Con la luna y las estrellas adornando el manto oscuro del cielo, el día llegaba a su fin.
En uno de los valles orientales de la Tierra de los Osos, un gran ejercito acampaba casi silenciosamente.
Todos los que conformaban este ejército, de aproximadamente quince mil almas, estaban en la ansiosa espera del alba para lanzar su ofensiva contra lo que sería el enemigo más poderoso que alguna vez hubieran enfrentado en la vida.
El núcleo fuerte de estas fuerzas estaba formado, en su mayor parte, por ninjas de Konoha, quienes eran los más decididos con respecto a su accionar.
Ya que todo esto, en resumidas cuentas, era un asunto personal.
Hace dos días a todos los miembros de esta aldea les tomó por sorpresa, asombro y pesar, la noticia de la traición de uno de sus ancianos, Danzo Shimura, así como las terribles cosas que se descubrieron cuando se investigó sobre su accionar.
Enterarse sobre las alianzas secretas que había tenido en el pasado para orquestar el inició de la tercera guerra Shinobi, la masacre de Uzushiogakure, la eliminación del clan fundador Senju, la planeación para la eliminación del clan Uchiha, los diversos experimentos crueles que llevó a cabo en niños gracias al Sannin Orochimaru, las diversas matanzas y destrucciones de pueblos civiles llevadas a cabo en nombre de Konoha…
Saber que todo había ocurrido bajo sus narices sin que los altos mandos hicieran absolutamente nada, permitiendo que actuara a sus anchas sin consecuencia alguna…
¡Eso los avergonzó hasta la médula!
Si bien al ser ninjas sabían que el mundo estaba lleno de crueldades, había un límite para todo.
Tanta matanza sin justificación de seres que no tenían nada que ver en los asuntos Shinobi era algo imperdonable para una nación que se ufanaba de enaltecer el fuego protector dentro de los corazones de sus ciudadanos.
Sabían que se necesitaba una castigo no solo para la persona involucrada, sino para todos los que permitieron esa barbarie.
Sin embargo, no entendían por qué se debían agrupar en un gran ejército para llevar a cabo tal labor.
Era verdad que Danzo tenía una gran organización bajo su mando, pero exageradamente sus números con las justas llegarían a las mil unidades, por ello parecía excesivo toda esa convocatoria.
Pero como Shinobis, debieron obedecer al llamado.
Y fue en este momento en el que se les reveló la verdadera razón de su convocatoria.
Si no fuera porque el mismo Hokage y los lideres de los clanes Shinobi lo estaban diciendo seriamente, los ninjas jamás hubieran creído todo lo que oían.
¿Seres de otro mundo? ¿una plaga parasitaria capaz de dominar los cuerpo de los ninjas? ¿posible aniquilación de la humanidad?
¡Todo esto era una completa locura!
¡¿Quién diablos podría creer todo eso?!
¡Nadie en su sano juicio podría aceptar esto de buenas a primeras sin una mejor explicación!
Pero la verdad los golpeó en la cara al mostrárseles una serie de proyecciones sobre todo lo que habían oído, dejándolos con las bocas abiertas.
Como dicen, una imagen vale más que mil palabras.
¡No podían creer que Danzo había estado trabajando con un ser tan aterrador que no quería nada más que acabar con la vida en el planeta!
¡¿Acaso el viejo héroe de guerra había perdido todo el raciocinio?!
Algunos, como el antiguo Hokage, pensaron que el accionar del viejo Alcón de guerra había hecho todas esas atrocidades bajo las órdenes de ese ser aterrador, pero la desilusión los golpeó en la cara al saber que Danzo solo había hecho todo ello sin que nadie se lo ordenara ya que el contacto con ese ser de otro mundo recién se había dado no hace más de unos días atrás.
Fue una casualidad del destino que el líder de 'Raíz' estuviera justo en esas dunas en ese momento en el que todo se había descubierto.
Quizás fue por su avaricia al pesar que podia utilizar lo que habían descubierto los ninjas del Hokage, quizás fue su desesperación por más poder.
Pero el hecho de que apareció repentinamente en ese lugar y que luego se esfumara de Konoha estaba claro como el agua.
Además, el Hokage mencionó que tomaron conocimiento de todo esto gracias a la información proporcionada por alguien similar a ese ser, quien estaba en su búsqueda con el objetivo de su destrucción.
Les había dicho que solo había detectado la presencia en Konoha de su objetivo hace un día, solo por unos momentos, para luego perderlo completamente.
Todos se quedaron estupefactos al saber que alguien así había estado dentro de su aldea sin que la mayoría lo supiera, pero este no era el momento de cuestionar.
Después de informarle todo esto se les dijo que marcharían hacia el oeste para enfrentar a este nuevo ser ya que la señal de su presencia había sido detectada en la ubicación de Hoshigakure (aldea oculta de la estrella)
Esto era tan repentino para todos los ninjas, pero no tenían tiempo que perder.
¡Además, se les informó que, antes de que Danzo desaparezca de Konoha había orquestado, junto a ese ser, un ataque contra la aldea!
Sin embargo, este ataque que había sido neutralizado por el Hokage y los lideres de los clanes.
¡Y pronto vieron el resultado de ese ataque!
Justo cuando salían de los límites de la aldea, pudieron ver montañas de cuerpos blanquecinos apilados en varias regiones.
¡Estos cuerpos eran de los 'subordinados' de ese ser que había orquestado el ataque a Konoha!
Poder ver este tipo de soldados, incluso algunos de ellos estando aun 'vivos', hizo sentir una sensación ominosa a todos los Shinobi.
¡Enterarse que no solamente ellos no presentaban señales de vida, sino que podían simular la apariencia de cualquier persona e incluso copiar su señal de chakra era algo que los hizo temer completamente!
Y este fue una de las cosas que cimentaron la convicción de las palabras e imágenes vistas por todos.
También el temor y la preocupación se cernió en sus mentes al enterarse que este ataque no solo había sido ejecutado sobre Konoha, sino también contra las otras grandes naciones Shinobi, les hizo sentir una presión en los corazones.
Escuchar que sus naciones vecinas, pueblos con los cuales habían combatido en el pasado, hogar de algunos de los más grandes guerreros del mundo Shinobi, habían sido casi destruidas por estos ataques... los dejó en un ansioso trance.
Sin embargo, pese a todas estas emociones negativas que se anidaban sobre sus mentes y corazones, marcharon como una sola unidad gracias a las palabras que su Hokage les transmitía.
Inconscientemente todos obtuvieron una especie de valor al ver como la figura más importante de su pueblo, aquel que había transformado a Konoha en la potencia que era ahora, se paraba al frente y sin miedo marchaba para enfrentar el mal.
El mensaje sobre dar la vida no solo por su pueblo, sino por su raza, llenó el cuerpo de todos con una gran determinación que hizo rugir sus corazones.
Por ello es que los casi diez mil Shinobi de esa aldea dejaron todo y avanzaron a través de las pequeñas naciones hasta su ubicación actual, descansando para recuperar fuerzas de su agotador viaje y esperando que los rayos del sol marcaran el inicio de la gran batalla.
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Sentada sobre una roca, Tsunade contemplaba el cielo estrellado en esta tranquila noche.
Estaba en la cima de la montaña mas grande de este valle, mientras a lo lejos podía divisar el gran ejercito que reposaba para el enfrentamiento próximo.
Mirando todo este panorama, su mente se perdía en la vastedad de sus recuerdos.
Como princesa del Clan más prestigioso de Konoha, Tsunade había gozado de la mejor atención desde que fue una niña.
Además, la buena relación que tenía con su abuelo habia cimentado su carácter y sus diversos hábitos lúdicos, convirtiéndola en una alegre niña.
Con ello, la infancia de la pequeña ojimiel transcurrió, en lo que cabe, normalmente.
Sin embargo, como el resto de niños pertenecientes a los clanes de su aldea, no pudo disfrutar completamente de esta infancia ya que a los seis años se convirtió en una Genin y formó parte de las fuerzas militares de Konoha.
A una tierna edad ella experimentó la guerra y la destrucción como parte del violento mundo en donde vivía.
Un mundo en donde los adultos morían diariamente por confrontaciones estúpidas entre naciones, lo cual dejaba cabida al reclutamiento de jóvenes y niños para continuar con sus sangrantes enfrentamientos.
Sin embargo, ella no se dejaba amilanar por todo esto.
Confiaba en sus amigos, en su maestro, su familia y su aldea.
Ella confiaba en que nunca enfrentaría sola toda ante esta adversidad, por lo que daría lo mejor de sí para seguir adelante.
Pero el cruel destino le tenía planes nada optimistas.
¡Mientras el tiempo pasaba, su clan fue perdiendo uno a uno sus miembros!
Sin poder hacer nada y con impotencia en sus ojos, Tsunade no supo cómo actuar al ver como sus tíos, primos, vecinos…
T¡odos a quien ella conocía y atesoraba le eran arrebatados por las batallas o por las consecuencias de estas!
No entendía como es que esto podia pasar, no comprendía como el legendario clan de su abuelo se estaba acabando poco a poco mientras sus figuras se perdían en las lagunas de la memoria.
Incluso su padres no se salvaron del cruel destino, quedándose solamente ella y su pequeño hermano Nawaki completamente solos.
Debido a esta impotencia y dolor, Tsunade se prometió a sí misma que se esforzaría todo lo posible para ser alguien capaz de cuidar a su pequeño hermano, quien se convirtió en el motivo de su vida.
Entrenado diariamente hasta sangrar, enfrentando a sus adversarios con todas sus habilidades, aprendiendo todo lo posible para lograr un nivel de conocimiento extenso y desarrollarse como la mejor doctora del mundo ninja…
Se esforzó al máximo para poder llegar al nivel de su abuelo, quien tenía la fuerza para proteger todo lo que amaba.
¡Se esforzó hasta los límites!
Pero la vida volvió a dejarla impotente.
¡La prematuramente muerte de Nawaki la golpeó violentamente, arrebatándole sus sueños y esperanzas, debido a que en su mente ella había fracasado en sus objetivos!
Lloró.
Lloró por el dolor, la amargura y la pena de quedarse sola completamente.
Lloró por perder a un ser amado que le alegraba la vida, por perder al ser que la motivaba a seguir.
Lloró porque el mundo ya no tenía valor para ella…
Ni siquiera sus amigos y allegados pudieron hacer algo para poder sacarla del pozo donde estaba cayendo, un oscuro lugar del cual no quería salir.
Dejó esforzarse por seguir adelante… su vida se estancó completamente.
Pero como si la vida se apiadara de ella, Tsunade pudo ver la luz nuevamente al conocer a un hombre similar a ella.
Dan Kato, un sujeto que había perdido a casi toda su familia en la guerra, un hombre que se había quedado a cargo de sus sobrina ya que no tenía a nadie en el mundo a quien poder acudir, un sujeto que a pesar de haberlo perdido casi todo, mantenía una sonrisa en su rostro.
Para Tsunade, esto era algo que aborreció en primer lugar.
Pensaba el que este hombre solo fingía estar bien para ocultar su dolor e impotencia, a ella le molestaba que el fingiera un sonrisa cuando su alma lloraba constantemente.
Ella aborreció esto, por lo que decidió enfrentarlo para que dejara de hacerlo, quería desenmascararlo para que demostrara el dolor que debería mostrar.
Quería hacerlo… que equivocada estaba.
Ya que esto cambió su oscura vida.
Lo que Tsunade aprendió de Dan Kato fue algo que ella jamás pensó volver a tener en mente.
Aprendió que a pesar de todo el dolor, a pesar de todo el sufrimiento, la vida era muy hermosa para desperdiciarla así.
De nada servía dañarse constantemente, de nada servía sumirse en el dolor y la depresión.
SAprendió que, si nuestros seres queridos pudieran vernos, se entristecerían al ver la situación en el que estemos.
Por ello, superar nuestro dolor y avanzar en la vida era una forma de respetar la memoria de los que ya no están en el mundo.
Tsunade ya habia escuchado esto de otras personas, quienes habían intentado conversar con ella en el pasado, pero no los tomó en cuenta ya que todos ellos no estaban en su misma situación y no conocían su dolor.
Pero Dan era diferente, pues también había vivido el dolor de la pérdida en carne propia.
Por ello estas palabras calaron más en su mente.
Poco a poco, lentamente, la ojimiel comenzó a pensar de la misma manera, sustentándose en estas palabras.
Así fue recuperándose y volviendo a avanzar, logrando salir del fondo en donde se encontraba.
Y sin que ella se diera cuenta, un sentimiento se anidó en su corazón, un sentimiento que maduró con el tiempo y que evolucionó en amor.
Fue algo que ella no buscó, fue algo que ella no anticipó, pero que aceptó con muchas esperanzas.
¡Había encontrado otra razón para seguir adelante!
Con la vista hacia el futuro, se trazó una nueva meta, nuevos objetivos, nuevos planes. Habia abrazado esa nueva ilusión y no quería dejarla ir.
¡Se volvió más fuerte, rompió sus propios límites, se convirtió en la mejor doctora de su nación, fue aclamada como la princesa de Konoha!
¡Volvió a resurgir como una de las mejores kunoichi de la aldea, volvió a florecer en ella el orgullo de una Senju, su vida tuvo sentido nuevamente!
Volvió a ser ella.
Pero el vil destino volvió a reírse en su cara.
El dolor de sentir su alma partida en mil pedazos… al perder su nuevo y único propósito en esta vida.
La furia… la impotencia… la desesperación… la soledad.
Todo vino a ella de golpe, sin tiempo para reaccionar, sin escapes.
No supo como fue, ni por que sucedió, pero la vida la volvió a dejar sola, arrancándole las esperanzas completamente.
¿Acaso ella había ofendido al destino de alguna manera?
¿Por qué a ella?
¿Nunca podría conocer la felicidad?
Todo ello se interiorizó en su corazón y mente de forma mucho mas poderosa que en el pasado, carcomiendo lentamente su vida.
Todo se volvió tan insípido… tan gris.
Ya no sentía el calor del sol, ni la frescura de una brisa, ni el dolor de un golpe, ni la amargura de una decepción.
La vida poco a poco dejó de tener sentido para ella.
Si no fuera por la presencia de una pequeña Shizune, la sobrina de Dan, Tsunade hubiera acabo consigo misma hace tiempo.
Así vivió ahogada en el alcohol, el las deudas y el los juegos. Así cayó en un nuevo pozo de desesperación, sin importarle todo lo demás.
Año tras año su vida fue mermada por todas las cosas que hizo. Año tras año su alma en pena lloraba en silencio, disculpándose con la memoria de los que se habían ido por ser tan débil, por no poder reponerse.
Y aunque no lo demostrara, su 'jovial' exterior solo era un cascarón vacío, uno que esperaba que el destino acabara con ella, dándole final al sin sentido de su vida.
Pero el destino no puede luchar contra algo que es mucho más grande que él mismo.
<Oh, pero si es Tsunade Senju, la legendaria princesa de Konoha, una de los tres Sannin… no esperaba verte en este lugar>
Con una actitud relajada, como si no tuviera alguna reacción al verla, esa fue la forma en como se encontró con Yuuma.
Un hombre guapo que solo llenó de cautela la mente de la Senju, un hombre que no era un estúpido como el resto.
Ella no tuvo una buena impresión al inicio ya que su gran apariencia no era lo mas resaltante de él.
Sabía que no todo lo que brilla es oro, por lo que fue muy desconfiada con lo que este tipo podría hacer o decir.
Aunque no podría negar que llamó poderosamente su atención con la información que le dio, no era una niña que creería todo lo que le dijesen inmediatamente.
Por ello decidió volver a Konoha para corroborar todo lo que se le dijo, a coste de revivir las penas y el dolor del pasado.
Grane fue su sorpresa al ver la situación en la que se encontraba la aldea.
A su edad ya no era una jovencita con prejuicios.
Como doctora, sabía que las parejas tenían problemas en algún momento de su vida y que la infidelidad era algo que se daba.
Pero lo que Yuuma habia hecho con la mayoría de mujeres casadas de la aldea… solo tenía un nombre.
¡Lujuria sin límites!
¡No era nada mas que un demonio del sexo que había logrado cumplir con el sueño de casi todos los pervertidos del mundo!
¡Sabía que si Yuuma se encontrara con Jiraiya, este último lo adoraría como su dios!
Aunque casi todas esas mujeres venían verlo constantemente, solo algunas de ellas eran las 'oficiales' que compartían su cama todos los días.
¡Tsunade no entendía como diablos un hombre había logrado convencer a estas mujeres, celosas por naturaleza, para que lo compartieran!
Mas aun, dejar que se siga acostando con el resto de mujeres 'casuales' con las que se encontraba ocasionalmente.
Ella que una vez tuvo una relación, que juró respetar a su pareja en el pasado y honrar su memoria, no podia entender este comportamiento, rechazándolo inconscientemente.
No lo entendió hasta que supo parte de la verdad.
La verdad de Yuuma.
Y fue un golpe tan grande a todo lo que ella creía y veía cuando supo que este tipo no era un humano en sí, no era un Shinobi ni un civil, no era alguien de esta tierra.
¡No era de este mundo!
Pensar en él como un dios podia explicar varias cosas de su forma de ser, de su forma de actuar.
Pero lo que sacudió completamente su mundo fue ver como es que le fue devuelto una parte de su vida, una parte de sus esperanzas, una parte de su alma.
Ver como su hermano Nawaki volvió a sus brazos, sentir su abrazo, escuchar sus rizas, volver a sentir el cariño que este le regalaba.
¡Ver esto la cambió completamente!
Sin que ella lo pidiera, las cosas comenzaron a mejorar.
Como un sueño, pudo ver como es que las cosas avanzaban en su vida.
Vió como su hermano comenzó a integrarse nuevamente en la aldea sin que nadie dijera nada o se sorprendiera, que aceptaran su presencia sin cuestiones.
La misma Tsunade vanzó en su profesión al ser proveída de una basta información médica, retomando su viejo habito.
Aumentó su fuerza al ser instruida por un ser del nivel de un dios, ayudándola a romper las cadenas del pasado que la ataban, llegando a tener un nivel aterrador de poder para poder proteger nuevamente a su hermano.
Como si el mundo hubiera escuchado sus antiguas quejas y plegarias, le habían devuelto parte de su vida.
Y todo gracias a una sola persona.
Aunque estaba realmente agradecida con él por este regalo tan grande que le había dado, no sabía que debería dar a cambio por testo.
No existe un almuerzo gratis en el mundo.
Con lo poco que sabía de Yuuma, la ojimiel intuía que era lo que pediría de ella, por lo que estuvo resignada a sacrificar su propia virtud por el bienestar de su hermano.
Pero para su sorpresa, nada de eso le fue pedido a cambio.
Con el pasar del tiempo, Tsunade se dio cuenta que Yuuma era algo más que solo lujuria.
Si, era una bestia cuando de mujeres se trataba, pero no iba por ahí exigiendo el cuerpo de ellas sin importarles lo que tengan que decir.
Había algunas que se habían negado a sus avances, y el habia respetado esa decisión.
El se comportaba como alguien relajado, pero confiable.
Era gracioso sin llegar a ser agobiante.
Era atento, sin llegar a ser al hostigamiento.
No era el bastardo que creyó inicialmente.
Esto la hizo confiar poco a poco en él, aceptando su ayuda en sus entrenamientos y compartiendo sus conocimientos.
Poco a poco Tsunade se sintió a gusto. Le atrajeron las historias que Yuuma compartía con ella. Sonreía cuando veía como es que Nawaki disfrutaba entrenar con él.
Poco a poco Tsunade se fue integrando con la 'familia' de Yuuma.
Compartir diversas conversaciones con Mikoto, Kushina y Tsume la hizo sentir perteneciente a un lugar.
Ver crecer al pequeño Itachi, quien se había vuelto protector de sus 'hermanitos' Sasuke y Naruto, la hizo sentir nuevamente esa esperanza en la vida.
Ver crecer y sonreír a su estudiante, sin tener que soportarla como en el pasado, la hizo llora internamente de agradecimiento.
Agradecer ser parte de una nueva familia.
Y todo gracias a esa persona.
Casi todos sus dolores fueron borrados, casi todas sus heridas fueron sanadas.
Sus esperanzas volvieron, su vida recobró sentido.
Y como consecuencia de esto, poco a poco ese sentimiento que había pensado jamás volver a experimentarlo brotó en su mente, anidó en su alma y creció en su corazón.
Un sentimiento que la asustaba.
No quería volver a experimentar una ilusión y una nueva perdida.
No lo soportaría.
Pero el corazón no entiende de palabras.
Por mas que se repitiera así misma que él ya tenia a muchas mujeres a su lado.
Por más que renegara de su forma de vida.
Por mas que intentara recordar a su amor del pasado.
Al final no pudo evitarlo… al final terminó aceptándolo.
Se había enamorado de Yuuma.
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NOTA DEL AUTOR:
Que tal chicos, perdón por no actualizar seguido, el trabajo siempre quita tiempo.
Este capítulo lo escribí debido a una paciente que había tenido una vida de penas y heridas del pasado, alguien que la pasó mal durante la mayor parte de su vida, pero que recientemtne había encontrado una nueva motivación para seguir adelante.
Por ello me animé a escribirlo y poder transmitir parte de esos sentimientos a ustedes.
Por más que se sientan agobiados, recuerden que no hay mal que por bien no venga. Siempre habrá un motivo por el que seguir adelante.
Espero que no se hayan aburrido, gracias por su lectura (^_^)