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"¡¿Pero qué...?!"

Todos miraron hacia el extremo transmisor de ese sonido, y se sorprendieron al notar que había sido Grayfia, una mujer siempre compuesta y fría, la que elevó la voz en aturdimiento.

Después de unos segundos, Grayfia eliminó el círculo mágico pequeño en su oído, y con una cara en Shock, les contó de la situación a los demás Maous en la oficina.

...

...

"Grayfia, avisa que no es necesario que venga Alexander Smith-san aquí, nosotros iremos directamente hacia allí, también prepara el círculo mágico."

"Hai, Sirzechs-sama."

Grayfia empezó a trabajar en el círculo mágico que estaba directamente conectado a la Mansión Gremory donde estaba Alexander actualmente, y por otro lado...

"¡Ehhhh...!"

"¡Jajaja! ¡Falbi, parece que el trabajo debe continuar!"

*Sollozo*

Ajuka miraba con extrañeza a Falbium que tenía lágrimas en los ojos porque no quería ir a trabajar, y Serafall que hacía poses de chicas mágicas...

Él sacudió la cabeza pensando que aunque Falbium quisiera escabullirse, como solía hacer, el asunto era uno que desafortunadamente requería la presencia de los Cuatro Grandes Maous al mismo tiempo, ya que incluso el asunto tenía relevancia internacional.

Él entonces miró a Sirzechs divertido, tratando de imaginar qué estaba pensando.

El mensaje debería haberle causado algo a Sirzechs, que era el hermano mayor de Rías Gremory.

Y el sujeto en específico se encontraba con las cejas juntas mientras su apariencia era seria, con pensamientos revoloteando dentro de su mente.

.......

"Hmmm, Rías-chan, ¿por qué lo hiciste?"

Alexander le preguntó a la niña sentada a su lado en el sofá.

De alguna manera, ya todos habían almorzado un poco incómodos, y era varios minutos después.

Rías tenía los ojos un poco rojos, por haber llorado hace algún tiempo atrás, por el regaño de su mamá.

Akeno, Koneko y Kiba miraban desde el otro sofá, y estaban en silencio mientras sus miradas hacia su ama eran de compasión, y actualmente, Venelana había ido a contactar a Grayfia, ya que era ella la que había tratado con Alexander en Kyoto.

"Yo..."

Rías miró a Alexander, la única forma en que la pobre niña dejó de llorar hace un rato, fue porque Alexander le acarició la cabeza cariñosamente, "Yo sólo pensaba..."

"¿Si?"

Alexander le sonrió.

"Que sería bueno tener a una persona tan fuerte y a-agradable como Alex-san en mi nobleza... también pensé así con Kunou-chan, y hasta Yasaka-sama, porque... porque ustedes son personas tan agradables... pero... no sé porqué me salió esto ahora..."

Alexander nuevamente llevó su mano a la cabeza de Rías, y sin decir nada la acarició, Manos del Renacimiento tenía un efecto muy calmante y placentero que tranquilizaba a cualquiera, y Rías de pronto pensó en otro razón de su arrebato anterior.

Ella sostuvo la mano grande de Alexander con sus dos finas y delicadas manos sobre su cabeza y se sonrojó un poco, "Las manos de Alex-san se sienten muy bien... y me siento protegida cuando usted me acaricia así, hmm-mn." Ella negó con la cabeza.

"No soy sólo yo." Rías miró a sus siervos, los cuales miraron a Alexander y asintieron en conjunto.

"Jajaja."

Alexander rió.

"Ustedes también nos han caído muy bien, Rías-chan, Akeno-chan, Koneko-chan, Kiba-kun, no sólo a mi, sino también a mi amada Yasaka y a Kunou también, por eso..."

Alexander hizo un gesto a Rías y le enseñó el meñique con un guiño.

"No importa qué pase de ahora en adelante, no importa si me vuelvo tu siervo o no, siempre seremos amigos, ¿están de acuerdo?"

Rías y los demás estaban algo aturdidos por las palabras de Alexander.

""""¡Hai!""""

Y luego asintieron con una sonrisa, para entonces unir los 5 meñiques en un apretón de dedos algo incómodo.

"Jeje, así es como se hacen las promesas en Japón."

Rías sonrió con brillantez ahora, y su aura depresiva había volado por completo como un libro que había cambiado de página.

Koneko también, ella miró su dedito con seriedad, aunque feliz, y Akeno, en secreto, sostuvo su meñique con la otra mano y sonreía en voz baja.

Kiba también estaba riendo, pero luego habló al darse cuenta de algo, "Ah, Alex-san, tengo una pregunta."

"Si, ¿qué pasa?"

"¿Por qué es que usted aceptó a ser un siervo de Rías-sama?"

Ls pregunta llamó la atención de los demás, y todos miraron a Alexander.

Él suspiró antes de hablar, "Hmm, si tuviera que decirlo... supongo que tanto Rías-chan como ustedes, me parecieron muy buenos chicos, y no pensé que sería malo algo así, claro, siempre y cuando tenga libertad para cuidar de mi familia, por otro lado."

Alexander miró a Rías y ella asintió repetidamente, ella sabía muy bien que Alexander no era un chico de su edad que tenía tiempo para estudiar libremente como quería, e incluso ella misma ya lo había pensado. Que si por algún motivo divino Alexander se unía a su nobleza, ella tendría que darle el tiempo que fuera necesario para que cuidara de sus seres queridos. En Kyoto... en el lugar del mundo humano que más Rías valoraba... de hecho, mientras pensaba, a Rías no le parecía demasiada mala idea quedarse en Kyoto con la Facción Youkai, si, a Rías de pronto le interesó bastante el trabajo de embajadora de los Demonios en Kyoto, si.

"Además."

Alexander miró a Rías y a los otros con un suspiro, "Estoy casi convencido de que será imposible, no por las razones que estén pensando, sino porque mi cuerpo y mi maná es... muy especial, se podría decir. Pero, si de alguna manera no puedo convertirme en un Demonio Reencarnado, entonces me aseguraré de compensarlo de alguna manera."

Aunque Rías se desanimó bastante con esto, ella siguió conversando con Alexander y su nobleza por un tiempo, con todos ya muy tranquilos.

"Haaa."

Una voz encantadora y madura suspiró, y Venelana, que había escuchado todo lo anterior hablado, se adentró en la habitación.

Ella estaba antes enojada con Rías, por su capricho, pero de hecho... ella la podía entender un poco, Venelana sabía muy bien que al parecer lo contado por Grayfia era todo verdad, y al ser así, ella, que ya sabía de primera mano el carácter alegre y pegajoso de Alexander, también supuso que Yasaka también sería una persona muy amable, y Kunou-chan una niña muy enérgica y alegre, como su padrastro. Y Rías, que al igual que ella misma, solía estar rodeada de gente así, gente confiable y amable, no pudo resistir la tentación de extender una invitación a Alexander hacia su nobleza. De hecho, había otra razón que también pudiera haber sido una de las causas principales por las que su hija hizo lo que hizo...

"Mamá..."

Venelana miró a su hija indefensamente, pero también de manera estricta, "Rías, lo que hiciste antes no estuvo bien, por eso es que la próxima semana estarás de castigo, y Alex-sama..."

Rías brilló, literalmente, cuando su mamá le pegó con el mazo de la ley y la castigó.

¿Por qué Rías brilló justo ahora?

Ah, Rías es una pequeña señorita muy inteligente, muy inteligente.

Si había alguna forma en que ella podía entender como se encontraba su mamá de enojada, bastaba simplemente con mirar cuál era su castigo.

Y estar castigada una semana, mientras era obligada a estudiar más arduamente de lo que ya lo hacía, era el menor y más inofensivo de todos los castigos que habían.

¿Qué significaba esto?

Simplemente, que su mamá no estaba muy enojada con ella.

...

...

Dejando de lado a Rías, que brillaba ahora mismo como brillaban los vampiros de alguna serie de películas cuando se exponían al Sol...

Alexander, en este momento, se sintió un poco nervioso y una gota de sudor corrió por su frente.

"... ¿Si, Venelana-san?"

"Alex-sama... nosotros somos adultos, es nuestro deber mostrar siempre nuestro lado maduro y serio a los más pequeños..."

Alexander asintió, como un pollito picotendo su cena.

"Y si bien no sería posible que Rías le hiciera su siervo, según lo que acabo de escuchar, aún así debemos abstenernos de hacer actos que puedan sorprender a otras personas, ¿está bien?"

"Lo entiendo, ehh, lo siento."

Venelana vió al hombre joven perfecto delante de ella poner la mano detrás de su cabeza, y pedir disculpas torpemente, y suspiró.

Luego, por algunos minutos estuvieron hablando ahora de manera más liberal.

Venelana incluso bromeó con Alexander ahora sin presiones, y Alexander rió junto con los demás, así como también habló sobre Yasaka, Kunou, Kyoto y así.

Pero, justo cuando Venelana estaba preguntando a Alexander sobre Yasaka, que le parecía una candidata a amiga cercana y compañera de baños muy buena, un destello rojo familiar encandiló toda la sala.

Luego, del círculo mágico allí presente, aparecieron algunas personas.

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