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Un delicado balance 1.33

-Cuídate, Viggo- dijo Flora. Sus hermosos cabellos dorados enmarcaban su adorable rostro. Sus ojos grandes y puros lo miraban con un cariño intrínseco en su corazón. Diferente de otros días, ella se había hecho una trenza como su madre.

-Sí, Flora, me cuidaré- le respondió Viggo con cierto fastidio, con esta ya era la quinta vez que le decía lo mismo.

Flora frunció el ceño y estiro su mano para agarrarle la oreja -¿Qué dijiste?- pregunto enojada -no escucho, dijiste "sí, hermanita linda"-

-Solo tú te llamarías linda a ti misma- respondió Viggo mientras le jalaban la oreja. Flora se enojó aún más y le tiro con más fuerza. Viggo capto el mensaje y continuo -lo entiendo, lo entiendo. Sí hermanita linda, la más hermosa en el mundo, me cuidaré-

Flora bufo y le soltó la oreja -más te vale, tonto Viggo- entonces hizo un puchero y le dijo con una mirada triste -te lo digo enserio, cuídate-

Viggo sonrió y le dio un abrazó -sí, lo sé, me cuidaré y volveré, sin lugar a duda-

Viggo estaba durmiendo y recordando la última conversación que tuvo con su hermana. Flora lo miraba con pena, mientras él trataba de disimular sus intensas ganas de quedarse con su familia. En su casa lo tenía todo, pero tenía que alejarse para continuar con su camino y seguir entrenando. Poco a poco empezó a captar la sensación en el ambiente, abrió sus ojos y vio la habitación blanca, igual que la primera vez que el viejo Xiao lo llevo a conocer a su maestro. Apoyó ambas manos en el suelo y se levantó, captando mejor el lugar. Seguía siendo el mismo cuarto blanco de principio a fin, lo único que diferenciaba el piso de las murallas, era que estás últimas eran un tanto más opacas. Después miró su cuerpo notando que estaba vestido con la ropa de aventurero que ocupo en su casa. A sus pies, estaba su hacha. Estiro su mano izquierda y la tomo por la mitad. Después comenzó a girar sobre su posición y solo vio el eterno blanco de la gran habitación.

-Viejo- grito Viggo -¿Dónde estás?-

Sin embargo, nadie respondió a su llamado, todo estaba en completo silencio. Ni siquiera estaban las sillas ni la mesa en la que se sentaron la primera vez.

-Viejo- grito Viggo de vuelta -esto no es chistoso, ven de inmediato-

Viggo siguió gritando por media hora, sintiendo cada vez más un miedo aterrador a quedarse solo en este lugar. Sin embargo, cuando se estaba empezando a desesperar, el anciano primordial, Xiao, apareció.

-Maldición, anciano- grito Viggo -esté lugar ¿es una especie de castigo?-

El viejo primordial, sin perder la paciencia ni la sonrisa, miró a Viggo con sus ojos rasgados y dijo -solo es un pequeño lugar que tengo para meditar ¿no te gusta?-

-Yo- dijo irritado, pero poco a poco bajando la voz -no me gusta-

-Entiendo, ven, vamos a conversar- dijo Xiao e hizo un ademán con su mano izquierda y aparecieron un mesa redonda y dos sillas. Viggo miró a la silla del lado derecho y camino para tomar asiento. Una vez que ambos se sentaron a la mesa, Xiao hizo otro ademán y aparecieron sobre la mesa una tetera de porcelana blanca y dos pequeñas tazas.

El viejo Xiao miró a Viggo con una sonrisa y le pregunto -¿gustas?-

-Claro ¿Por qué no?- respondió Viggo de forma casual

El viejo primordial soltó una risita, sirvió té verde en ambas tazas y le acercó una a Viggo. Entonces miró como el niño, tomo la pequeña taza con ambas manos y bebió el té verde. Asintió al verlo tranquilo, degustando el sabor amargo de la bebida caliente. Viggo le devolvió la taza vacía y Xiao la lleno una vez más. Después dejo la tetera en la mesa y bebió su propio té.

Por su parte, Viggo vio al viejo primordial beber su té como si fuera un momento solemne de meditación. Absorto en el sabor y el aroma.

Una vez que Xiao termino de meditar en su té, miró a Viggo y comentó con una mirada amable -veo que ya no le haces asco al té-

-Es malo, pero no tanto- respondió Viggo

El viejo Xiao asintió conforme al ver la madurez y crecimiento en Viggo. Diferente de su yo infantil de hace un año, quien era totalmente intolerante a cualquier cosa que le disgustara, hoy en día podía apreciar las cosas mucho más allá de su apariencia o gusto. Ahora veía las cosas desde un punto de vista mucho más amplio.

-¿Qué crees que te hace falta?- pregunto Xiao

Viggo agacho la mirada y dijo con dudas -¿más entrenamiento?-

Xiao sonrió y negó -tu imaginación está estancada en un punto donde te dicen lo que necesitas. Por lo tanto, eres incapaz de pensar en lo que te falta y como conseguirlo. Por ejemplo: tu cuerpo-

-¿Eh?-

-¿No has comenzado a sentir intensos dolores por todos lados?-

-Sí- dijo Viggo en voz baja y agachando la mirada -mis músculos duelen cada día más. Sin embargo, solo se lo atribuyo al entrenamiento-

-Te estas muriendo- dijo Xiao

Viggo levantó su mirada en una expresión de incredulidad. Xiao sonrió y le acercó la segunda taza de té verde que le había servido con anterioridad. Viggo lo quedo mirando durante un minuto, sin embargo, el viejo primordial solo lo miraba y lo invitaba a beber el té con la mirada. Viggo tomo una profunda respiración, miró la taza con el líquido verde, el cual, emitía un vapor. Entonces tomo la pequeña taza y bebió el té, saboreando su textura. A pesar de lo amargo, Viggo se sintió más relajado y escucho la voz de su maestro en su mente <No te disculpes, se mejor>.

-¿Qué tengo que hacer?- pregunto Viggo, con una mirada renovada y llena de determinación.

-Ya te lo dije, tu propia imaginación te tiene limitado. Siempre, ante todo y ante cualquier cosa, has preguntado a alguien. Siempre han estado tus padres para resolver tus dudas. Siempre has tenido un maestro que te explique cómo hacer las cosas, pero ¿qué hay de ti? ¿Has buscado tus propias respuestas a las cosas que te molestan? Te duele el cuerpo como el infierno gracias al terrible entrenamiento que te dio Kratos y las exigencias de sus pruebas. Sin embargo, has ignorado las molestias solo porque te dices a ti mismo que es normal, que es lo lógico. Pero me pregunto ¿Qué clase de conocimiento posees que te hace pensar eso? ¿Sabes de medicina y por eso te mantienes tranquilo? ¿Puedes ver el estado interno de tu cuerpo y por eso te sientes confiado de que solo es el desgaste momentáneo?-

Viggo agacho la mirada, pensando en todo lo que decía el viejo. Era cierto, él carecía de cualquier prueba o conocimiento respecto al estado de su cuerpo. Sin embargo, era totalmente consciente de su estado hasta cierto punto. Era la comodidad de saber que alguien vendría en su ayuda. Viggo sabía que pase lo que pase, su padre vendría a él con alguna solución. Esa era la certeza de Viggo en su corazón, el hombre amable que sabe un millón de cosas sabría cómo solucionar la situación.

-Está vez te daré la respuesta y te daré una ayuda. Pero quiero que entiendas que esto es solo un ejemplo de lo que te puede pasar a futuro. Si te confías de la ayuda o de la respuesta de los demás, te puedes morir. No porque estes solo en el mundo, si no, porque la comodidad te puede mantener atado a una posición que con el tiempo solo te traerá problemas. Busca tus propias respuestas, Viggo-

Viggo asintió y dijo -lo haré, seré mejor-

-Eso es bueno, espero que recuerdes tus palabras-

-¿Cómo me vas a ayudar?-

-Te he conseguido una oportunidad, pero es como suena, una oportunidad. Te llevaré a un reino lejano, donde existe un ser llamado Surtr. Es alguien sabio y desprendido. Tuve una pequeña conversación con él y me dijo que, si lograbas pasar su prueba, él te dará algo que te ayudará-

-Pero tengo que pasar su prueba, que será casi o más dura que las que me daba el maestro-

-Así es, será una lucha a muerte-

Viggo tomo una profunda respiración y asintió. El anciano Xiao se puso de pie y Viggo también se levantó de su asiento. Después se acercó a Xiao y este le puso la mano en el hombro.

-¿Estas listo?-

-Tengo miedo, pero papá dijo que tenía que aceptar ese miedo y enfrentarlo-

-Solo a través del enfrentamiento, crecemos en sabiduría. Huir de los problemas, nunca, jamás, es una opción. Debemos enfrentar lo inevitable y crecer-

Viggo asintió y el anciano Xiao sonrió para él. Entonces Xiao cerró sus ojos y concentro su mente en el lugar al que quería llegar. Una tierra de fuego, con nubes de humo negro emergiendo de todos lados. Las brasas ardientes elevándose en el aire como pequeñas luciérnagas de fuego. Un cielo cubierto de nubes, donde los rayos del sol las tornaban amarillos y anaranjas. Un lugar, en donde los volcanes, el hollín y los ríos de lava lo cubrían todo. Entonces Xiao hallo el lugar y desaparecieron de la habitación blanca.

Una vez que Viggo sintió el cambio, un camino cubierto de humo negro apareció delante de él. Vio estatuas a los lados del camino, con mantos, cascos y cintos de oro. El resto del cuerpo estaba cubierto de hollín y la piedra que alguna vez fue gris, ahora estaba obsidiana. Después de eso, Viggo se percató del intenso calor y se abrió la polera. Era como si tuviera a unos centímetros del fuego de una fogata. Al mismo tiempo, el aire estaba lleno de partículas y se veían brasas ardientes como pequeñas luciérnagas volando en el aire.

-Ya llegamos- dijo Xiao a su lado.

Viggo miró a su derecha y vio al anciano primordial. Parecía estar bien, incluso con esa sotana negra y roja, muy parecida a los kimonos que ocupaban en la tierra de su tía Mikoto.

-¿Qué es esté lugar?- pregunto Viggo

-Muspelheim, la tierra del gigante de fuego, Surtr-

-Parece que todo estuviera muerto y en llamas-

-Es solo tu pequeña apreciación, no es la realidad-

-¿Eh?-

-¿Cómo crees que nace la vida?-

Viggo elevo la mirada y se dio cuenta que por encima de su cabeza se elevaban grandes murallas de piedra natural, por la forma circular, podría haber jurado que estaban en el interior de un volcán.

-No lo sé- dijo Viggo girando, pasando del camino con decenas de metros de anchura, a mirar más allá de los límites del camino. Entonces vio como una luz rojiza se proyectaba por debajo del camino, a lo mejor era lava, pensó. Después siguió girando y sus ojos se llenaron de asombro, ya que su visión fue cubierta por un templo de color obsidiana y bordes dorados. Tenía un techo de doble pendiente, que después se transformaba en un domo y en el centro, había una gran escultura de un guerrero con una lanza y un escudo.

-¿Alguien vive aquí?- pregunto Viggo mirando el templo. La magistral construcción de piedra obsidiana y bordes dorados le llamo la atención. Sin embargo, solo alcanzo a dar dos pasos antes de que el viejo Xiao lo detuviera del brazo. Viggo miró hacia atrás y vio al anciano negando con un rostro serio.

-Ese no es tu camino- dijo Xiao

-¿Y si solo miramos?-

-No, tú tienes algo que hacer y no es en ese lugar-

Viggo asintió y le dio la última mirada al templo. Elevo su mirada para mirar a la escultura del guerrero y se preguntó ¿Quién sería? Después le dio la espalda y miró al anciano.

-Por aquí- dijo Xiao guiando el camino. Entonces Viggo vio cómo el camino se extendía decenas de metros por delante. Parte del camino estaba cubierto de piedras semi derretidas por el intenso calor, lo más probable que producto del derrumbamiento de las murallas internas del volcán. Había algunas grietas en esas piedras, de las cuales emergía una llama que parecía siempre eterna. Por otro lado, el mismo humo que emergía de todos lados solo te permitía mirar hasta treinta metros por delante. Después de eso, todo estaba cubierto por nubes de humo negro.

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Muchas gracias por leer este fanfic.

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