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Law caminaba lentamente hacia su celda perdido en sus pensamientos, 6 meses en esta prisión le renovaron la perspectiva sobre el mundo que tenía, dentro de esta prisión había conocido a gente cruel y sanguinaria, pero también a gente inocente que había sido obligada a convertirse en lo que es ahora, piratas y ladrones. 

Algunos muy torpes otros ridículamente crueles, pero todos al final eran distintos. 

Al llegar a su celda se recostó en la cama observando el techo y diciéndose a sí mismo. — en unas horas saldré de este lugar, pero antes tengo que hacer un breve discurso motivador.— 

Mientras tanto Luigui se encontraba corriendo hacia cada prisionero de un pabellón a otro, cada una de las pandillas que existían en la prisión había accedido a participar en el motín, pero no a unirse a law, pensaron algunos prisioneros al acceder participar.

Por su parte law utilizando shameless se había transportado fuera de la prisión, caminando por la costa durante un par de minutos encontró las grandes rocas donde había escondido sus katanas y el den-den mushi. 

Sin demorar mucho tiempo law llamó a bepo para informar que es momento de la extracción. Mientras tanto en alguna parte del cielo del south blue bepo, sachi, penguin, jonny masterson, Bellamy y Hana se enfrentaban sucesivamente el uno contra el otro. 

La técnica de golpeo, el juego de pies y la conciencia de batalla de todos había mejorado significativamente, ya fuera combate cuerpo a cuerpo o a distancia con armas, la tripulación fue entrenada exigentemente por shiki quien los observaba constantemente e incluso se unía para entrenar con ellos.

Shiki sonrió satisfecho por el resultado del entrenamiento y dijo en su mente. — ya no puedo hacer nada por ellos, al igual que por law, deben salir al mar en busca de peligro, la experiencia que puedo darles en combate ahora es muy limitada, además es hora de recuperar mis piernas como prometió Law.-

Mientras tanto bepo se enfrentaba a Hana, esquivaba sus golpes y patadas con la agilidad de un boxeador, atacaba con una gran precisión y fuerza, pero Hana no se quedaba atrás con su habilidad, pero al sonar el den den- mushi  bepo se distrajo por lo que fue duramente golpeado por Hana. 

Bepo se tambaleó hacia atrás, intentando recuperarse tras el fuerte golpe de Hana. Con una mano, se frotó el lugar del impacto mientras su otra mano instintivamente respondía al sonido del Den Den Mushi que vibraba en su cinturón. Hana, quien también se había detenido al escuchar el sonido, lo miraba expectante, con una mezcla de curiosidad y preocupación en su expresión.

—¡Law! —exclamó Bepo al contestar, su tono apresurado y ligeramente agitado—. ¿Todo está bien?

Desde el otro lado de la línea, la voz calmada y controlada de Law resonó a través del caracol. —Es hora, Bepo. Prepárense para la extracción. Todo está en marcha. El motín comenzará pronto, y necesito que estén listos para sacarnos a todos de aquí.—

Bepo asintió, aunque sabía que Law no podía verlo. —Entendido, capitán. Estamos listos. —

Colgó el Den Den Mushi y miró a los demás, quienes habían detenido su entrenamiento al notar el cambio en el ambiente. Shiki, observando desde la distancia con los brazos cruzados, también se acercó. El aire alrededor de la tripulación cambió, volviéndose más serio.

—Es momento —dijo Bepo, mirando a cada uno de los miembros de la tripulación. Sachi y Penguin compartieron una mirada de complicidad, ya acostumbrados a las órdenes rápidas y precisas de su capitán. Johnny Masterson y Bellamy, ambos sudando y aún con la adrenalina del entrenamiento en sus cuerpos, asentían con determinación.

Shiki, que los había entrenado hasta este punto, avanzó un paso y colocó una mano sobre el hombro de Bepo. —¡Están listos! Han demostrado no ser incompetentes y tienen algo de habilidad. —dijo con una sonrisa confiada antes de volver a hablar.

—Confío en que podrán llevar a cabo esta misión de extracción ustedes solos, no olviden lo que han aprendido.—

—Gracias, Shiki —respondió Bepo con sinceridad—. No  fallaremos. 

Con un último asentimiento, todos se pusieron en marcha, comenzando los preparativos para la extracción de su capitán.

Mientras tanto, de vuelta en la prisión, Law se encontraba caminando de regreso hacia el centro del caos. El motín ya estaba en su fase inicial. Gritos y sonidos de luchas resonaban por los pasillos, y las puertas de las celdas comenzaban a abrirse una por una, liberando a los prisioneros que se unían al alboroto. 

Law, con sus katanas ahora aseguradas en su cinturón, avanzaba con calma a través del desorden. Los prisioneros se habían armado con todo lo que podían y habían comenzado a crear un caos, por lo que Law sabia que tal vez el no necesitaba luchar. Su plan estaba en marcha, y pronto estaría libre. Todo lo que quedaba era ese "discurso motivador" que había prometido para darles una esperanza de un futuro en la tripulación de shiki. 

Law caminaba con calma por los pasillos, su semblante frío ocultaba la tormenta de pensamientos que recorrían su mente. Al llegar a la sala de control, la tensión del ambiente le puso en alerta, lo suficiente para prever el repentino ataque de un marine, que vigilaba la sala de control, este se abalanzó sobre él sin previo aviso, empuñando su fusil con la intención de golpearle con la culata.

Sin embargo, los reflejos de Law eran afilados gracias al desarrollo de su haki de observación. En una fracción de segundo, leyó el movimiento del marine y esquivó el golpe con un ágil giro lateral. Aprovechando la posición expuesta de su atacante, Law ejecutó un preciso contraataque; lanzó una patada directa a la rodilla del marine, forzándolo a arrodillarse ante él. Antes de que el marine pudiera reaccionar, Law lo noqueó con un devastador gancho a la quijada, enviándolo al suelo inconsciente en un solo movimiento fluido y letal.

Ignorando al marine que acaba de noquear law camino directamente a la consola de vigilancia, Law observó los monitores con detenimiento, los piratas corrían por los pasillos, enfrentándose a los marines en una lucha desesperada por la libertad. Algunos caían, otros avanzaban, pero la energía del motín crecía, y los marines cada vez se veían más en desventaja. Con una sonrisa en el rostro law tomó el micrófono, presionando el botón que activaba los altavoces de toda la prisión, y habló con una voz firme y fría que resonó en cada rincón.

—Escuchen bien, compañeros prisioneros de este infierno, les habla Trafalgar D. Water Law—comenzó Law, su tono lleno de una calma peligrosa—. Ustedes me conocen, hace 6 meses que eh llegado a este maldito lugar, pero al contrario de ustedes a mi nunca me capturó el marine, yo vine aquí a conocerlos y traerles una propuesta  porque Hoy, cada uno de ustedes ha tomado la decisión de luchar. No por simple rebelión, sino por algo mucho más grande. El sistema que los ha atrapado aquí, los marines que los vigilan y esta prisión que les ha robado su libertad… todo esto está a punto de caer. —

Hizo una pausa, permitiendo que sus palabras se impregnaran en las mentes de todos los que escuchaban y continuó hablando unos segundos después. —Pero el caos de hoy no es suficiente. La libertad que desean no se gana con un solo motín. El verdadero poder, la verdadera libertad, está en el mar. Y no hablo de una vida de simple piratería, hablo de un futuro en el que serán parte de algo mucho más grande, únete a la tripulación de Shiki, el León Dorado.

La mención de Shiki provocó murmullos entre los prisioneros, muchos de los cuales ya conocían su leyenda. Law continuó, su voz ganando intensidad.

—¿Quieren seguir siendo perros de este sistema corrupto? ¿Esclavos de la Marina, condenados a pudrirse en este lugar hasta el día de su muerte? O… ¿preferirían alzar sus armas, deshacerse de cada marine que encuentren y unirse a un capitán que no teme desafiar al mundo mismo? Shiki no busca soldados débiles ni esclavos obedientes. Él busca a aquellos que estén dispuestos a romper las cadenas que los atan y reclamar lo que por derecho les pertenece el mar, la libertad y el poder.—

Las palabras de Law flotaban en el aire como veneno, pero uno que ofrecía promesas tentadoras. Su tono se volvió más crudo, casi desafiante.

—No les estoy pidiendo que me sigan para ganarse ese futuro, primero tienen que deshacerse de los que están en su camino. Cada marine en este lugar es un obstáculo que deben destruir. Elijan ahora: sigan viviendo como perros o únanse a Shiki y conquisten el mundo con nosotros.—

Su voz se suavizó en el último momento, cargada de determinación.

—Nos vemos en el mar, si es que sobreviven, los piratas del león dorado llegarán a esta isla en un par de horas.—

Soltó el micrófono y observó los monitores una vez más, viendo cómo la energía en la prisión cambiaba. Los prisioneros se lanzaban con más fuerza contra los marines, impulsados por la promesa de un futuro fuera de esas paredes, navegando bajo el mando del León Dorado.

Con una sonrisa law se dijo a sí mismo

 — este trabajo está hecho, solo hace falta deshacerse del director y subdirector de la prisión, de igual forma los prisioneros se encargarán de los demás.— law camino lentamente, pero antes de salir de la habitación localizo a Luigui en el monitor para posteriormente desenfundar sus katanas y destruyó los monitores.

Law salió caminando por el pasillo en búsqueda del director y subdirector, además de ir a buscar a Luigui en el comedor de la prisión, observaba las paredes que marcaban los pabellones y no podía sentir nada más que alegría de marcharse pronto de aquí. 

Pero mientras Law silbaba y caminaba tranquilamente un hombre calvo, con una prominente barba de candado una tez clara y un rostro rudo con una cicatriz en la mejilla izquierda lo observó y desde sus adentros dijo. —¡Aquí está el maldito incitador del motín! ¡Oh chico, te haré pagar el sufrimiento de mis compañeros el doble!— rugió el comodoro Daito desde lo profundo de su pecho.

De pronto, su cuerpo que había comenzado a cambiar de manera drástica culminó su transformación, sus músculos, ya imponentes, se hincharon rápidamente, como si cada fibra de su ser se estuviera llenando de pura potencia, su piel, antes clara, empezó a tornarse de un gris oscuro y rugoso, como si estuviera adoptando la dura y resistente textura de la piel de un rinoceronte. Las venas comenzaron a sobresalir de sus brazos y cuello, bombeando con una furia incontenible.

Al terminar la transformación sus piernas se alargaron y engrosaron, haciéndose tan gruesas como troncos de árboles y sin pensarlo dos veces comenzó a correr hacia Law con la intención de atacar su espalda con el cuerno. 

Este cuerno, símbolo de su poder como usuario de la  fruta del diablo zoan Sai Sai no Mi, Modelo Rinoceronte**, brillaba con un tono metálico, endurecido como el hierro.

Su cara, que una vez fue la de un hombre, ahora era una fiera mezcla de humano y bestia. Sus ojos se oscurecieron, mientras sus orejas se alargaban en pequeños bultos puntiagudos. Su pecho se expandió, y cada respiración que tomaba parecía sacudir el aire a su alrededor.

Ahora era un rinoceronte humanoide, una bestia de fuerza bruta. Con un último rugido, Daito bajó la cabeza, apuntando su masivo cuerno directamente hacia Law. 

—¡Te haré pagar con creces!— Daito cargó haciendo una embestida hacia la espalda de law. 

Law que silbaba tranquilamente mientras caminaba sintió la sensación de peligro y sus nervios se pusieron de punta, gracias a su Haki apenas pudo esquivar un golpe letal , pero aún así logró impactar en lo alto de la espalda cerca del hombro izquierdo. 

Law salió disparado sangrando del hombro y se impactó directamente contra una pared atravesándola de la fuerza del impacto y cayendo en una mesa del comedor. 

Sujetándose el hombro law observó como por el agujero en la pared un imponente rinoceronte con traje de marine se mantenía erguido e imponente frente a law. —No debiste incitar a esos bastardos a crear un motín, ahora morirán al igual que tú.— dijo Daito antes de arrancar un pilar de madera y utilizarlo como garrote. 

Law adolorido no pensó dos veces y se giró esquivando por poco el garrotazo que destruyó por completo la mesa del comedor, Daito comenzó a lanzar un frenesí de ataques azotando el suelo provocando que law solo pueda girar constantemente evitando los ataques.

El comedor de la prisión no se encontraba vacío, ya que Luigui y un grupo de reclusos estaban capturando a los marines restantes de la zona, entonces rápidamente se vieron involucrados en la lucha con Daito, pero debido a  la descomunal fuerza de Daito en modo animal muchos prisioneros quedaron destrozados con un par de garrotazos. 

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