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El orfanato

Adriel caminaba lentamente por las desoladas calles de la ciudad Levon, observando los edificios familiares pero extraños que se extendían a su alrededor.

Los suburbios de esta ciudad ya estaban sucios y viejos antes del apocalipsis, pero ahora, es como visitar una ciudad abandonada de la época medieval.

Adriel dejó Arcadia para dirigirse a cierto lugar, y de paso empezó el barrido de la ciudad.

Partió después de gastar los tres mil puntos restantes en aumentar la densidad de la esencia, llevándolo a 1.8, un 80% más que en el exterior.

"¡BOOM!"

De un pisotón, Adriel aplastó a una cucaracha del tamaño de un puño que se había escabullido bajo sus pies.

Los insectos gigantes está siendo una verdadera molestia, sobre todos las cucarachas, son tan feas y repugnantes que hasta los goblin y los zombis pareces modelos en comparación, y son tan resistentes como ... en fin, cucarachas.

Actualmente estaba solo, quería enfrentarse a esto solo.

"¿A dónde vas?"

Ahora parece imposible.

Isabela se interpuso en el camino de Adriel con Alice siguiéndola por detrás.

"No quiero que lo veas, Isabela, por favor, apartarte", Adriel dijo con severidad.

Isabela también adoptó una expresión sería, se acercó a Adriel hasta que sus caras estuvieron a un centímetro de la otra, y dijo con gravedad, "A mí no puedes darme órdenes, ya deberías saberlo, voy a ir contigo"

"No, apartarte", Adriel dio un ultimátum.

Isabela suspiró entristecida, "¿Por qué no entiendes que solo me preocupo por ti?, me apartaré, pero solo si me lo dices, ¿qué es lo que no quieres que vea, a que le temes?"

¿A qué le temo?

Esa pregunta llegó a lo más profundo del alma de Adriel.

A que le temo.

Es una buena pregunta.

Podría mentir, podría intentar hacerme el duro y decir alguna mentira, pero Alice lo delataba de inmediato.

En su lugar, bien podría decir la verdad...

"No quiero que veas mi pasado", Adriel respiró hondo, "Y temo no poder soportarlo"

Isabela no dijo nada, dio media vuelta y se fue.

"Vuelve", solo después de que avanzó diez metros sonó la voz pesada de Adriel.

Isabel negó con la cabeza con una sonrisa, volvió al lado de Adriel y los dos siguieron caminando.

Adriel observó los edificios familiares pero extraños, las tiendas de ropa de segunda mano donde solía robar, los restaurantes y fruterías cutres donde solía robar, los puestos callejeros donde solía robar...

Sí, robaba todo lo que podía.

No había otra opción, si intentaba mendigar, le golpeaban y lo echaban a patadas, y en el orfanato no daban más que las sobras de comida de los empleados, muchos días ni siquiera tenían nada que comer.

Por ello, tuvo que robar pata sobrevivir, cogía todo lo que podía, muchas veces lo atracaron y lo golpearon hasta dejarlo malherido, pero pudo sobrevivir y llegar hasta donde está ahora.

Él tuvo suerte, muchos murieron de hambre o golpeados hasta morir, muchas niñas fueron vendidas en secreto a burdeles o violadas por el propio personal del orfanato y luego asesinadas.

A las autoridades no podría importarles menos, esta zona estaba dominada por bandas criminales y mafiosos, y nosotros los huérfanos éramos simplemente carne de cañón sin valor.

Después de caminar durante unos minutos, finalmente llegaron al sitio, el lugar que Adriel preferiría no recordar jamás.

El orfanato.

Un edificio antiguo de aspecto viejo y demacrado, las grietas en las paredes y las marcas de suciedad en el techo y las bisagras muestran claramente que el edificio carece de mantenimiento y no se ha reparado en años.

Ya era asqueroso antes del juego, pero ahora parece un edificio que lleva años abandonado y que está a punto de derrumbarse.

Adriel respiraba pesadamente, la inquietud llenó su mente en el momento en que poso sus ojos en este lugar, pero contuvo con fuerza su nerviosismo.

Camino hacia la barricada mal hecha en la entrada, salto unos metros hacia arriba y la paso de largo, unos soldados empezaron a retirar rápidamente la barricada.

Durante este tiempo, el ejército ha estado despejando toda la ciudad a máxima velocidad, hace poco llegaron a los suburbios y empezaron a barrer a los zombis.

Adriel quería enfrentar esto solo, pero no podía obstaculizar el trabajo del ejército por su deseo personal, simplemente lo dejo estar.

Abrió la puerta y encontró la gran habitación vieja y familiar donde ha pasado tanto tiempo en su niñez.

Este sitio se usaba como recepción y como comedor, en muchos casos, los niños también tenían que dormir aquí cuando alquilaban las habitaciones a prostitutas para llevar allí a sus clientes.

Actualmente, un grupo de niños delgados, sucios y desnutridos estaban en este lugar agrupados en una esquina, temblando y mirándolo con miedo.

Adriel podía ver claramente las marcas de heridas y latigazos en el cuerpo de estos niños, la mayoría eran recientes y muchas de ellas aún sangraban.

Adriel soltó un poco de su aura suavemente para calmar a los niños, sacó un puñado de tomates de vitalidad que le acababa de dar un soldado y los puso frente a los niños.

"Comed", solo dijo una palabra, pero su aura hizo que fuera extremadamente persuasivo y conmovedor, hasta el punto en que los niños confiaron en él casi al instante.

Uno por uno, los niños agarraron los tomates y les dieron pequeños mordiscos, que se transformaron en grandes mordiscos después del primer bocado.

Mientras decoraban la comida, la carne comenzó a crecer en sus cuerpos desnutridos a gran velocidad, cada segundo que pasaba se veían menos desnutridos y más saludables.

La gran cantidad de energía vital en los tomates son suficientes para curar completamente a estos pequeños niños sin cultivo.

Mientras Adriel hacia esto, los soldados empezaron a sacar a un grupo de adultos de aspecto sucio de arriba sin ninguna cortesía y con mucha dureza.

Todos han visto el estado de los niños y no es que les haya gustado mucho.

"¡JODER!"

Un soldado bajo las escaleras corriendo y empezó a vomitar mientras se sujetaba el estómago.

¿Qué podría hacer que un soldado templado en la batalla sangrienta empezará a vomitar así?

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