OO4 || Cena, confesión y rechazo

Cena-

Song Zu Er miró a Wang Yibo comiendo una sopa de puerro—. ¿Te gusta comer la sopa de puerro? ¿Por qué te gusta comerlo? —preguntaba entusiasta— ¿Sabe bien? —añadió.

—También quiero preguntarte—los ojos de Song Zu Er brillaron mientras asentía frenéticamente—. ¿Tu familia no te encuentra molesta porque eres ruidosa? —le preguntó fríamente. Song Zu Er miró a Wang Yibo, aturdida. Xiao Zhan vio la cara de su hermana y frunció el ceño—. ¡Tú! ¡Tú te callas!—, le reprendió.

A Wang YiBo no pareció molestarse por la reprimenda, mas bien sonrío. Por otro lado, Song Zu Er tenía ganas de llorar. Sólo estaba reteniendo sus lágrimas. Lo hizo para hacer hablar a su hermano... Se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Xiao Zhan no habló desde que rechazó la invitación de Wang Yibo de montar en su motocicleta. Luego, Wang Yibo los siguió para cenar con ellos.

Confesión y Rechazo-

Caminaba por el pasillo yendo a su apartamento cuando vio a Wang Yibo parado fuera de su puerta. Sus ojos brillaban y sintió que el mundo se iluminaba cuando lo vio. ¿Es él...? Su corazón comenzó a latir salvajemente junto con su rostro rojo.

La puerta se abrió y oyó la voz de su hermano—. ¿Viniste aquí por Zu Er? —Xiao Zhan preguntó.

Song Zu Er sintió que estaba flotando en los cielos cuando oyó eso. ¡Wang Yibo está aquí por ella! Riendo estúpidamente mientras sus ojos formaban dos corazones. Se estaba por acercar cuando de repente sus pensamientos se desvanecieron cuando vio a Wang Yibo moverse e inclinarse hacia la puerta, específicamente… ¡Hacia Xiao Zhan!

—No— Wang Yibo respondió—. Vine aquí sólo por ti—dijo a un sorprendido Xiao Zhan y lo besó.

Tanto los ojos de Song Zu Er como los de Xiao Zhan se abrieron demasiado por la acción. Sin embargo, el alma de Song Zu Er que acaba de salir inmediatamente volvió a su cuerpo y se escondió. ¡Dios mío! Sostuvo su rostro ardiente con las manos. ¡Su hermano y su crush se besaron! ¡Se besaron!

Ella se perdió al ver a Xiao Zhan alejar a Wang Yibo, con lágrimas en los ojos—. De ninguna manera—Xiao Zhan dijo. Miró a Wang Yibo, quien estaba dolido y perdido.