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Mundo Shinobi - Chunin - 278

Naomi, Rei, Okita y Kain salieron por la puerta torii a la vereda y avanzaron por la avenida principal. Kain iba en medio mientras Rei iba a su izquierda y Naomi a su derecha. Los seguía Okita un paso más atrás cumpliendo su trabajo de guardaespaldas. Hoy las calles estaban animadas, llena de gente curiosa por ver a shinobis de otras tierras. Al mismo tiempo, la policía militar estaba a su máxima capacidad, apostados en cada esquina y preparados para proteger Konoha.

El grupo llegó al cruce de las avenidas y cruzó al frente, donde estaba el Salón de Té de la Luna y La Serpiente. Eran las siete de la mañana, pero se podía ver el humo saliendo de la chimenea. Una vez que alcanzaron la vereda del frente, pasaron por fuera del local que tenía las puertas cerradas, pero se escuchaba un movimiento constante, como si un regimiento estuviera limpiando.

Kain sonrió pensando en Tsubaki y en lo sería que se puso al saber que hoy llevaría a los kages a almorzar al salón de té. Ella había comprado hace un par de meses una máquina para tomar fotos y le pidió a Kain que convenciera a los kages de sacarse una. De esa manera, ella podría llevar la foto a un pintor y hacer que el artista retratara la escena. Una vez que estuviera lista la pintura, Tsubaki la colocaría en la pared y sería un imán para los clientes. Después de todo ¿Quién podía decir qué en su salón de té estuvieron las personas más fuertes de cada villa?

El grupo siguió avanzando, mirando las calles con transeúntes y los locales de comida abriendo desde temprano. Los carritos de ramen se habían posicionado a los costados de la calle y se estaban preparando para recibir a la comitiva de las otras villas. Más que un evento serio y de competencia entre disciplinas, parecía un carnaval donde todos preparaban diferentes productos para cautivar a los extranjeros.

Por otro lado, parece que había algo de incertidumbre en el trato, pero Hiruzen se aseguró de hablar con los clanes y garantizarles la seguridad. Después de todo, ningún kage, por muy fuerte que fuera, se atrevería a insultar a Konoha en su propia casa. Al mismo tiempo, Hiruzen se preocupó de mandar una gran cantidad de shinobis a las fronteras y controlar el acceso a la nación. De esa manera, si había un ataque interno, no había forma de que los atacantes recibieran ayuda exterior.

—Todo está muy ordenado y alegre— dijo Naomi a la derecha de Kain

—Bueno, Hiruzen tiene ese toque Sarutobi para que las cosas funcionen— respondió Kain —¿Cierto, Rei-chan?—

Rei a la izquierda de Kain, agacho la mirada y asintió mientras se ruborizaba al ser alagada de tal manera.

Naomi entrecerró los ojos y llevó su mano derecha al brazo de Kain, que sostenía con su antebrazo izquierdo. Utilizo sus largas uñas y le pellizco el dorso de la mano.

—Eso duele— dijo Kain con una sonrisa en los labios y mirando hacia adelante a medida que avanzaban.

—No sé de qué hablas— respondió Naomi, mirando los alrededores, pero sin soltar la carne de Kain hasta dejar marcadas sus dos uñas.

Kain soltó un suspiro y siguió mirando los alrededores mientras avanzaba. A un kilómetro de distancia por delante de ellos se elevaba el municipio de Konoha como un gran edificio similar a un tazón blanco dado vuelta. Al mismo tiempo, Kain empezó a notar a los shinobis de otras villas, resaltando por sus vestimentas y chalecos tácticos.

Casi todos los shinobis tenían por costumbre llevar el protector con el emblema de su villa en la frente y solo algunos pocos lo llevaban en el brazo o alrededor del cuello. Por otro lado, la gran diferencia existía en el color de los chalecos tácticos. Kumo era blanco y solo tenía un tirante en el hombro izquierdo o derecho dependiendo del shinobi. Los chalecos tácticos de Suna, Konoha, Iwa y Kiri eran muy parecidos en diseños, salvo que los de Sunagakure tenían cuellos altos que casi alcanzaban la barbilla de los usuarios. Por otro lado, Los chalecos tácticos de Iwa eran de un color café tierra mientras que los de Kiri eran de un color lila opaco.

Por debajo de los chalecos tácticos todos vestían con ropa oscura salvo los de Iwagakure que utilizaban una ropa de color burdeos.

No obstante, lo que llamo de verdad la atención de Kain era que los shinobis de otras villas eran en su mayoría jóvenes (10 a 15 años) acompañados por uno o dos adultos. Los adultos usaban sandalias de madera como la mayoría de los viejos o mayores. Sin embargo, los jóvenes habían empezado a utilizar zapatillas shinobi, lo que lleno a Kain de alegría. Eso quería decir que el negocio iba bien y se estaba extendiendo a otras regiones.

—¡Oye, cabeza de piedra!— grito un joven fuera de una tienda, por su chaleco lila opaco, era de Kiri. Frente a él había un muchacho con el chaleco táctico de color café y ropa de color burdeos. En el suelo había una bolsa de dangos.

—Espérame aquí— dijo Kain a Naomi y Rei. Él soltó las manos de ambas chicas y se acercó mientras otro shinobi de la policía militar llegaba primero.

—¿Qué sucede aquí?— preguntó el Uchiha de la policía con el cabello cortó, negro y de punta, como si fuera un escobillón.

—Nada que te importe, imbécil— grito el muchacho de Kiri

—Uchiha-san— dijo un adulto de Kiri al lado del muchacho, con una asquerosa sonrisa en los labios. Vestía con un chaleco lila opaco y era del mismo tamaño del policía. Dio un paso adelante y se interpuso entre el Uchiha y el muchacho —déjalos que discutan, es bueno para los jóvenes—

—Eso no está permitido en Konoha, ustedes son visitas, deben…— dijo el Uchiha en un tono serio, pero al instante siguiente sintió algo frio tocando su cuello y miró hacia abajo. El tipo de Kiri había llevado su mano al cuello y sostenía algo filoso como un kunai, pero de hielo.

—Estás buscando problemas en el lugar incorrecto— respondió el Uchiha con un rostro molesto y activo su sharingan de dos tomoes

—No me digas— respondió el de Kiri y presiono el kunai de hielo sobre la garganta del Uchiha hasta que salió un hilillo de sangre.

—Si te lo dice, es por algo— respondió Kain avanzando por detrás del Uchiha. El de Kiri miró por el lado sin apartar el kunai de hielo del cuello y vio a Kain, de cabello blanco y ojos azules venir con un rostro de pocos amigos. De repente sintió algo estrangulándolo por la garganta. De forma involuntaria soltó el kunai de hielo y llevó sus manos al cuello, algo grueso como un tubo de hielo lo estaba estrangulando. Hizo una mueca similar a una sonrisa y ocupo su kekkei genkai de hielo para manipular lo que lo estaba estrangulando, pero le fue imposible. Cualquier cosa que estuvieran ocupando para crear esta cosa alrededor de su cuello, no estaba hecha de chakra. El tipo cayó al suelo mientras todos veían a una serpiente de hielo enroscada alrededor de su cuello.

Kain se detuvo al lado del Uchiha, acercó su mano al cuello y con un simple toque, sano la herida y detuvo el sangrado. Después miró al de Kiri arrodillado delante de él, apenas manteniendo la conciencia, producto de la estrangulación de la serpiente de hielo. Kain realizo una seguidilla de sellos y le toco la frente. Eso se selló el chakra del tipo que a lo sumo era un poco más que un chunin. Después Kain hizo un gesto como si pasara su mano por encima de algo y la serpiente de hielo se desvaneció dejando una mancha de agua. El tipo de Kiri tosió varias veces, después saltó hacia atrás y se preparó para el combate, pero al instante sintió el cambio en su cuerpo.

El tipo de Kiri se miró las manos, horrorizado por haber perdido su chakra en un breve momento y grito furioso —¿Qué me hiciste?—

—Tu chakra fue sellado hasta que terminen los exámenes chunin, no des más problemas— respondió Kain, después miró a genin, un palmo más bajo que él y continuo —lo mismo va para ti. No busques problemas en Konoha o ya verás las consecuencias— después miró a de Iwa y le dijo —lo sentimos por las molestias, por favor, no busques problemas—

El muchacho de Iwa asintió ante la habilidad del muchacho que parecía ser un par de años mayor que él. Tomo la bolsa con dangos del suelo y avanzó hasta un grupo de muchachos que lo miraba.

—Él fue quien empezó todo— dijo el muchacho de Kiri, mirando al otro muchacho con resentimiento

—Si es así, ten más cuidado y cuida como respondes— dijo Kain —una cosa es que te hayan provocado y otra es como respondes. Además, tu acompañante tuvo la culpa por ser demasiado directo en su amenaza. No apuntó con su kunai a un don nadie, fue a la policía militar—

—Lo entiendo— respondió el muchacho agachando la cara y apretando sus puños con impotencia

Kain negó con la cabeza y captó a una persona oculta detrás de la muralla de un callejón, su aura era muy poderosa —Onoki— dijo —no andes provocando problemas—

Al instante siguiente salió del callejón un hombre de baja estatura, nariz prominente y gruesas cejas. Vestía una túnica con un cuello rojo y cuatro tiras gruesas de color verde, además del sombrero del Tsushikage.

—Nadie anda provocando problemas, mocoso— respondió Onoki frunciendo el ceño

—Claro, y este muchacho justo se topó con el otro muchacho ¿cierto? fue todo casualidad—

—Solo me estas calumniando, soy el tsuchikage, cuida tus palabras—

Kain frunció el ceño y se acercó a Onoki hasta que estuvieron a unos veinte centímetros uno del otro. Kain se agacho dejando su rostro muy cerca del de Onoki y mascullo —no me vengas con esa mierda. El maldito difamador eres tú ¿O crees que no sé qué tú dispersaste la información acerca de que yo era hijo de mi tío Hashirama?—

Onoki miró hacia otro lado y se hizo el desentendido. Era verdad, fue él, pero solo había comentado lo que menciono Mu en su momento. Kain había utilizado un clon de madera, algo que solo podía utilizar el dios shinobi.

—Gracias a eso, mi okaa-sama fue puesta en tela de juicio y fue la comidilla de todas las viejas murmuradoras. Agradece que no pateo tu trasero solo por las formalidades—

—No sé de qué hablas—

Kain se apartó y respondió —puedes decir todo lo que quieras, pero sé que fuiste tú. No me des más problemas—

—Deja de ser insolente, Kain Uchiha, soy un adulto y tu un mocoso—

—Este mocoso te puede patear el trasero cuando quieras, solo tienes que decir el lugar y la hora—

—¡Kain-kun!— protesto Hiruzen en un tono firme mientras se acercaba a los dos —ten más respeto—

—Sar…— iba a decir Kain, pero se quedó a medio camino y cambió sus palabras —hokage-sama— continuo —solo estábamos aclarando algunos puntos con Tsushikage-sama. Como ya detuve un pequeño problema, voy a continuar con mi deber—

Hiruzen se detuvo delante de Onoki y Kain. Vestía las ropas blancas y el sombrero rojo de Kage. Al ver a Kain y Onoki discutiendo entrecerró los ojos, pero asintió a las palabras de Kain y lo vio caminar en dirección a Naomi, Rei y Okita. Hiruzen se preguntó que trataba de hacer llevando a unas niñas que apenas se podían defender del raikage. Hiruzen negó y comenzó a mirar los alrededores. Su vista cayó en Onoki de baja estatura y sonrió.

—Tsushikage-dono, puede venir conmigo al lugar de examinación— dijo Hiruzen con un tono cortes.

—Por favor— respondió Onoki en tono respetuoso —lidere el camino—

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