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¡ODIO AMARTE!

Unas horas después... No tengo contacto con Hiroki, ni con Naoki, era tan incómodo tener que verlos que solo los evitaba. Sería más tenso tener que dormir con él, en la misma habitación... ¿Qué debo hacer?; realicé prácticamente una pataleta dándole a entender que me gusta cuando caí en cuenta de que le gustaba Kyoto. "Pero que estúpida".

Me siento en la pradera con el arco de Hiroki al lado... y la verdad no lo quiero en mi vista, pero ahora es lo único que me puede proteger a mí misma. Siento de repente una mirada muy penetrante al lado mío, volteo el rostro y es... Hiroki, me está viendo fijamente y parece que se quiera acercar. La verdad me siento muy cómoda aquí que me da pereza tener que irme, pero... no quiero verle, no quiero hablar con él y tampoco me pretendo disculpar, lo observo un par de minutos, me levanto del césped un poco húmedo por la lluvia de ayer. Él abre un poco la boca con ganas de decir algo; lo fulmino con la mirada y le doy la espalda yéndome.

—¡Espera! — exclama desde el otro lado, pero no quiero parar, empiezo a avanzar más rápido para no escucharlo y no tener que hablar con él, porque sé que si le doy otra oportunidad me va a volver a lastimar y en verdad... ya no quiero sufrir.

Regreso a la mansión muy fastidiada para ir a cenar, tiro el arco lo más lejos posible de mí, la tía Akiyama me llama para ir a comer, doy un suspiro largo y estresante, el aroma de Hiroki está muy impregnada en toda la habitación que me estresa estar en este lugar, pero... no tengo en donde más dormir.

Me dirijo en donde sólo la tía Akiyama sirve para nosotras dos, me pregunto dónde está Naoki y si Hiroki vendrá a cenar.

—¿dónde están los muchachos? — le pregunto muy confundida a la tía, ella me responde en que Hiroki decidió cenar en casa de su hermano y pasar la noche y Naoki no quería cenar. La verdad... me siento muy aliviada de que no estén sería muy incómodo tener que verlos después de lo que pasó, me siento con la tía, pero tampoco ayudaba mucho, ella me mira extraño y yo estoy actuando extraño quedándome callada, ya que lo habitual es que hablemos de cualquier cosa, pero no tengo ánimos para entablar una conversación.

—¿por qué se pelearon? — me pregunta indiscretamente sin perder la vista de mí, yo levanto el rostro sin tener que responder... pero... no puedo seguir... guardándomelo para mí sola.

—su sobrino es un idiota — le respondí directa y con sinceridad, ella queda sorprendida a mi respuesta y da una pequeña risa.

—¿qué te hizo? — me pregunta muy interesada mientras va comiendo.

—¡Es un celoso! Tuvimos una enorme pelea... y... me dijo mentiras — no le quiero comentar más ya que no necesita más información, además que si le digo la verdad le va a ir a reclamar.

— Hiroki... es Hiroki... digamos que es celoso porque sabe que es inseguro y es muy explosivo y necio.

— Lo sé — le respondo, ella se ríe simpática.

— Pero Hiroki... es un ser muy tierno... en serio — le frunzo el ceño.

— Tía Akiyama... hay algo que debe saber... él... me trató como todo un patán y fue muy grosero — le digo para que dejara de defenderlo, él es lo que es, ella me mira muy desubicada y le explico toda la historia ya que no me lo puedo guardar, ella me escucha atentamente. Al acabar con mi historia en sus ojos no puede creer que se tomara en serio lo que le dije.

— Hija... no te puedo creer que el haya hecho semejante barbaridad... no sé qué lo tiene de esa manera, él no es así... créeme — la miro sin tener las palabras ya que no puedo entender ese comportamiento —es orgulloso... pero él no es malo...

— Tía... ¿Qué hago?... todo lo que usted me dice... todo lo que me dicen de él me confunde... cada día que pasa él me confunde... no logro entender que sucede — ella me mira muy complacida queriéndome animar.

— Dale tiempo... — me dice serena poniendo mis cabellos detrás de mi oreja. Levanto la vista para no llorar y le sonrío muy agradecida por ser como una madre.

De repente escuchamos la puerta de la mansión, la tía Akiyama la abre, y en frente de ella esta Kimura, el hermano de Hiroki. Él le explica algo a la tía Akiyama que no logro entenderles, espero que no sea nada malo. La tía se despide de él y regresa a sentarse a comer, le pregunto qué sucede y me explica que Hiroki no vendrá a dormir por un tiempo, no le quiso dar más explicaciones.

Me voy a dormir recordando lo que dijo hace un rato, en darle tiempo y esperar... pero es que estoy tan decepcionada por el maltrato que me ocasionó y que no era justo que me tratara de aquella forma... Cuando estaba en la pradera... pienso que debí escucharlo, pero también debo admitir que soy muy orgullosa.

Me quedo dando vueltas en la cama toda la noche sin poder descansar con tranquilidad, pero no puedo... aunque esté sola, por el aroma de Hiroki que está en toda la habitación, me hace sentir como si estuviera aquí, pero cuando miro a la esquina... y veo ese espacio vacío, es como si fuera un fantasma, y la soledad me consume por completo.

Al otro día me levanto con cara de muerta, con muchas ojeras, solo pensaba en lo que pasó ayer, la pelea que tuvimos Hiroki y yo y si no pensaba en eso, pensaba en Soshi, al menos para saber que estaba bien y que al menos Satoshi no lo haya matado, él sabía que era mi mejor amigo; no podía esperar más de ese miserable más que un posible asesinato contra mi mejor amigo.

Me mantengo en el bosque, pensante e intentando practicar, pero era difícil, la concentración me falla que no puedo evitar sentirme culpable por lo que pasó; pero no soy la única que escribe el verso, Hiroki también tuvo algo que ver, me mintió diciendo que él ya no sentía nada por ella, pero ¿y si es así, será que en realidad se convenció de que no sentía nada para no cargar con tanto dolor?, doy un largo suspiro de angustia.

Escucho algo entre los árboles que me deja muy alarmada, miro por detrás y disparo sin cuidado.

—¡Ey! — exclama una voz familiar, la persona sale entre los arbustos, es Kimura trayendo un sombrero y una canasta llena de paja —¡T-tranquila! — bajo el arco muy apenada por haberle disparado, gracias a Dios no logré matarlo y mucho menos hacerle daño.

—l-lo siento — me disculpo muy apenada por mi torpeza.

—eres muy peligrosa con ese arco — sonríe muy bromista, el me hace reír mucho con sus ocurrencias — Veo que Hiroki esta vez no está contigo... el salió esta mañana y no me dijo a donde iría, supuse que iba a ver a verte — le retiro la mirada sin ganas de hablar acerca de Hiroki, él nota mi incomodidad.

—Él... nunca dice a donde va...

—Es alguien reservado — me responde sintiendo la fría conversación —Naomi... escucha... Sé que Hiroki puede ser un patán a veces... pero como lo vi ayer, más serio de lo normal... puedo ver en sus ojos que está muy arrepentido — intenta convencerme como la tía Akiyama, pero me cuesta creerles después de lo que me dijo ayer tan duramente, que no me protege por su voluntad y eso me dolió que hayan jugado conmigo.

—Kimura... no lo sé... él... es un idiota... me mintió

—No... —me interrumpe acercándose — créeme... solo dale tiempo — intenta darme un abrazo, veo a Hiroki en la lejanía viéndonos, me alejo de Kimura para no hacerlo enojar y evitar el abrazo para que ya no hubieran malos entendidos... Kimura nota mi extrañeza, mira hacia atrás donde yo estaba señalando con la mirada y nota a su hermano que lo fulmina con la mirada por hablar conmigo — Creo que me metí en problemas... — dice forzando una sonrisa bromeando — no te preocupes iré hablar con él... posiblemente piensa que me voy a robar a su amada — me guiña muy simpático y muy amable conmigo. No entiendo el contraste con Hiroki y su familia, él es el más serio y no le gusta jugar... además es demasiado orgulloso, pero... si tiene esa generosidad que me cautiva y al recordar todo lo que ha hecho por mí... me hace perder el aliento.

Al finalizar la práctica, voy en camino a la mansión; pero en todo el centro de la aldea había guardias, mucha gente muy confundida... y estaba... ¿Satoshi?...

Me paralizo en seguida sin entender que hacer, él... estaba montado en un caballo con su Kimono blanco y una capa morada... En ese instante solo puedo decir que es un sueño o una ilusión, no puede ser cierto que nos haya encontrado.

Siento que alguien me toma de la cintura y tapándome la boca sin decir nada, entramos a la mansión y pude ver que era Naoki. Vio mi cara impactada y de miedo cuando observe que ahí estaba Satoshi, el hombre con el que soñaba destruir después de que me destruyó la vida; el hombre que hizo mi vida miserable "¿C-como... ¿Nos encontró?". Hiroki se me acerca preocupado con mucho silencio para saber si estoy bien, lo miro aterrada de rodillas al lado de la puerta.

— ¿estás bien?... — susurra, pero no le contesto, solo ve mi cara de terror, de miedo, de sorpresa, estaba tan impactada que solo suelto, lágrimas del dolor de pecho que se acumuló del desprecio. Él hace que me pose sobre su regazo y mira detrás de la puerta con cuidado para que no lo detectaran.

— ¡princesa Naomi! — exclama la voz tan irritante que solo me hacía sufrir — ¡sé que estás aquí!... ¡Si solo pudieras escucharme para decirte que en verdad lo siento, en verdad lo que hice, lo hice para protegerte! ¡No fue mi intención! ¡Por favor sal! — yo en verdad quería salir y darle un disparo en su frente, pero por otro lado tengo miedo de hacerlo, tengo miedo de morir, tengo miedo de Satoshi. — ¡tengo a Soshi conmigo! — abro los ojos sorprendida y miro detrás de la puerta, si decía la verdad, Soshi estaba intacto, no tiene ni un solo golpe, está sano montado en un caballo sin entender que hace él con ese traidor— ¡veámonos si quieres en el bosque al medio día para que hablemos! — concluye.

No quiero salir, estoy tan asustada que no me atrevo, pero hay que hacerlo me acerco a la puerta para salir sin arco, pero me detiene Hiroki abrazándome.

— ¡¿estás loca?! ¡¿Quieres morir?!— me advierte histérico, lo miré dudosa sin saber que decirle solo esperando su consuelo.

— no lo sé... Hiroki estoy asustada, no puedo hacer más que pensar en matar a Satoshi... No tengo opción...— me derrumbo a sus pies con una herida tan profunda en mi corazón, llorando y desesperada. Él me abraza con fuerza y sé que en su corazón se disculpa.

Tengo que hacerlo sola y él lo sabía, era la forma de probarme; pero me enveneno con el odio que solo quería olvidar y aun así no era lo suficientemente fuerte para tomar esa decisión.

—no puedo permitir que mueras... no quiero que mueras — se disculpa Hiroki en lamento, muy triste, pero él sabe que si no lo hago puede haber más consecuencias.

La tía Akiyama me presta un kimono, en la parte superior era blanco y en la parte inferior era rojo, usaba una banda en la cintura del mismo color, pero un poco más claro y una hebilla dorada de una flor; me até el cabello en una cola baja con una cinta de color blanco.

Estoy lista para vencer a Satoshi y acabar con este sufrimiento eterno, pero... ¿En verdad valdrá la pena?, aunque lo mate no me devolverá a mis padres. Pero no quiero que sea en vano y menos la muerte de mi padre que fue ocasionado por él. Veo a Hiroki bastante serio posando sobre la puerta de nuestra habitación. No quiere verme a los ojos; temía que pasara lo peor, pero no estoy sola, sé que si algo sucediese Hiroki irá a buscarme y no dejara que muera.

—estaré bien... —dije con una mirada complacida por su expresión, le toqué su rostro con delicadeza para no tener más miedo, él me mira triste y sonrojado. Tomo el arco lista... por lo que iba a hacer, la tía y Naoki me miran tristes incluyendo a Hiroki, pero no se ven muy preocupados ya que de cualquier manera me iban a estar protegiendo... sólo quieren respetar mi deseo de matarlo con mis propias manos.

—sé que eres fuerte, estarás bien— dijo Hiroki con una sonrisa, asiento conmovida. Suspiro un poco nerviosa preparándome.

—¡aquí voy! - salgo de la mansión. Me dirijo al bosque con el corazón en la boca. Cada vez que daba un paso siento los nervios que quemaban mi piel, el estómago se me retorcía, tengo toda la ira sobre mí.

Voy llegando al punto de encuentro y desde lejos veo a Satoshi solo, de espaldas y me recordó la vez que lo vi en el palacio, fue el mismo día en el que mató a mi padre después de entregarle mi corazón. Su pelo negro ya no me parecía atractivo y no sentía absolutamente nada por él. Era la decepción, ya no sentía nada por el que un infinito rencor quemando mis venas y envenenándome el alma. Me paro detrás de él. Él me nota y se voltea sonriendo.

—Naomi... Me alegra verte — sonríe descarado "es un descarado" "¿cómo se atreve a sonreír de esa manera, como suele hacer?". No le respondí, lo miro tan fría. Su cara cambió al ver mi expresión usando la misma técnica que en el palacio—Naomi... No me gusta verte así — dijo con gestos tristes que me parecían falsas.

—entonces no vuelvas, tú... Arruinaste mi vida— le dije irritada con dolor de cabeza.

—lo siento porque veas las cosas así, pero no fue lo que pasó... No quería hacerte daño... Yo...

—¡silencio! — le interrumpo muy enojada, y apuntando con el arco — tú mataste a mi padre para quedarte con el trono, Mentiste diciendo que Hiroki y Naoki son secuestradores ¡Mentiste acerca de tus sentimientos!! ¡Te lo entregué todo para acabar terminar en este infierno y aún estoy de pie!... ¡Te odio! — exclamo a punto de disparar.

—¡¿en serio piensas eso de mí?!... Naomi lo que sentía si era real y lo es aún. En verdad no he dejado de pensar en ti, aún quiero casarme contigo. — me mira tan "afligido"

— ¡Deja de mentir! — "¡mentira!... ¡Es un mentiroso!". Mis ojos se aguaron y siento el corazón y la cabeza pesada.

— Naomi...— se lanza a darme un abrazo evitando que le disparara, me hace fallar la flecha moviendo mi arco — perdona me...— se disculpa con una voz temblorosa. Mis ojos no pudieron más y se cristalizaron llorando en su hombro, suelto el arco para zafarme de su aliento que no quiero oler.

—¡suéltame! — intento alejarlo, pero él es más fuerte. La cabeza me estaba ardiendo. Él se reúsa a soltar mi cuerpo. "Naomi... ¿Por qué no lo mataste?" —¡más lejos! ¡Satoshi, no quiero verte! ¡Suéltame! — lo golpeo para que me suelte, pero él se reúsa, es más fuerte que yo— ¡Nunca te perdonaré! ¡Suéltame! — lo golpeo más fuerte— ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!... — le exclamo de cuan tan triste estoy por ser tan débil — ¡Te odio!... — De alguna manera lo iba perdonando, escucho sus sollozos — no te atrevas a jugar conmigo... Mentiroso...— pongo mis brazos sobre su regazo. Lloro en su pecho que no me parecía tan cálido, Extrañaba justo ahora el regazo de Hiroki. Pero en el fondo siento que me derrumbé otra vez a los brazos de Satoshi. Él me abraza con más fuerza sin darme escapatoria...

Aquí es en donde me pregunto ¿por qué no lo maté? ¿será que aún siento algo por Satoshi?, fue mi primer amor... y ahora sé que me estoy fallando a mí misma al tener que perdonarlo, en que le estoy siendo infiel a Hiroki por no acabar con esto y tener que volver al mismo juego, al mismo punto... a la misma vez... Puedo sentir la delicadeza de Satoshi... pero no su sinceridad como antes, no la misma emoción, no puedo sentir igual "¿por qué lo hiciste?" le pregunté en mi cabeza sin entender... porqué él no me ha matado, por qué él me está abrazando pareciendo arrepentido... ¿por qué te estoy perdonando?... no sé la respuesta...

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