'¿Estaré haciendo lo correcto?'
Esa pregunta se cruzó por lamente de Kushina cuando estuvo frente a la tienda de conveniencia.
Ella había llegado con la intención de tener una buena conversación con el sujeto que logró conquistar el corazón de Mikoto.
Como buena amiga que era, no interferiría con los asuntos de la mujer Uchiha, solamente querría advertirle a este hombre sobre las consecuencias de hacer sufrir a su amiga.
Sin embargo, al momento de llegar a la tienda, no pudo concentrarse debido al constante bullicio producido por varios mocosos corriendo de aquí para allá.
Este lugar parecía una guardería, en donde cualquier adulto se volvería loco por el constante griterío.
"¡Oye, eso no se vale! ¡No se puede hacer esas cosas aquí!"
En eso, el grito de una pequeña niña se escuchó mientras acusaba a otro niño apuntándolo con el dedo.
Ella estaba junto a otra niña pequeña quien tenía una mirada llorosa.
"¡No sé de qué hablas, no hice nada malo!"
El niño aludido respondió, aunque su voz denotaba mucha inquietud, haciendo visible que mentía.
Había varios niños cerca quienes miraban todo con miradas expectantes.
"¡Claro que hiciste trampa! ¡Haimaru-chan y sus hermanos te han olido!" – Respondió la pequeña niña, quien apuntó a tres pequeños cachorros, los cuales parecían crías de lobos.
Estos perritos estaban ladrando y moviendo las colas, haciendo que la niña sigua hablando – "¡Debes dejar de hacer trampa o le diré a Yuuma oji-san! ¡Recuerda las reglas!"
La niña terminó de hablar mientras señalaba hacia un cartel grande el cual contenía un mensaje:
"Si quieres jugar en este lugar solo debes seguir las siguientes reglas:
¡No molestar al resto!
¡No insultar!
¡No golpear!
¡No hacer trampa!
¡Ayudar a quien lo necesita!
Y por último, ¡divertirse mucho!"
El niño acusado comenzó a temblar mientras veía el cartel, por lo que sacó de su bolsillo una muñeca pequeña y procedió a entregársela a la niña llorosa, la cual se alegró al ver de vuelta su juguete favorito.
"¡L-Lo siento! ¡Por favor, no le digas a Yuuma oji-san de esto! No quiero que deje de darme esos dulces…"
El niño casi comienza a llorar cuando recordó como es que el tendero castigaba a los mocosos malcriados privándolos de los exquisitos dulces, por lo que en verdad se sentía arrepentido.
Había tomado este juguete por curiosidad, no tenía ninguna mala intención, solamente quería verlo por un momento.
Esto era algo típico en un niño de cinco años, por lo que en verdad se sentía mal ahora y no quería ser el próximo excluido de este buen lugar de diversión.
"No te preocupes, con tal de que no lo vuelvas a hacer todo estará bien, ahora solo pídele disculpas a Miku-chan"
La niña que lo estaba regañando habló mientras sonreía mi le daba la mano al niño. El resto de mocos sonrieron y comenzaron a dispersarse por todos lados, volviendo a sus juegos.
"Qué diablos pasa con estos niños tan… ¿educados?"
Dijo Kushina en voz baja mientras veía toda esa escena.
Era algo que ella no había experimentado antes, ni como niña ni como adulta expectante.
Los mocosos son hiperactivos, inquietos, toscos y muy indiscretos con varias cosas, pero lo que acababa de ver era completamente diferente.
"¿No es algo bueno? Los niños tienden a ser muy imprudentes, al menos así se criarán correctamente"
"¡Kyaaa!"
*¡Pump!*
De pronto, la pelirroja escuchó una voz proveniente de su costado, lo que la tomó por sorpresa y la asustó, haciendo que diera un grito y liberara un golpe inconscientemente.
El puñetazo de Kushina no era algo que se podía tomar a la ligera, pues ella era una mujer muy fuerte, con una tenacidad característica, no por algo la llamaban 'Habanero sangriento de Konoha'.
Y aunque ese no era su mejor golpe, era algo que incluso los Chunin tendrían problemas en manejar.
Por lo que Kushina reaccionó cuando el golpe estuvo a punto de impactar contra el sujeto quien habia hablado, haciendo que la mujer Uzumaki abriera los ojos con horror, ya que era alguien catalogado como un civil, quien sería convertido en una desgracia si recibía ese golpe.
"¿Eh?"
Sin embargo, no hubo sangre o lamentos, tampoco costillas rotas o huesos quebrados.
El puño de Kushina fue detenido por la firme mano de Yuuma, quien le estaba dando una sonrisa suave.
La mujer Uzumaki sintió una especie de hormigueo proveniente del contacto con este hombre, cosa que la desconcertó un momento, pero luego retiró rápidamente su puño mientras su rostro comenzaba a tomar un cierto tono rojizo, ya que en el fondo de su mente… ese contacto no le desagradaba.
"¡Que estás haciendo!" – exclamó la pelirroja de manera fuerte pero nerviosa ya que no podía estar tranquila mientras estaba en presencia de este hombre.
"Simplemente defendiéndome, más bien ¿Qué estás haciendo tú? Ir golpeando a la gente no es algo que sea común" – Respondió serenamente Yuuma mientras mantenía esa sonrisa en su cara.
"Que… ¡No! Yo no estoy golpeando a la gente… ¡Solo me asusté y ataque inconscientemente!" – Respondió Kushina mientras trataba de ocultar su rostro que lo sentía quemando. }
No entendía por qué se comportaba de esta maldita manera en presencia de este hombre.
Ella era alguien decidida, confiada y muy vivaz, tal como era su personalidad.
Ni siquiera en frente de Minato ella había actuado tan indecisa, por lo que esto era algo nuevo para ella.
Ya no era como el ciervo indómito que encontrabas reinando en el bosque, más bien parecía un cervatillo asustado… y eso la irritaba mucho más.
"Oh ¿En verdad no estas golpeando a la gente?" – Con un tono gracioso volvió a preguntar el tendero.
"¡Si, así es! ¡Y ya deja de burlarte de mí!"
La ofuscada mujer Uzumaki respondió mientras su temperamento comenzaba a primar sobre sus inseguridades, siendo este el momento en el cual nuestro protagonista cambiaba de dirección la conversación.
"Bueno, mi mal, perdón por bromear contigo. Dime ¿que se te ofrece? Si quieres puedes entrar a ver los productos que tengo en venta, quizás algo te interese"
Con un tono tranquilo habló el tendero, haciendo que el creciente enojo de la mujer se estancara y no supiera que hacer a continuación.
"¿Entonces…?" – Yuuma volvió a preguntar mientras Kushina salía de su asombro.
"Yo… Yo vine a hablar contigo" – Respondió la Uzumaki mientras trataba de calmar su enojo y su vergüenza.
"Oh, bueno, ven, vamos a sentarnos, no quiero que tengas algún problema con el niño dentro de ti por tenerte mucho tiempo de pie"
El tendero habló mientras se dirigía hacia la banca de madera utilizada por el y el pequeño Itachi tenían sus conversaciones.
Kushina miró un poco asombrada por la preocupación que este hombre tenía, pero sacudió la cabeza y siguió al sujeto.
Pronto los dos estuvieron sentados mientras la mujer no quería tener contacto visual por la vergüenza que aun sentía.
"Bueno, ahora me puedes decir sobre qué quieres hablar" – Dijo Yuuma con un tono tranquilo.
La pelirroja respiró hondo tratando de calmarse mientras giraba la cabeza para enfrentar el rostro de Yuuma. Lo miró mientras reunía sus ideas y cuando se sintió preparada comenzó a hablar.
"Quiero hablarte sobre Mikoto… ya me contó todo" – Dijo seriamente la mujer Uzumaki.
El hombre al costado de ella se quedó mirándola con unos ojos serenos, para luego sonreírle.
"¿Es así? Creo que es algo bueno que compartan las cosas entre amigas" – Dijo Yuuma mientras mantenía un tono sereno – "Entonces ¿supongo que estás aquí para criticarme, advertirme o preguntarme mi versión de los hechos?"
"Quiero saber cuáles son tus verdaderas intenciones al intentar estar con ella. Es un hecho que sabes sobre su esposo y sus hijos, pero aun así has logrado acaparar su mente. Quiero saber si esto para ti es simplemente un juego o en verdad estas dispuesto a formar una familia con ella" – Dijo seriamente Kushina.
Yuuma no dijo nada ante la pregunta, haciendo que la mujer Uzumaki pensara en que había atrapado contra las cuerdas a este sujeto.
Sin embargo, en el instante siguiente, la visión de la pelirroja se oscureció repentinamente, para luego presentar un paisaje muy aterrador.
Se encontraba en un lugar caótico el cual carecía de un suelo donde pararse.
Parecía estar flotando en nubes, pero eso no era lo que le preocupaba, ya que su visión estaba atraída por una escena más grotesca.
En lo alto, se podía ver una esfera gigantesca la cual parecía estar hecha de magma y sobre la cual se encontraba un zorro gigante de color naranja.
El animal colosal tenia nueve colas las cuales estaban clavadas con estacas enormes que estaban fijadas con cadenas a la esfera gigantesca.
Además de sus colas, sus cuatro patas estaban empaladas por las mismas estacas, al igual que su pecho, totalmente atravesado por la más grande de esas puntas.
En su cuello se enroscaba una cadena, fijándolo sobre la superficie de la esfera.
"…Kyubi…"
¡Kushina miró con horror esta escena, ya que era la primera vez que se enfrentaba 'cara a cara' con la bestia de cola!
Claro que había intentado conversar con el animal, pero el sello que mantenía al Biju no le permitía ingresar a este lugar, por ello era algo que no esperaba presenciar en su vida.
"¿Cómo…Cómo puedo estar aquí?"
Kushina se preguntó sorprendida mientras seguía mirando al enorme animal empalado.
El zorro no estaba haciendo caso a la asombrada mujer, más bien estaba mirando al sujeto detrás de la pelirroja.
"Vaya, sí que eres algo, completamente diferente a lo que dicen los cuentos"
La voz de Yuuma resonó en todo este lugar, haciendo que la mujer se diera vuelta asustada, ya que por nada del mundo esperaba verlo aquí también.
"¡¿Q-Qué haces aquí?!"
¡Kushina dijo de manera alarmada ya que debería ser imposible para alguien más entrar en este lugar!
Sin embargo, aquí estaba este sujeto mirando al zorro con unos ojos planos, como si la vista de la gran bestia no fuera algo de lo que asombrarse.
"¿Uhm? Ah, estoy aquí ya que quería observar a este animal desde que supe sobre los Bijus, pero no creo que sea la gran cosa en verdad" – Dijo el hombre, quien regresó la mirada hacia la estupefacta mujer.
"¡¿Qué no soy la gran cosa?!"
En eso, un grito atronador resonó desde la posición del Kyubi, haciendo temblar todo a su alrededor.
Este ser hecho de una gigantesca cantidad de chakra se sintió ofendido por la arrogancia de este sujeto, pero no se sobrepasaba con las palabras ya que sentía algo inquietante proveniente de este sujeto.
"Supongo que es feo escuchar esto, pero las cosas son así. Tu poder es algo que las personas de este lugar jamás podrán controlar y, aunque te sientas como el ser más fuerte del mundo, sabes muy bien que no lo eres.
No sabes cómo, pero eres consciente de aquellos que están por encima de cualquier cosa vista en este mundo, tu padre Hagomoro era la prueba de ello"
Las palabras de Yuuma hicieron que la cara de Kushina mostrara extrañeza por las cosas que había escuchado.
¡Sin embargo, para el zorro era completamente diferente, ya que las cosas dichas por el hombre calaron en lo profundo de él!
"Quien… eres tú"
El zorro estaba en una conmoción tremenda ya que su mente recordó aquel momento preciso cuando su 'padre' los dejó solos a el y sus ocho hermanos.
Desde ese día, pensó en llevar a cabo la misión encomendada por su padre, sobre cómo ayudar a los humanos a crecer como especie.
En cambio, lo único que obtuvo fue el miedo y el odio que estos le dieron.
Durante mil años el zorro vivó sin descanso, ocultándose de los humanos, luchando contra ellos, ganándose el odio de estos y germinando dentro de su alma un odio similar.
Este odio se exacerbó cuando el primer Hokage utilizó el Mokuton (Elemento Madera) para poder cazar, controlar y sellar a todos los Bijus.
La mente del zorro había sido inundaba con ese sentimiento negativo desde entonces, albergando una repulsión abyecta contra los humanos.
Es irónico pensar que las 'buenas acciones' de Hashirama Senju terminarían creando una bomba de relojería a futuro.
Obviamente el zorro entendía lo que decía el hombre parado frente a él.
Sabia sobre el Juubi (diez colas) sabía sobre la existencia de la madre de su padre, sabía algo de la existencia de su raza.
Pero el que este 'simple' humano sepa de eso hacía más difícil la situación.
Yuuma, sin hacer ninguna acción por un momento, solo atinó a levantar su mano y hacer un pequeño gesto, lo cual trajo una pequeña perturbación en las corrientes internas de este mundo, pero el resultado fue algo que Kushina no habia planeado ver ni en sus peores pesadillas.
¡Todo el instrumental carcelario que mantenía al zorro a raya desapareció como por arte de magia, las cadenas, las estacas, la esfera de magma… todos los componentes de sello supresor del Kyubi se esfumó en la nada!
"¡¡¡QUE ACABAS DE HACER!!!"
¡Kushina gritó desesperada al darse cuenta de la situación extremadamente grave en la que se encontraba, por lo que quiso dar un golpe directo hacia el sujeto al mismo tiempo que liberaba su Kongo Fusa (cadenas de sellado Diamantina) para intentar retener al demonio de nueve colas!
Sin embargo, su poderoso golpe fue detenido suavemente por la mano de Yuuma, quien solo le dio una mirada simple pero tranquila – "En verdad si creo que a ti te gusta golpear a la gente eh Kushina"
Mientras hablaba le señaló con la mirada hacia la dirección en donde estaba el Kyubi
"Creo que no debes precipitarte en esto. Ese sujeto ha estado encarcelado por acciones egoístas, por lo que es válido su enojo, así que primero escucha su historia antes de juzgarlo"
"¡¿Qué diablos-¡"
La mujer Uzumaki no supo que decir ante esta situación, su sorpresa estaba determinada por la forma tan 'aburrida' en como su golpe más poderoso fue detenido, así como por la no acción violenta que esperaba de parte del Kyubi.
El zorro colosal estaba mirando la interacción de esos dos humanos mientras su mente comenzaba a 'limpiarse' y recordar las cosas que había vivido cuando recién fue creado por su padre, a recordar las interacciones con sus hermanos, sus primeros pasos en este mundo… comenzó a recordar todo.
"¿Por qué no nos cuentas todo lo que te ha pasado hasta ahora? Sería un primer paso ¿no lo crees así Kurama?"
La ultima palabra del sujeto sacudió el cuerpo del zorro, ya que escuchó su nombre nuevamente después de casi un milenio y aunque los Bijus no sean seres vivos como tal, eran seres conscientes que podían sentir las emociones que caracterizaban a los humanos.
Ante estas palabras el Zorro de nueve colas se quedó en silencio, ya que ahora mismo no sabía como actuar.
Kurama sabia que este sujeto misterioso estaba en una liga muy por encima de este mundo.
Si bien no habia mostrado un poder abrumador, el que pueda hacer todo estos sin acción de chakra ya decía que tan capaz puede ser.
A esos súmale que ya no tenia su mente controlada por alguna técnica ocular o por el odio hacia los humanos, podía pensar claramente que, si iba en contra de este sujeto, terminaría muy mal para él.
"¿Cuál es tu objetivo?"
Luego de un momento en silencio, esto fue lo único que preguntó el zorro, queriendo saber las verdaderas intenciones de este hombre.
"Vamos, todo el mundo quiere saber eso, yo solo quiero descansar y disfrutar plenamente de la vida… y si es rodeado de cosas bellas, mucho mejor"
Yuuma respondió tranquilamente, como si esta situación no se tratara de una amenaza grave.
"Lo que quiero, por ahora, es que esta hermosa dama escuche tu historia. No quiero que siga esta cadena de odio ya que es muy aburrido, por lo que, si compartes tu historia, prometo que te ayudaré en lo que quieras, claro que si quieres hacerle daño a alguien que me interesa, te borraré de la existencia ¿Soy claro?"
'¡¿Qué demonios significa toda esta situación?!'
Mientras el Zorro gigante y el humano estaban conversando, la pelirroja tenía una mirada estúpida.
¡La mente de Kushina estaba nuevamente en caos!
¡Este hombre había logrado, de algún modo, controlar al Kyubi; sin reparos la llamó bella dama e incluso prometió ayudar al demonio en lo que quería!
En cambio, la bestia de chakra estaba contemplando las palabras del sujeto, pensando si es que le convenia o no tener un favor de alguien así de poderoso.
Después de darle muchas vueltas, el animal habló – "Bien… comenzaré con mi historia"
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(Oficina del Hokage)
El sol rojo de la tarde entraba por la ventana que apuntaba a la silla y mesa del líder de la aldea.
Esta luz apuntaba también a las paredes de la oficina, pintando todo el lugar con un tono cálido.
El ocaso era algo que era muy respetado por las personas, una hora mística sobre la que se tejían muchas leyendas.
Sin embargo, ni lo hermoso del paisaje ni el significado del momento podían alejar el ambiente lúgubre que se arremolinaba alrededor del hombre sentado en la silla principal.
Minato estaba con la mirada perdida mientras estaba recostado sobre su silla.
Hasta ahora no entendía que fue lo que pasó en la mañana.
El Hokage era consciente de sus capacidades, de lo que podía lograr y lo que no.
Su carácter frio para la batalla lo habia catalogado como uno de los ninjas de rango S mas destacados de todo Konoha y del mundo ninja.
No era arrogante, pero su poder de batalla era algo que ningún ninja de su generación podía igualar.
Los choques contra las diferentes figuras del resto de aldeas se lo habia confirmado. Incluso su maestro había elogiado su capacidad como una que nadie había visto jamás.
A sus veinticuatro años había logrado casi todo lo que un ninja podía pedir en esta vida en lo que respecta poder…. Pero lo de la mañana le demostró que aun estaba en el fondo.
Y no fue solo por el hecho de su contrincante pudiera evadir sus ataques o que pudiera teletransportarse como él, ya que eso no ameritaba su lamentable semblante.
Lo que había vivido el Hokage en la mañana fue algo que… cambió su vida para siempre…
¿Qué eran las aldeas ninjas frente al poder absoluto?
¿Qué de bueno existía en este mundo ninja?
¿Sus peleas eran algo tan patético?
¿Acaso todo lo que conocía era falso?
¿Su destino nunca estuvo bajo su control?
En la historia original Minato no se amilanó incluso cuando estuvo frente al Juubi, jamás perdió su espíritu de lucha.
Incluso cuando todo parecía perdido, el cuarto Hokage mantuvo una sonrisa en su rostro.
Quizás sea por que ya estaba muerto, pero su carácter se mantuvo, perfilando al Minato Namikaze que todos conocieron.
Sin embargo, lo que ahora había visto lo dejó con una parte de su existencia en autocrítica….
"Vaya Minato, el ambiente es muy malo en esta oficina ¿Acaso te peleaste con Kushina o algo parecido?"
En ese momento una voz con un tono gracioso se escuchó desde la ventaba, lo que llamó la atención del Hokage, girando su distraído rostro hacia atrás.
Tenía el pelo largo, blanco y pajoso.
Dos rayas rojas caían de los extremos de sus ojos hasta su barbilla. Su talla era muy alta para el promedio de las personas de este lugar.
Su atuendo era verde y sobre él una manta de color rojo con 2 círculos amarillos y sandalias altas del mismo color rojo.
En lugar de llevar la Banda Ninja de Konoha, lleva puesta la supuesta 'banda' Ninja parecida a la cabeza de un sapo. Agregado a todo esto, cargaba en su espalda el Pergamino muy grande.
"Jiraiya-sensei…"
Minato solo atinó a hablar con un tono bajo mientras miraba a su maestro, el ninja más extrovertido de Konoha, el llamado 'sabio del monte Myoboku, uno de los tres Sannin, Jiraiya el galante.
De niño, Jiraiya fue un estudiante del Tercer Hokage junto con sus compañeros Orochimaru y Tsunade. Debido a que era el torpe del grupo, entrenó muy duramente, hasta el punto que Hiruzen le mostró la Técnica de Invocación para que aprendiera a usarla.
Tras un tiempo, fue teletransportado hacia el Monte Myoboku y ahí fue entrenado por el Gran Sapo Sabio.
¡Con el transcurso de los años, se convirtió en un gran Shinobi!
El Gran Sabio Sapo expresó una visión sobre su destino, según la cual viajaría por el mundo escribiendo libros y entrenaría a una persona que se convertiría en un revolucionario que traería paz, o bien, traería dolor y sufrimiento al mundo.
Para cumplir esta profecía, Jiraiya dejó Konoha para recorrer el mundo y escribir sus libros, los cuales fueron como una bendición para todos los pervertidos de este mundo.
Cuando Jiraiya regresó de su viaje, entrenó a Minato Namikaze y participó en la Segunda Guerra Mundial Shinobi, donde junto a Orochimaru y Tsunade fueron conocidos como los legendarios Sannin, ganando así renombre a nivel mundial.
Años más tarde, cuando Orochimaru decidió dejar la Hoja, Jiraiya fue tras él como amigo para convencerlo de que volviera, pero éste se rehusó, convirtiéndose en un Ninja renegado e ingresando en una Organización rebelde llamada Akatsuki (Amanecer).
Tras ello, Jiraiya se convierte en un Shinobi errante para seguir los movimientos de Orochimaru y Akatsuki, extendiendo la red de espionaje más grande de todo el mundo ninja, proporcionando información valiosa para la defensa de Konoha. Cada cierto tiempo regresaba a la aldea para ver la situación de todo, como hoy.
Cuando el ninja peliblanco bio la apariencia de su alumno, dejó de lado las bromas y se acercó raídamente al ninja rubio.
Esta era la primera vez que veía a Minato tan jodido, ni siquiera en la guerra lo habia visto con tal semblante.
"Muchacho, cuenta que pasó" –
Sin irse por las ramas, Jiraiya le preguntó a Minato, quien solo miró a su maestro, pensando si debería decirme lo que había vivido el día de hoy.
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'¿Qué diablos pasó?'
Sacudiéndose la cabeza, Kakashi se dijo así mismo después de perder momentáneamente la concentración.
Había estado siguiendo a la esposa del Hokage en pro de cumplir con su misión de protegerla y había llegado hasta la tienda de conveniencia, lugar en donde la Uzumaki se puso a conversar con el sujeto.
Sin embargo, justo en ese momento, los sentidos de Kakashi parecieron apagarse, volviendo a recobrarlos un tiempo indeterminado después.
Esto alertó al ninja peliblanco ya que no había sentido ninguna fluctuación de chakra como para haber caído najo un Genjutsu.
Dejando de pensar, concentró su mirada al lugar en donde estaban previamente conversando Kushina y el tendero, pero lo que vio el ninja disparó todas sus alarmas.
'¡No! ¡¿Dónde está Kushina-san y ese sujeto?! ¡Maldición!'
Justo cuando estuvo a punto de lanzar una señal de asistencia, sintió el chakra familiar de Kushina al otro de la tienda, en donde jugaban todos los niños que llegaban a este lugar.
Sin esperar tiempo, Kakashi se desplazó rápidamente alrededor de la casa, solo para ver a la mujer Uzumaki hablando con varias de las mujeres que habían llegado y estaban recogiendo a sus hijos, en especial con una mujer de aspecto sobresaliente.
Se veía madura para su edad, pero no en el mal sentido de la palabra, sino más bien tenía ese encanto que solo las MILFs poseen.
Tiene la piel blanca y el cabello de color castaño fuerte, el cual estaba revuelto y despeinado.
Además, posee dos marcas faciales de color rojo en forma de cuña en cada mejilla y algunas características salvajes e indómitas, como colmillos pronunciados y pupilas inusualmente delgadas, lo que le concede una mirada afilada.
A pesar de esto, estaba maquillada, con los labios pintados de fucsia y sombra de ojos roja alrededor de los mismos, resaltando su maduro rostro.
Kakashi reconoció a esta mujer como Tsume Inuzuka, miembro del clan Inuzuka y una de las Kunoichi más fuertes de Konoha.
El Clan Inuzuka es una familia de Shinobi de la aldea, conocida por combatir acompañados por sus Ninken (perros ninja) los cuales son considerados compañeros de armas inseparables.
Normalmente esta mujer suele vestir con el típico chaleco táctico verde de la aldea y con unos pantalones de color azul oscuro, pero en estos momentos estaba vestida con un vestido simple.
Se podía ver que Tsume tenia en brazos lo que debería ser su recién nacido hijo Kiba Inuzuka, quien no tendría mas de medio mes existiendo en este mundo.
En su costado izquierdo estaba un perro grande con aspecto de lobo.
No tenía oreja izquierda y sobre el ojo derecho llevaba un parche al puro estilo de los piratas. Su pelaje es negro claro en la cabeza y el lomo mientras que su vientre y patas son blanquecinos.
Este era Kuromaru, el Ninken de Tsume.
En el otro lado de la mujer se encontraba la niña que protagonizó el 'escandalo' en la zona de juegos el cual fue visto por Kushina cuando llegó aquí.
Su nombre era Hana Inuzuka y actualmente tenía 5 años, la misma edad que Itachi. Esta pequeña niña estaba rodeada por tres pequeños perritos, los cuales estaban jugando entre sí.
Mientras las mujeres hablaban entre sí, Kakashi no pudo ubicar al tendero. Como no tenía chakra era difícil de encontrarlo, pero por mas que lo intentó, no había rastro de él.
"Vaya, vaya, pero que tenemos aquí, me parece sospechosa tu actitud al espiar niños de esta manera, creo que te entregaré a las autoridades"
De pronto, una voz que vino desde su espalda hizo que los sentidos de Kakashi explotaran ya que sintió un frio recorriendo toda su espalda antes de caer inconsciente…
Perdón chicos por la demora, el capítulo ya estaba listo par ayer, pero me faltó el tiempo. espero que les guste.