Las calles residenciales de Konoha estaban un poco solitarias a estas horas de la noche.
La la mayoría de las personas se dirigían a sus casas para descansar, mientras que otros pocos se quedaban en la zona comercial para disfrutar de la vida nocturna de la aldea.
Recorriendo estas calles se podía ver a un hombre con el cabello de color rosado en forma de una flor de cerezo, con los ojos de color azul claro.
Vestía el traje ninja de Konoha y el chaleco táctico, mostrando su nivel ninja de Chunin.
Este sujeto se llama Kizashi Haruno, un tipo muy alegre, a quien le gusta los juegos de palabras y bromear, siempre sonriente.
Sin embargo, en estos momentos su estado de animo no era muy bueno, ya que su vida familiar no estaba muy bien que digamos.
Pero deberíamos ser más específicos con respecto a esto.
Su vidad debería ser la mejor de todas ya que su pequeña hija habia nacido hace tres meses, por lo que no tendría sentido quejarse de tener una mala situación.
Tenía una buena casa, un buen trabajo y un sueldo aceptable que le permitía vivir cómodamente.
El problema era su esposa.
Mebuki Haruno era una mujer con el carácter fuerte, muy diferente al de él.
Sin embargo, desde que eran niños habían tenido una buena química, dando como resultado su matrimonio y siendo su pequeña Sakura la prueba de su amor.
Pero todo cambió cuando apareció en la aldea ese... detestable hombre y su tienda de conveniencia.
Desde entonces, su esposa, al igual que otras amas de casas, habían frecuentado el lugar casi todos los días, llenándose de sonrisas cuando hablaban de ese sujeto, saturando de celos a la mayoría de esposos como Kizashi.
Aunque Mebuki no habia descuidado sus labores como ama de casa, la situación de su vida marital habia decaído estrepitosamente, dejando sin acción al pobre hombre.
Kizashi estaba seguro de que todo se debía a la influencia negativa de ese tal Yuuma, incluso había presentado una carta común con el resto de esposos 'afectados' por este mismo problema al Hokage y el consejo civil para que tomen acciones al respecto, pero nada se llevó a cabo.
Claro que solo estaba molesto por esta situación debido a que un pequeño sentimiento de inferioridad nació en su mente desde que fue y espió al tal Yuuma, obteniendo un golpe critico al querer compararse físicamente.
Pero todos sus celos no pasaban de estos, ya que su esposa jamás habia estado en contacto con ese hombre a parte de ir a conversar con el resto de mujeres en las tardes.
Kizashi jamás había pensado en la traición por parte de Mebuki ya que el amor entre ellos era algo que podría perdurar por encima de cualquier cara bonita, por lo que a veces se sentía tonto pensado en estas cosas.
"A cabo de llegar Mebuki, por favor prepárame un baño" – Entrando a su casa habló mientras se quitaba el calzado en el recibidor, pero no obtuvo respuesta alguna.
Esto le pareció extraño ya que su esposa lo recibía junto a su hija en brazos todos los días.
"¿Mebuki?" – Volvió a preguntar Kizashi, sin encontrar respuesta nuevamente, esta vez preocupándolo.
Por ello comenzó a explorar la cocina, el cuarto de lavandería y el resto de la planta baja, sin encontrar a su esposa.
Se dirigió a las escaleras y subió, logrando escuchar el sonido del chapoteo de agua proveniente del cuarto de baño.
Acercándose a la puerta, Kizashi volvió a peguntar – "¿Mebuki estas dentro?"
"¡Ah! ¡S-Si! Estoy aquí Kizashi… estoy tomando un b-baño…" – Respondió la mujer con un tono alarmado, lo que hizo extrañarse al sujeto con el pelo rosado.
"¿Te encuentras bien? Es que te escucho… un poco nerviosa" – Volvió a preguntar el esposo.
"N-No pasa nada malo… es que estaba cambiando a nuestra hija y me m-manché con su pañal, por lo que me estoy…mmm… bañando" – Respondió la mujer tratando de contener el tono de su voz.
"¿Segura que estas bien? ¿No quieres que entre a ver como estas?" – Kizashi habló ya que la forma en como su esposa estaba hablando era algo inusual.
"¡N-No hay necesidad! No entres por favor…. Como me manché mucho…mmm… me da vergüenza que me veas en ese estado… el olor es difícil de manejar, por lo que …ahhh… tengo nauseas" – Volvió a responder de manera un poco ahogada la mujer.
"Bueno, jajajaja, quien diría que podrías avergonzarte de esa manera. Si es tan fuerte como dices, mejor paso de ello. Iré a ver cómo está mi pequeña princesita, no te demores que tengo hambre"
El hombre solo atinó a sonreír mientras se burlaba de la desgracia de su esposa, alejándose de la puerta y yendo a ver a su pequeña niña ubicada en su dormitorio.
Dentro del baño, podías ver a una joven Mebuki, con el cabello rubio y corto completamente mojado, con su cuerpo tonificado y desnudo.
Su piel blanquecina estaba roja en varios lugares, con marcas de chupetones en su cuello y pechos, los cuales estaban chorreando la leche que debería ser el alimento de la pequeña Sakura.
Sus muslos estaban flexionados y sujetados por dos fuerte manos, con ambas rodillas posicionadas a ambos lados de su cabeza.
"P-Por favor… mi marido está aquí…" – Trató de susurrarle al hombre que se encontraba detrás de ella, quien la tenia cargada en la posición de Nelson completo mientras su dura y grande verga la estaba empalando completamente.
"Mebuki, ah Mebuki, si recién estamos empezando, no me puedes pedir que me vaya. El buen Kizashi puede esperar por su cena un rato más ¿no lo crees? ¿O es que no te gusta la forma en como estamos 'uniendo lazos'?" – Respondió de manera sonriente el sujeto apostado detrás de ella.
"N-No es eso… por favor…ahhh… si continuamos con esto… no podre aguantar mis gemidos~" –
La mujer murmuró mientras tenia la mirada vidriosa por el placer extremo que estaba recibiendo de este hombre.
"Bueno, bueno, si es el asunto de tus gemidos, eso se puede solucionar muy fácilmente, así que no te inhibas, déjame todo a mí y tu solo disfruta" – El hombre dijo eso mientras sellaba sus labios sobre los de ella para evitar que sean escuchados sus gemidos.
Así, comenzó el movimiento de caderas previamente interrumpidos, inundando nuevamente la cabeza de la mujer con todo el placer prohibido que estaba experimentado.
....................
"Ahh… sip, ya es hora de cosechar mi inversión"
Yuuma estaba caminado relajadamente por una de las calles residenciales de Konoha mientras pensaba en todas las cosas que haría a continuación.
Nuestro protagonista había decidido comenzar a hacerle honor a este rumor ya que todo indicaba la correcta preparación del terreno.
El estar conversando con las diferentes mujeres había logrado que Yuuma ganara la confianza de estas.
Sin embargo, si el intentaba algo de manera apresurada podría salir bien o podría salir mal, ya que la clave era el tiempo que pudieran estar interactuando con las diferentes mujeres.
No solamente era cuestión de acostarse con ellas y ya.
Nuestro protagonista es alguien un poco posesivo, por lo que quería asegurarse de que, una vez iniciado esa relación con esas mujeres, estas no vuelvan a tener hambre de sus maridos nunca más, por ello es que estuvo un mes trabajando en ese aspecto.
Ahora, el que ese rumor se haya extendido y que las mujeres maduras aun sigan yendo a verlo, significaba que a ellas nos les importaban ser señaladas de esa manera.
Lo que era una carta libre para que Yuuma pudiera ir y 'profundizar' los lazos fraternales con estas mujeres, siendo la madre de Sakura la primera en obtener ese honor.
En ese momento se dirigió a otra vivienda ya que se había propuesto aumentar el 'marcador' el día de hoy, así mismo quería darle un espectáculo al espía oculto que lo había estado siguiendo desde que saló de la casa Haruno.
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Minato había estado completamente distraído por las cosas vividas el día de hoy, por lo que salió a caminar con el motivo de despajar la mente en esta noche calmada.
Recordaba todo lo que se le había mostrado, haciendo que sus perspectivas de las cosas cambiaran completamente.
El día de hoy el Hokage había confirmado el gran poder que Yuuma podía ejercer, siendo el trato de medio año una completa mentira que ese sujeto le habia vendido, quedando como un completo tonto ya que Yuuma solo había estado jugando con él.
¡Pensar en obligarlo a irse o peor aún, obligarlo a trabajar para la aldea era una idea que hizo reír de manera autodespectiva al Hokage, ya que, si ese tipo quisiera, podría volar todo el mundo en el que se encontraba si quisiera con solo mover sus manos!
Pero eso no era lo único de lo que el Hokage se enteró el día de hoy.
Yuuma le mostró algo que lo comprometía directamente a él y a su esposa, algo sobre por que se conocieron, sobre como es que el 'destino' permitió que ambos vivieran muchas experiencias juntos y que posterior a ello terminaran siendo pareja.
Algo que nunca se había puesto a pensar y que ahora no podía sacarse de la mente.
Pensar en cómo Hiruzen Sarutobi, Danzo Shimura, Koharu Utatane y Homura Mitokado (siendo estos dos últimos los grandes ancianos de la aldea) idearon un plan para poder mantener al Jinchuriki del Kyubi a raya, comprometido con la aldea…
Dese antes de la llegada de Kushina a la academia, Minato siempre se destacó como el alumno más prometedor de todos, siendo 'seleccionado' para esta misión.
El ninja rubio recordó que un día se impartió a toda la clase una tarea en donde se les hizo describir las cosas buenas que podían descubrir de los colores, aunque fue algo que nadie entendió en ese entonces, a él fue el único que se le asignó el color rojo.
Minato no tenia ningún inconveniente con ello, pero de manera sorpresiva, una de las profesoras de la academia se ofreció a 'ayudarlo' con su tarea.
Con la intervención de esta sensei, el Namikaze aprendió que ese color simbolizaba el fuego, el calor, la revolución, la pasión, la acción y la fuerza… cosas que definían de manera precisa la voluntad del fuego.
Aunque era inteligente, en ese momento Minato no pensó sobre el significado de esto, por lo que aceptó gustosamente la ayuda, sin saber que esos conceptos quedarían grabados en su mente.
Cuando Kushina llegó a la aldea, Minato tomó un gran interés en ella, ya que inconscientemente veía a la niña como alguien portadora de la voluntad de todo el país debido a una 'peculiaridad' obvia, así la vida escolar empezó para la Uzumaki.
Minato nunca se preguntó en ese entonces por qué los niños en ese entonces la molestaban constantemente, ya que a esa edad uno podía ser imprudente, pero no tan idiota, al menos si se te consideraba normal mentalmente.
Esos niños se burlaban de Kushina con tanto ímpetu que, visto ahora, si que era realmente extraño.
Ese color no eral algo extraño para la gente de este pueblo, ya que incluso el edificio y la vestimenta del Hokage tenia ese color.
Edificios enteros, la mayoría de los tejados, flores, vestimentas… ese color estaba por todas partes.
Incluso si hablábamos de color del cabello, había colores más llamativos como el blanco, el purpura, el rosado, el naranja… Pero esos niños decidieron molestarla.
Los niños puede que no sean idiotas, pero siempre siguen la corriente, al menos la mayoría, por lo que el resto no tardó en copiar a los iniciadores.
Pero con lo revelado este día, Minato sabía cuál era el objetivo: aislarla.
Él entendía que, por ser hijo de no ninjas, era normal que lo pongan en la clase de los civiles, lejos de los niños provenientes de los grandes clanes, pero que coloquen a Kushina en ese lugar era algo completamente descabellado si es que tomabas en cuenta su procedencia.
Pero el objetivo de esto era claro. Si ella se relacionaba con niños que posiblemente intenten en el futuro tomar al Kyubi, como los Uchiha, sería algo que no le convendría a la aldea.
Incluso el que ella forme alguna relación podría poner en riesgo todo ya que tener un arma tan poderosa como el nueve colas daría carta blanca a dicho clan para influir sobre la aldea.
Por ello, detrás de la inocente broma infantil, se escondía una planificación establecida.
Después de una semana constante de molestias hacia Kushina y de golpes de ella hacia esos mocosos, parecía que acabaría finalmente, ya que un día determinado dejaron de molestarla, siendo algo positivo para Minato, al menos eso creyó.
Desde el primer día que la vio le llamó la atención el color de su cabello, por eso se decidió a contar la idea de convertirse en Hokage cuando ella se presentó, pero desde ese entonces, no entabló conversación con la Uzumaki ya que esta siempre estaba a la defensiva.
Al día siguiente, la misma maestra que lo había 'ayudado' anteriormente le hizo a Minato una petición inusual, le dijo que vaya y recogiera muchas flores de cerezo para un trabajo en la academia.
En ese momento él no lo pensó mucho, así que cumplió el pedido.
Justo cuando llegó al bosque de cerezos, vio como Kushina era fastidiada por dos tipos mucho mayores que ella.
Sin embargo, la pequeña pelirroja les pateó el trasero, haciendo que esos sujetos huyeran despavoridos. Cuando el ninja rubio estuvo a punto de felicitarla, Kushina le gritó por no haberla ayudado, confundiendo su no accionar.
Cuando regresó a la escuela con la las flores, la sensei le preguntó por la cara larga que traía, a lo que el niño le contó todo lo que pasó.
La maestra le comentó que debería ser más 'inteligente', no meterse con ella y tratar de 'entenderla' desde la distancia, ya que habría un momento indicado para que conversara con Kushina.
"Maldita…sea"
¡Ahora mismo Minato apretaba las manos por la rabia al recordar como es que fue encaminado para juntarse con ella desde que tenían esa edad!
Desde ese entonces, fue esa 'sensei' la que se encargó de escuchar al rubio y decirle que cosas hacer o decir cuando estaba frente a la niña.
Así, poco a poco, se fue 'acercando' a Kushina, pero no de manera inmediata.
Aunque sus personalidades no encajaban, él hizo el sobreesfuerzo por estar a la par de ella sin tener mucho contacto.
La personalidad de la chica era explosiva, vivaz, decidida, cosa que no iba acorde con el tranquilo niño rubio.
El actual Hokage no lo supo en ese momento, pero el que lo hayan dejado graduarse a la edad de diez años fue una decisión tomada desde arriba.
Se dieron cuenta lo abrumado que estaba mentalmente por tratar de seguirle el ritmo a la pelirroja sin hablarle mucho, como una especie de acosador.
Aunque todo esto era algo que Minato no recordaba ya que esa 'profesora' se encargaba de 'borrar' esa parte de su conciencia, a la par que implantaba una serie de 'ideas' en su mente.
Minato se convenció que estaba listo para ser un Genin por recomendación de esa 'sensei' y del resto de sus maestros, por lo que lo hizo.
Sin embargo, cuando estuvo bajo la tutela de Jiraiya, siempre había algo que le incomodaba, algo que no se sentía bien, por lo que trataba de hablar con su confiable sensei, diciéndole que era por extrañar a sus amigos, en especial a la pequeña pelirroja.
Así pasaron unos años en donde el se encontraba 'coincidentemente' con Kushina, quien no habia podido hacer amigos hasta la graduación, pero eso no le quitó su personalidad.
Minato se dio cuenta en ese entonces de algo en su mente sucedía cuando estaba con ella, por lo que le preguntó a su sensei confidente, la cual solo le sonrió y le dijo que estaba enamorado, cosa que confundió al rubio, pero lo hizo sentir avergonzado... y feliz.
"Malditos… bastardos" - El Hokage murmuró entre dientes.
Pero la verdad era otra…. Sin que los ancianos pudieran controlarlo, Kushina se volvió amiga de Mikoto Uchiha después de graduarse, siendo un 'error' de suma importancia.
No podían tocar a la princesa Uchiha por obvias razones, por lo que decidieron dar el siguiente paso en su plan, haciéndole creer a Minato que estaba 'enamorado' de la pelirroja, mientras fabricaban una situación en donde Kushina piense lo mismo.
Y así lo hicieron.
La excusa de que tres fracasados ninjas de kumogakure lograran irrumpir en Konoha sin levantar sospechas, quienes tenian a los mejores sensores del mundo ninja, era algo que quizás sólo los niños podían creer… niños como ellos.
Era algo imposible ya que eran ninjas que fueron derrotados por un Genin como Minato. Y aunque él haya sido un genio, jamás se habría podido oponer a un verdadero ninja de élite de otra aldea.
Ese día se le encomendó llevarle un mensaje a la residencia Uzumaki, por lo que la encontró vacía y con destrozos, a lo que rápidamente comenzó a buscar pistas sobre esto.
Su subconsciente captó rápidamente los cabellos rojos de Kushina no por que fueran lo más bonito, sino por que había sido acondicionado desde pequeño para notar este color.
Luego, siguió la historia en donde el rescata a la damisela, lográndo enamorarla, siendo algo que salió muy bien… demasiado bien.
Minato ahora entendía por qué no hubo reclamos por parte de Konoha hacia kumogakure por esta clara 'declaratoria' de combate, ahora sabía por que esta noticia nunca se extendió por todos lados.
A partir de ese día, Kushina le dio mucho mas tiempo a Minato que a Mikoto.
El ninja rubio solo podía mirar perdidamente al cielo mientras ahora comprendía toda esa tensión que sentía sobre él cuando estaba con Kushina.
Obviamente ella no tenia la culpa, el problema es que nunca habían sido compatibles, por ello no podía seguirle el ritmo.
Yuuma también había 'liberado' parte de su memoria alterada por parte de esa 'sensei' quien era en realidad una mujer de clan Yamanaka pertenecientes a 'Raíz', la cual desapareció después del nombramiento de Minato como Hokage.
Ahora entendía por que Hiruzen dejó que él experimentara con jutsus poderosos a los cuales no habría tenido acceso, como el jutsu de teletransportación del segundo Hokage.... como es que se ganó la confianza de casi todos los altos mandos...
Todo lo que pudo lograr... todo lo que actualmente tenía… todo fue preparado para tomar el manto del Hokage solo por estar relacionado con Kushina.
Ahora entendía por qué nunca podía coincidir con la mujer Uzumaki.
Desde el fondo su corazón no sentía que eso era lo que buscaba, pero su mente trastocada le ordenaba seguir adelante, sin rendirse.
Quizás ese sea el motivo por el que no pudo siquiera cumplir con su papel de esposo durante todo este tiempo, ya que inconscientemente no era lo que en verdad quería…. o si lo quería, pero la intensidad de su esposa era algo que no podía seguir…. Ahora no sabía que pensar.
No sabía si el 'amor' que sentía por la pelirroja era real o no.
Claro que valoraba a Kushina por todo lo que pasaron juntos, incluso ahora que ella esstaba esperando a su hijo, pero desde que Yuuma le mostró la verdad, pensaba que todo lo que había vivido era falso.
"Ahh… Mi vida es una farsa… pero eso no se compara con lo ridículas que son nuestras vidas"
El ninja rubio sonrió ante este pensamiento.
Yuuma no solo le había mostrado la 'verdad' de su enamoramiento, sino que le mostró la verdad del mundo y de los diferentes mundos fuera de este, todo eso mientras lo llevaba en un viaje astral … ¡lo que rompió la mente del rubio!
¡Entendió que sus problemas no eran nada si lo equiparabas a lo que los seres poderosos pueden hacerle a millones de vidas en un instante, cosa que el jamás podría aspirar a experimentar!
Así, comenzó a caminar por las calles de manera aleatoria, respondiendo a los saludos del resto de gente mientras miraba su pueblo, las casas, las construcciones, las plantas… todo era algo hermoso… tan simple… tan insignificante.
Mientras caminaba, captó la silueta de un hombre, quien estaba saliendo tranquilamente de una casa conocida por el Hokage.
La vivienda le pertenecía al matrimonio Haruno, pero ese hombre no era Kizashi… ese tipo era Yuuma.
El sujeto estaba caminado con una sonrisa suave en el rostro mientras iba tarareando una canción y pronunciaba una que otra palabra.
Minato se sintió incomodo al recordar todo lo que habia sucedido con este sujeto en la mañana, pero se sentía impotente de hacer algo al respecto ya que un cordero no puede obligar a un dragón comportarse de una manera diferente a su naturaleza.
El Hokage sabía que el sujeto se había percatado de su presencia, por lo que no perdía nada y comenzó a seguirlo ya que quería descubrir el motivo por el cual estaba abandonando la casa de los Haruno, así como preguntarle unas cosas al respecto.
Sabía que con la fuerza de este sujeto no necesitaba hacer algo como robar, por lo que debería haber otro motivo. Cuando el ninja rubio pasó al lado de esa casa puedo sentir el chakra de Kizashi y su esposa sin perturbaciones, así como la presencia de la pequeña niña.
Aunque sintió un pequeño cambio en el aura de Mebuki Haruno, no le dio mucha importancia ya que no había nada malo con su salud.
Con ello concluyó que Yuuma no habia hecho nada malo, pero ¿por qué entonces entraría a esta casa?
Mientras lo seguía, se percató que el tendero se paró frente a una casa distinta y llamó a la puerta, la cual fue abierta por una mujer a quien Minato conocía.
Se llamaba Kisaragi Akina, la esposa de Kisaragi Dai, uno de los instructores de la academia ninja.
Este matrimonio tenía una hija de cinco años llamada Miku, la niña a quien le devolvieron su muñeca el día de hoy cuando Kushina fue a conversar con nuestro protagonsita.
Minato vio como la mujer se sorprendió cuando vio quien era la persona que habia llamado a la puerta, pero pronto una sonrisa se extendió de oreja a oreja mientras lo invitaba a pasar, cerrando la puerta.
Minato sintió algo extraño al ver esta escena, ya que podía sentir solo la presencia de Akina y la pequeña Miku dentro de la casa, estando ausente el esposo.
Sabía de los rumores sobre Yuuma seduciendo a varias amas de casa, pero eso solo eran habladurías, o eso es lo que siempre había pensado.
Su mente estaba tan caótica que ni siquiera pudo deducir lo obvio de esta visita, quedándose parado frente a la casa por un buen tiempo, perdido en sus pensamientos...
"Umm~"
En eso, un gemido silencioso sacó al ninja rubio de la ensoñación.
Había podido captar ese sonido debido a sus años de entrenamiento, por lo que no fue difícil entender de lo que se trataba.
'Que diablos... ¿Este sujeto en verdad...?'
Justo cuando estuvo a punto de moverse para verificar lo que su cerebro le decía, sonó una voz por detrás de su espalda.
"¡Oh Hokage-sama! es inusual que usted me visite. Dígame ¿que se le ofrece?"
Minato volteo rápidamente y vio a un hombre sencillo quien vestía la ropa estándar de Konoha. No había mucho que resaltar en su presencia, pero el rubio lo reconoció.
"Kisaragi... Dai"
Solo un balbuceo salí de la boca del Hokage mientras veía al sujeto sonriente frente a él. Aun recordaba como estudió con este tipo y su esposa en la academia ninja.
Aunque no eran amigos, logró compartir momentos memorables.
"Ohhh~…. que…ah… que grande es… Ahhh~"
El agudo oído de Minato volvió a captar este sonido tan bajo como un susurro, dejándolo sin que decir.
Su mente confundida ya estaba lo suficientemente atormentada como para tener que aguantar estos temas de infidelidad… pero como el responsable era un ser con un poder fuera de su imaginación, no podía hacer algo al respecto.
"O-Oh no es nada malo Dai-san, solo quería hablarte de algo en particular con respecto a la escuela, ¿qué te parece si vamos a conversar en un lugar tranquilo? Es un poco urgente"
Sugirió el Hokage al ninja frente a él.
Si bien no podía hacerle nada a Yuuma, sabía que ese sujeto se estaba divirtiendo en este mundo, por lo que no permitiría que su 'descanso' sea interrumpido por un escándalo tan simple como el de infidelidad.
Minato pensaba que a Yuuma no le molestaría 'eliminar' el problema si se llegara a presentar, por lo que era mejor salvar a este pobre hombre de ser borrado de la aldea.
"Bueno, eso es algo inesperado, pero está bien, mejor entro para avisarle a mi esposa de esto" – Dijo el hombre mientras trataba de avanzar a su casa.
"¡No te preocupes! ya le avisé de esto a Akina-san, por eso es que estaba en frente de tu casa. Vamos, mientras menos nos demoremos podrás regresar antes a casa"
Minato habló con una sonrisa, la cual podría ser considerada normal para el resto, pero su cara estaba tratando de mantenerla aún con lo que sus agudos oídos podían escuchar.
"Esta bien, esta bien, vamos por unos aperitivos para conversar de esto" – Respondió Dai, quien comenzó a caminar con el Hokage.
Minato solo dio una mirada de reojo a la casa mientras se alejaban.
.........….
¡Paph! ¡Paph! ¡Paph!
"Me corro… dios mío… ¡me corrooooooo!"
Encima de la cama matrimonial se podía ver como el cuerpo sudoroso de la recatada Kisaragi Akina estaba siendo devastado por un vaivén de movimientos sexuales.
Estaba con el rostro sobre la cama mientras que su trasero estaba elevado, detrás del cual se encontraba la imponente figura de nuestro protagonista, quien se encontraba penetrando el coño de esta abnegada esposa, haciendo que se corra por segunda vez, lanzándola al éxtasis completamente.
"Vamos Akina-can, aún estamos en el comienzo, no debes descansar~"
Hablando alegremente, nuestro protagonista le dio una nalgada suave a la mujer, quien despertó de su estado mientras mostraba unos ojos llenos de lujuria y pasión.
"Esa es la mirada que me gusta ver, ahora vamos por el segundo round"
Mientras le daba vuelta al cuerpo dispuesto de la mujer, miraba hacia un lado con una sonrisa en su cara.
'Bueno, empezó antes de lo que tenía planeado, pero Minato en verdad está cumpliendo con su papel, jejeje, ahora hay que ir por el plato fuerte'
Cuando vi naruto me pareció que muchas de las cosas relacionadas entre Minato y Kushina eran extrañas, aquí me he tomado la libertad de interpretarlas :3
-Si les gustó el capítulo por favor comenta.
-Deja una reseña a consciencia para poder crecer en la clasificación ~