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Capítulo 3: Despertarse

"Uh... ¿dónde estoy?"

Comenzó a abrir sus ojos, lentamente sus párpados se entreabrieron observando en primer lugar el techo blanco de aquel cuarto, además del ventilador que colgaba de aquel mismo techo.

Alzó la cabeza posteriormente, notando que habían unos vendajes en la zona de su abdomen, enseguida recordó lo sucedido la noche anterior.

"Entonces... ¿no fue un sueño?"- se preguntó Goku con extrañeza, aquello quería decir que los seres sobrenaturales como demonios existían.

Ah, claro... eso también significaba que lo de la voz en su cabeza no había sido una alucinación, entonces el sistema también era un hecho real.

Pero había algo extraño... no de sentía cansado, tampoco le dolía la zona del abdomen en la que le traspasó la lanza sacra. Estaba perfectamente por así decirlo, como si nada hubiera sucedido.

"¿Cuánto tiempo llevo aquí?"- no pudo evitar preguntarse aquello, así que rebuscó con la mirada para ver donde estaba su móvil.

Lo halló en la mesa que tenía a su izquierda, lo encendió y vio en la pantalla de bloqueo que era martes... lo cual quería decir que había pasado la noche en el hospital o donde quiera que estuviera.

"¿Mis heridas han sanado en una sola noche?"- volvió a preguntarse Goku con más extrañeza, lo único que podía hacer era negar con la cabeza.

Decidió mandarle un mensaje a Murayama para avisarle que no podría ir a clase hoy, pues entraban dentro de dos horas. Tampoco podría asistir a los entrenamientos en el club de kendō.

<<<Hola Murayama, ¿cómo estás? Siento no haber respondido a tu mensaje pero tuve trabajo hasta ayer tarde. Hoy no podré ir a clase porque tengo algo de fiebre, no es nada muy importante, no te preocupes. Nos vemos, cuídate hasta entonces>>>

Aquella era la mejor opción, lo que menos deseaba Goku era preocupar a una amiga tan importante para él como lo era Murayama.

Goku soltó un suspiro lleno de cansancio mientras intentaba asimilar lo sucedido durante la última noche:, todo fue bastante rápido.

Fue atacado por un ángel caído, existían los seres sobrenaturales, tenía una extravagante voz extraña en su mente y un sistema instalado en él o lo que quiera que fuera aquella extraña voz.

Volviendo a suspirar se llevó las manos a la cabeza, observando fijamente el blanco techo. Entonces, cuando pensó que el asunto no podía ir a peor, letras comenzaron a flotar frente a él.

"¡¿Qué significa esto?!"- Goku gritó en su mente exaltándose de inmediato, supuso que el llamado sistema estaba actuando nuevamente en él.

[El anfitrión tiene actualmente dos mensajes nuevos. ¿Desea abrirlos y ver su contenido?]

La voz femenina en su mente repitió lo mismo que decían las letras que estaban flotando en el aire. Goku parpadeó sus ojos sin saber qué decir.

"Deseo abrir el mensaje"- dijo Goku en su mente pero nada sucedió- "abrir mensaje ahora, abréte sésamo, abracadabra que el mensaje se abra".

Ninguna de las fórmulas pronunciadas por Goku abrió el mensaje del sistema. Sin embargo, lo que más deseaba Goku en estos momentos era saber lo que era el sistema y porqué lo escogió a él.

Tampoco podía ir preguntando a cada persona que veía en la calle si tenía alguna extraña voz femenina en su mente, le tomarían por loco.

Lo único que podía hacer era esperar, si el sistema había entrado en él tarde o temprano tendría que salir de su cuerpo... ¿verdad?

-Todo esto es bastante complicado -el pelinegro se rascó la cabeza volviendo a suspirar. Su vida tranquila había desaparecido por completo.

"Por fin está despierto joven"

Goku giró su cabeza hacia el origen de aquella voz y vio que un hombre vestido con bata blanca se adentraba en el cuarto junto a una enfermera.

-Buenos días, ¿dónde me encuentro? -preguntó Goku educadamente y rascándose la cabeza con una sonrisa nerviosa como era habitual en él.

-En el hospital general de Kuoh, tal parece que alguien le trajo hasta aquí ayer cerca de medianoche y desde entonces ha estado en esta habitación -el doctor respondió con cordialidad.

La enfermera bajó la cabeza con un sonrojo, puesto que Goku estaba con la mitad del torso expuesto y su cuerpo daba mucho que imaginar.

Goku se preguntó quién podría haberle traído, no iba a tener ninguna respuesta a aquella pregunta pero aun así se lo agradecía de todo corazón.

-Pues según los análisis que le hemos hecho por la mañana... no tiene ningún traumatismo cráneo-encefálico, su cuerpo presenta un nivel normal de eritrocitos así como sus pulsaciones cardíacas... es bastante intrigante que anoche tenía el abdomen perforado pero al hacerle una resonancia electromagnética y una radiografía hace unas cinco horas todo esté en perfectas condiciones, es como si se hubiera regenerado por arte de magia -explicó el doctor asombrado-

Goku pensó que el hombre estaba hablando en japonés pero reconoció algunas palabras en su forma de hablar tan extraña a su parecer.

Goku mostró una sonrisa incómoda mientras se encogía de hombros, recordó que Reynare le atravesó el abdomen con una lanza sacra pero el que todo se hubiera restaurado en una noche era absolutamente imposible para un humano.

-Por ese motivo hemos decidido darle el alta médica ahora mismo, sólo tiene que firmar unos documentos y podrá regresar a su casa -habló el doctor sonriendo mientras veía a la enfermera.

El hombre salió de la habitación junto con la enfermera dejando a Goku sólo en aquel cuarto, el chico tenía bastantes preguntas en su mente.

"Ugh... queda una hora para que comiencen las clases, si me doy prisa puedo llegar a casa para cambiarme y tomar mis materiales"- se dijo Goku levantándose de la cama con gran rapidez.

Sabía lo que pasaría si llegaba tarde a clase aunque sea por un minuto... Goku tendría que vérselas cara a cara con la infame presidenta del consejo estudiantil y con su vicepresidenta, Sona Shitori y Tsubaki Shinra correspondientemente.

Tiempo después.

Goku llegó a su casa en cuestión de media hora, más tiempo del previsto debido a que el hospital estaba a varias manzanas y tomando el tren no llegaba a tiempo pues tendría mucha espera.

En cuanto subió las escaleras de su departamento metió la llave tan rápido que apenas parecía estar cerrada la puerta.

Una vez dentro lo primero que hizo es darse una ducha rápida, se mojó el cuerpo al mismo tiempo que se ponía el gel de baño y se secaba el cuerpo.

Se vistió el uniforme de la secundaria Kuoh y se puso su clásico anorak negro, corrió velozmente hasta la cocina y tomó lo primero que vieron sus ojos, un batido de fresa con una manzana.

Con media manzana en la boca salió de casa y sabiendo lo que su mala suerte era capaz de hacer cerró la poerta con las llaves y las guardó en su bolsillo derecho para bajar cuanto antes.

"Maldición"- pensó Goku con una gota de sudor en la cabeza, vivía en el cuarto piso y el ascensor estaría estropeado hasta que el casero regresara de sus vacaciones, a saber cuándo volvería.

Comenzó a bajar de dos en dos escalones y en cuestión de medio minuto llegó al segundo piso. Justo entonces, con la prisa que tenía, no se dio cuenta de que se chocó con una muchacha...

"Kyaaaaaa"

La chica gritó no como consecuencia del choque, sino porque las manos de Goku estaban presionando sus orbes de tamaño mediano.

-Ufufu tus manos se sienten genial -la voz de aquella chica sonó con perversión, lo que desconcertó todavía más al pelinegro, quien apartó sus manos rápidamente de aquel lugar.

-Lo siento... ¿Aika? -preguntó Goku al reconocer a su compañera de clase mientras la ayudaba a levantarse- vaya, no sabía que vivías por aquí.

-Tampoco es como si hablásemos mucho aunque si lo deseas eso podría cambiar ufufu -habló Aika mientras sus lentes brillaban misteriosamente.

Sus lentes podían medir la hombría de cualquier muchacho, cuando lo intentó con Goku tuvo que comprarse unas nuevas lentes ya que el otro par se rompió y supo que no debería hacerlo más.

-Eso sería genial... pero será a la vuelta ya que tengo que ir a clases, ¿tú no vas? -preguntó Goku ya que la chica todavía estaba en pijama.

-Hoy no, me siento mal -respondió Aika ya que estuvo toda la noche con náuseas- Ufufufu me siento halagada, tal adonis se preocupa por mí.

-¿Por qué no debería hacerlo? Somos compañeros -preguntó Goku mientras que parpadeaba sus ojos sin entender a Aika.

Aquello era debido a que la personalidad pervertida de Aika alejaba a la mayoría de personas que estaban a su alrededor.

Aika no podía evitar aquel rasgo en su personalidad, si nadie la aceptaba tal y como era pues prefería estar sola y seguir siendo la misma, acostumbraba a molestar al trío de pervertidos ya que se sentía cómoda estando junto a ellos.

-Nada importante, ¿me acompañas a tirar la basura? -preguntó Aika sonriente mientras que alzaba el plástico azul que tenía en sus manos.

-Lo siento pero si no me doy prisa llegaré tarde a clase Aika, si te parece luego podríamos a hablar ahora que sé que vivimos en el mismo edificio... -habló el azabache mirando a su compañera.

-Me parece genial, te espero luego Goku-kun -Aika le guiñó un ojo y el ojinegro asintió reanudando el ritmo que había perdido hace unos instantes.

"Tal vez sea mi última oportunidad de tener un amigo... en ningún caso me ha repudiado a pesar de que estaba siendo yo misma"- indagó Aika con una sonrisa impregnada en sus suaves labios.

-Muy interesante Goku-kun, espero que seamos amigos ufufu -habló Aika comenzando a bajar las escaleras para tirar la basura y volver a su piso.

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Fin del capítulo.

Seguimos avanzando a paso lento, pero firme y constante. Recuerden comentar para saber si la historia es de su agrado :*)

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