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Ye ye contempló su Nissan asignado.. le descontaron de su sueldo el importe de los neumaticos.

Una hora despues rodaban lentamente, escuchando a las Blackpint..

-- Ahi estan-- dijo Ye Ye entre dientes...

Ye- Ye aceleró el Nissan y lo estrelló contra la pick up Chevrolet Colorado.

- !!AAAAAHHHHHHGGGGGG!!-- gritó Ye-Ye y Melissa antes de extrellar por la mitad de la pick up volteandola .

Tambaleando Ye-Ye descendió de lo que quedó del Nissan y Melissa lo hizo jurando por lo que sea que mañana mismo volveria a su motoneta y esquina de siempre.

-- Que desgracia.! Apenas lo repararon y mira como quedo!-- exclamó Ye-ye señalando el carro a los dos hombres que salian de la pick-up.

Acto seguido Ye-ye descargó un contundente derechazo en uno de ellos dejandolo inerte boca abajo en el suelo.

El otro la contuvo imaginariamente con las manos.

-- Oye Ye-Ye. Tu fuistes la que nos chocastes.

Ye-Ye subió a la camioneta volteada, saco dos maletas de cuero de la misma y le dijo al hombre.

-- El estupido de tu jefe anda poniendo precio a mi cabeza. Ya cobre la recompensa.

Hizo un gesto de "Vamonos" a Melissa y ambas se fueron renqueando en la oscuridad..

II

Tiempo del conde Qiang

La cena en el palacio tenia mas pinta de ceremonia funeraria que de otra cosa. Muchos soldados habian muerto. Otra gran cantidad prisioneros; no se podia esperar ni la mas minima señal de bondad y piedad de Hang Hing.

La muerte de su jefe de guerra era la tapa del frasco.

Qiang Ling mientras comia las Uvas mas amargas de su vida entendia varias cosas.. No solamente Hiang Hing mostró equipos modificados. Sabia de antemano su plan de batalla. Alguien adentro del castillo tuvo acceso y lo escuchó, mientras el lo discutia con su jefe de guerra.

Miró sus invitados. Excruto el sereno rostro de Akame.

-- Elevare una protesta ante el virrey. Se que No servira de nada.

-- Yo ire-- indicó Akame-- Ellos respetaran el paso de una mujer.

-- Pueden secuestrarte -- respondió Qiang Ling.

-- Ire de incognito. Una joven viuda y su hija-- indicó señalando a Mei To.

-- Nadie lo creeria. Eres demasiado joven.

-- Y yo muy fea-- expreso Mei To.

-- Ambas cosas son mentira-- dijo Akame. Iremos..

III

Ye-Ye rumiaba mientras manejaba su nueva asignación, una mitsubishi pajero TDI.

Le pareció una eternidad el viaje a Lantau Island y en la costa sur, en la calle Feung Cha detuvo la camioneta con el vidrio abajo y encendida con la esperanza que se la robaran.

Vio hacia la cima de la pequeña y boscosa montaña; y con resolución comenzó a ascender a pie,por la pequeña y curveada calle.

Un rato despues admiraba la austera y clasica decoracion china. Toda original.

El anciano estaba en el gigantesco balcon y contemplaba el mar.

Ella se detuvo a su lado e inmediatamente una joven servicio le sirvio Te.

--Cuando llegue aquí estaba aturdido, todo me atraia. Recuerdo que no dormia, pues estaba tan fascinado con todo que me hacian falta horas del dia.

Ye-Ye sorbio te en silencio.

-- Como esta tu esposo?.

-- Estamos considerando divorciarnos.

-- Lo haras?.

-- No creo. A la larga lo superaremos. Todavia lo amo.

-- Y el?.

-- Creo que si.

-- Esa chica.

-- Melissa..

-- Me gustó esa chica. Me hizo recordar cuando tenia 66 años. Me enamore como un tonto de una niña de 14.

-- Tu?... Realmente?.

-- Si.. Y lo tuve que superar

Ye-Ye hizo un gesto.

-- Creo que puede servir...

-- Dale algo de tranquilidad. Necesitamos sumar.

-- Si.

Ambos caminaron y entraron por una inmensa puerta doble...

III

Mei To consideraba que su vida eran desgracias tras desgracias; una madre disfuncional asesinada, ella mancillada, enamorada de un hombre bellisimo que le dio por hacer funciones de padre y bamboleandose en un camello, en medio de una pradera, solitaria, con un frio espantoso.

-- Quiero comerme un helado de frambuesa con cremas -- dijo lastimeramente, contemplando el triste paisaje...

De la neblina aparecieron 4 jinetes, mal vestidos y peor aspectados.

El hombre sucio y desdentado les cortó el paso a las mujeres

-- Vaya. Vaya. Que tenemos aqui?. Creo que acabo de encontrar una esposa.

Las dos mujeres guardaron silencio.

Uno de los hombres tomó la cuerda del otro camello que llevaba el equipaje.

-- !Que bien cuidados estan estos animales! Y no huelen mal.

-- Tenemos carne para algun tiempo.

-- Soy una viuda con su hija. Dejenos marchar.

-- Una viuda muy bella y esa hija se le ve que ya ha conocido hombres-- dijo el hombre-- asi que vamos pir partes. Lo primero es lo primero y lo segundo es lo segundo.

Akame descendió del camello y el hombre la miró con asombro

-- !Que portentosa belleza la que contemplan mis ojos!. Me daran una fortuna en el mercado ilegal de esclavos en manchuria.

-- Solo dejanos marchar, compartiremos nuestra comida.

Los hombres rieron soezmente.

--El camino del Cielo quita a quien tiene demasiado y da a quien no tiene suficiente."

"El camino del hombre es distinto: quita a quien tiene necesidad y da a quien le sobra."

"¿Quién tiene de sobras y lo ofrece al mundo?"

"Sólo el hombre del Tao."-- recito en burla el delincuente.

--"El Tao del Cielo es beneficiar sin dañar."

"El Tao del sabio es actuar sin luchar."-- replico la mujer.

El hombre trató de quitarle la peineta y Akame le sopló la cara..

--- Maldita. !!MALDITA!! me sopló veneno en los ojos, ----dijo el hombre repentinamente ciego.

Los otros tres desenvainaron las espadas y dos de ellos vieron como Akame tenia uno de rodillas y le rebanaba limpiamente el cuello.

-- Son brujas.. Huyamos-- dijeron los bandidos aterrados, al tratar de correr cayeron al suelo amarrados por unos cordeles cortantes.

-- Todavia estas dispuesto a dejarme ir?-- pregunto Akame.

-- Si mi señora... Si mi señora..-- dijo aterrado el hombre.

-- Esta bien-- le dijo Akame, soltando los otros dos.

-- Que haces?? -- Dijo Mei To asustada. ---Nos van atacar otra vez.

-- No lo haran . son unos buenos muchachos.

-- Si ni señora. Dejenos ir.

-- Asi es... Corran... Corran por su vida.. Siempre hay una oportunidad.

Los hombres comprendieron y con un alarido de terror empezaron una loca carrera.

-- Corran..Corran -- les gritó Akame con una risa que retumbaba.

Akame inspiró... Inspiro.. Inspiro y lanzo una bocanada de aire que impulsó con sus dos manos...

A lo lejos se escuchó el último grito de los delincuentes.

-- De ahora en adelante necesito que me acompañes en Hong Kong-- dijo con asombro Mei To viendo la fragil y preciosa Akame incorporarse nuevamente al camello que las transportaba a las dos..

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