer ciclope, Kiara le hablo de esto.

< "-Si vas enserio con todas ellas, debes saber que ellas son seres reencarnados igual que tú. Sus almas están débiles y apenas recuerdan algo de su pasado, que de vez en cuando, se presenta a modo de sueños. Sin embargo, lo peligroso de ellas son las tendencias de sus almas. Semiramis tiende al rencor y a los celos. Scheherezade tiende a sacrificarse para proteger a otros. Sakura tiende al menospreciarse y a la depresión. Ana tiende al miedo y a la soledad. Cada una de ellas está cambiando poco a poco, pero todas ellas arrastraran ese karma por el resto de sus vidas. Si ellas logran superar la tendencia de su alma, será un trabajo en conjunto. Lamentablemente, nadie puede vencer la tendencia de su alma por su propia cuenta-

-¿Cuál es la mía?- preguntó Viggo aquella vez

Kiara sonrió con una expresión maliciosa y pregunto de vuelta -¿Cómo te llamas?">

Viggo volvió de sus pensamientos y vio a Sakura y Kiara abrazarse la una a la otra. Después de un rato, Sakura se tranquilizó y todos se acostaron en las frazadas a descansar. Todos estaban demasiado cansados viaje y de los sustos que sortearon a lo largo del camino.

Viggo se acostó en una frazada con Kiara a su derecha, quien tuvo que quitarse los cuernos para evitar accidentes. Al mismo tiempo, Semiramis se acostó a la izquierda mientras miraba con cierta molestia a la reina hetera. Ambas usaron los brazos de Viggo como almohadas y apoyaban sus mejillas en el pecho mientras él las abrazaba.

-Viggo- susurro Kiara, ignorando la mirada rencorosa de Semiramis -a ti todavía te queda algo que hacer en esta tierra ¿o no?-

-Lo sé- susurro Viggo con los ojos cerrados -una vez que me levante, iré a buscar la ruina-

-Solo ten cuidado ¿entendido? Este monstruo será diferente de otros. No te preocupes por las chicas, yo las cuidare por ti. Una vez que termines de restaurar el hacha, volveremos a Orario y ahí podrás ir a ver a tu familia-

-Gracias-

-Todo esto fue mi egoísmo, yo te hice pasar cinco años de vida en esta tierra lejana ¿no me odias?-

Semiramis abrió los ojos amplios en una expresión de asombro. Ella miró el rostro de Viggo para ver como respondía, pero él nunca se enojó. Al contrario, sonrió y abrazo a Semiramis apegándola a su cuerpo.

-No te odio, viví muchas cosas aquí que quedaran en mi corazón para siempre. Conocía a varias personas que admiro y me gustan. Sobre todo, te conocí a ti. Gracias, Kiara, mi vida a cambiado en muchos aspectos-

Kiara hizo una sonrisa incomoda, ya que, en muchos aspectos, el destino de Viggo había cambiado demasiado después de que ella lo apartara de la vieja serpiente. En un principio, Viggo iba a ser un guerrero igual que ahora, pero solitario, que solo iba vivir para la guerra, haciéndole así honor a su nombre y a la tendencia de su alma. Sin embargo, con la incorporación de ella, de las chicas y de todo el conocimiento que adquirirá Viggo con el tiempo, el futuro es incierto. Incluso si Kiara ocupara sus poderes de primordial y calculara todos los posibles futuros, nunca estaría segura de cómo va a avanzar Viggo. Sin embargo, el futuro solitario está fuera de sus opciones. Al menos, ella se preocupará de que no sea así. Ella ayudará a Viggo a romper con la tendencia de su alma y una vez que eso cambie, ella le pedirá ayuda de vuelta. Entonces, ella por fin…

Chương tiếp theo