Kain y Onoki caminaron por las calles de la fortaleza en la cordillera Aisu. El clima era frio, el cielo nublado y una ventisca azotaba la fortaleza.
Las calles estaban limpias, pero deshabitadas. Eran las siete de la mañana de un día de semana. Así que solo los shinobis que tenían que hacer sus rondas estaban despiertos en ese momento.
Kain y Onoki se dirigieron a un amplio campo de entrenamiento en el centro de la fortaleza. Era un terreno estéril sin nada más que tierra. En ese lugar se habían reunido los genin que iban a participar en los exámenes chunin. También estaban sus senseis, pero ellos se mantenían alejados.
Al ver a Onoki y Kain, los shinobis saludaron con una pronunciada reverencia, pero ninguno de los dos se detuvo. Ellos avanzaron hasta el grupo de genin y Kain los observó mientras Onoki lo observaba a él para ver su reacción.
Kain noto a los gemelos Jin y Akina, estaban a la derecha de la primera fila. Ambos resaltaban por sus reservas de chakra un poco elevadas para su edad. Ambos rubios, él de cabello corto y ella de cabello largo hasta la cintura.
Kain paso observando a los otros shinobis mientras en su interfaz visual aparecía un largo proceso enlistado que se iba cumpliendo a gran velocidad. En menos de veinte segundos obtuvo los niveles de chakra y el tipo de afinidad de todos. Incluso de los sensei y shinobis en las cercanías. Kain miró a Onoki, como siempre, le sorprendía que a pesar de ser un adulto siguiera mejorando. No era sustancias, pero un 10% más cuando eres un kage puede significar la victoria o la derrota de tu villa.
—Buen trabajo, tsuchikage, sigue aumentando su chakra— dijo Kain con una sonrisa amigable
Onoki lo observó, se mantuvo serio, pero se ruborizo al ser elogiado —como Tsuchikage, uno siempre debe dar el ejemplo— dijo
Kain asintió y miró a los genin, niños entre los once y catorce años. La mayoría serían eliminados en la primera ronda de los exámenes chunin. Así que, si consideramos los métodos tradicionales, Kain debía separar a los buenos de los malos y enfocarse en los buenos. Claro, si él estuviera limitado a los métodos tradicionales.
Kain realizo una seguidilla de sellos de mano y dijo —mokuton: mokujin no jutsu—
Eso gano la atención de todos y ellos vieron como los clones de madera emergieron de la espalda de Kain con la textura de madera. Sin embargo, a los pocos segundos cada clon fue tomando su propia coloración hasta alcanzar la pigmentación del original. En total, veinte clones de madera.
Kain observó a todos, mostró una pequeña sonrisa y dijo —grupos de tres shinobis, cada uno recibirá un instructor. Ahora—
Los grupos se fueron formando y como pensó Kain en un principio, solo Jin y Akina fueron dejados aparte ¿Quizá qué tipo de relación tenían ellos con sus pares? Ella parecía ansiosa y él impulsivo. Kain sonrió, él los tomaría y puliría lo mejor que pudiera durante estas tres semanas. Parecían buenos elementos, él problema era…él miró a una esquina del campo de entrenamiento. Ahí estaba, el problema, el abuelo de los niños. Él sonreía, tenía el cabello rubio igual que los niños, pero lo tenía delgado y peinado hacia atrás. De apariencia ordenada y cordial. Él tenía los ojos azules y una mirada afilada, pero aun así seguía sonriendo.
Todos los clones de madera se movieron hacia adelante mientras el clon verdadero se mimetizaba entre ellos. El clon verdadero, Kain, avanzó a la misma velocidad, intercambió posiciones y nadie supo quién era el original.
Kain llegó frente a Jin y Akina, estos últimos lo miraban a los ojos, pero Jin movía sus ojos hacia los lados como si intentara saber si le había tocado el bueno o el malo. Kain mostró una pequeña sonrisa, ninguno era malo, todos los clones conservaban el conocimiento del Kain original, pero solo el clon verdadero trasmitía al instante la experiencia al original a través de la conexión con la divinidad de pensamiento múltiple.
—¿Cómo están? ¿No más ataques?— preguntó Kain mientras sonreía y mostraba la palma de sus manos
La niña, Akina, agacho su rostro y se ruborizo al recordar el vergonzoso primer encuentro.
Jin observó a Kain, entrecerró los ojos y le dijo —no, por ahora, no—
Kain mantuvo la sonrisa, pero podía sentir la malicia en la mirada —bien— dijo manteniendo la calma —empecemos por conocer la naturaleza del chakra—
Kain metió la mano en la manga de su haori y sacó un pedazo de papel blanco que lo cortó en dos. Él le tendió uno a cada uno y ellos lo recibieron.
—No es justo ¿Cuál es tu naturaleza?— preguntó Jin
Kain sonrió y levantó sus dos manos con las palmas mirando al cielo. Él levantó la punta de sus dedos y en cada dedo emergió una pequeña esfera que giraba a gran velocidad. Lo particular es que cada esfera era de un elemento diferente.
Jin abrió los ojos grandes de la sorpresa. Akina tenía la misma expresión. La única diferencia entre los dos era el cabello. Ella lo tenía largo y él cortó.
Kain desvaneció las pequeñas esferas elementales y cerró las manos —ahora es su turno— dijo
Jin estaba con la boca abierta, él miró a Kain y cerró la boca, entonces él asintió y canalizo chakra al papel.
Akina no lo hizo, parecía incomoda, pero tampoco hacia contacto visual. Como si ella supiera que hacer, pero conociera el resultado de ante mano.
—No, puedo señor— dijo Jin
Kain lo observó, a simple vista parecía que no había chakra, pero el aura estaba ahí, saliendo de la mano de Jin y rodeando el papel. Al quedar mirando algo fijamente por más de cinco segundos, la interfaz visual apareció calculando la cantidad de chakra y mostrando su afinidad.
Kain notó algo, por alguna razón, el resto de los genin miraban con desdén a Jin y Akina. Era como si su instinto les dijera que los rechazaran.
Por otro lado, Kain descubrió algo especial, el tipo de chakra de estos niños era neutro, lo más parecido a incoloro. Él entendió que debía analizarlos con cuidado, porque si no había afinidad elemental, entonces ¿Cómo Jin realizo ese jutsu explosivo con forma de golondrina?
Al instante, en una esquina de su rango de visión, apareció una ventanilla mostrando a gran velocidad una simulación detrás de otras hasta que se detuvo. Entonces la ventanilla se amplió a la mitad del rango de visión y le mostró lentamente el proceso de confección de la golondrina.
Kain mostró una pequeña sonrisa y dijo —la vida se abre paso—
Tadashi nunca despertó el sharingan, pero desarrollo el taijutsu a un nivel brutal y lo complemento con sellos explosivos. Estaba tan por encima de la mayoría que pudo hacer frente a los dos protectores del raikage él solo, incluso en su vejez. Sin contar que él había sido uno de los generales de Madara.
Así que Kain miró al abuelo de Jin y Akina y pudo ver el filo de su mirada. Él tenía un cigarrillo en la mano derecha y lo fumaba mientras observaba todo el asunto. Estaba extremadamente tranquilo a pesar de que se podía ver en su expresión la seriedad de la situación. Él podía ver la verdad en la sorpresa de Kain y asintió con suavidad como si es lo que él esperara que sucediera.
Kain miró a Jin y le dijo —no te preocupes, que no haya una naturaleza, no quiere decir que no haya fortaleza. Sin embargo, todavía no es perfecto. Déjame darte algunos consejos—
—¿Está bien?— preguntó Akina algo preocupada
Kain miró a la niña, parecía ansiosa, puede que por la impulsividad y habilidad de su hermano. Había personas así que, en lugar de abrazar su destreza, les aterraba porque podían entender lo oscuro que todo se podía volver. Kain miró a Jin, un niño que con su habilidad hubiera sido considerado un potencial de guerra en el pasado, pero en esta era, solo sería tomado como un monstruo. Los tiempos cambian y lo que algún día se consideró bueno, mañana puede ser considerado malo.
—¿Te gusta cocinar?— preguntó Kain con una sonrisa, los niños lo miraron algo confundidos. Él los miró a los ojos y continuo —a mí me gusta cocinar. Incluso si puedo obtener comida de cada esquina del mundo, ninguna será como la que yo preparo porque es lo que a mí me gusta. Sin embargo, para preparar esa comida necesito utensilios—
Kain llevó su mano al interior de su haori y sacó un kunai, él lo paso lentamente por delante de los ojos de los niños y ellos siguieron sus movimientos —un cuchillo puede servir para preparar una comida, pero también para luchar, pero en esencia, es un objeto inanimado y sin voluntad— Kain detuvo el movimiento provocativo y sostuvo el kunai con ambas manos —pero ustedes tienen una voluntad, un intelecto, una intención y el resto de lo que hagan se impregnará de eso. No lo duden, no lo olviden, porque su intención guiará sus acciones y todo lo que hagan tendrá repercusiones. Pueden ser buenas o malas, ustedes tienen la última palabra—
Los niños miraron a Kain, este puso una pequeña sonrisa amigable, cerró sus manos y después las movió sutilmente como un mago y el kunai desapareció de sus manos. Kain noto que el resto de los grupos cercanos lo miraban y estaban atentos a lo que él compartía con Jin y Akina. Kain sonrió y con su dedo índice toco uno de sus parpados señalando "pongan atención".
Kain y sus clones de madera le dieron órdenes a los genin para que empezaran a entrenar mientras los observaban. Kain escucho el murmullo de los shinobis de Iwa, muchos asombrados y otros decepcionados por lo convencional que era el entrenamiento de Kain. Incluso hablaron de forma desdeñosa, pero sus compañeros los hicieron callar. Después de todo, se suponía que Kain era un invitado importante. Ellos no entendían que lo que Kain estaba evaluando era la disponibilidad.
—No te preocupes por ellos— dijo Onoki
Kain miró hacia atrás y vio al tsuchikage acercarse a paso lento con las manos detrás de la espalda.
—Yo hablare con ellos— dijo Onoki
—Entiendo, lo dejo en tus manos— respondió Kain, no le extraño que Onoki identificara al clon verdadero, estaba bien, después de todo, si él no pudiera diferenciar a un clon verdadero de un clon de madera sería bastante preocupante. Sin embargo, por su actitud, él podía decir que Onoki no sabía que este cuerpo era el de un clon verdadero. Y eso estaba bien. El clon verdadero debía ser una extensión del original, exacto, igual, perfecto.
Por otro lado, Kain observó a Ishin, el abuelo de Jin y Akina. Él anciano se había terminado de fumar el cigarrillo y se mantenía de pie, solo y en un estado de observación. Un estilo único para alguien que se supone que no era shinobi.
Al instante apareció un cuadro de análisis sobre Ishin que a los pocos segundos confirmo las suposiciones de Kain. También tenía un chakra incoloro. Era como una especie de marionetista que combinaba las artes de los shinobis de Suna con la habilidad explosiva del primer tsuchikage. Por eso su nieto nunca invoco una criatura para que creara la figura explosiva, él la moldeó con su increíble dominio del chakra y la guio a través de sus hilos invisibles. Una gran habilidad para matar a otros a distancia sin que nadie lo pueda detectar a menos que haya un shinobi del tipo sensor.
Sin embargo, la pregunta que ronda la cabeza de Kain ahora es ¿Por qué nunca se destacó? Hubiera sido un enemigo temible para todo el mundo. Ishin, sin rango o posición social en Iwagakure ¿Cómo te has estado moviendo durante todos estos años? ¿Cómo ocupaste tu don?