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Mundo Shinobi - Virtud - 247

Por la noche Kain tuvo que salir en calidad de urgente a la mansión de los Hyuga. Avanzó por las calles de Konoha vistiendo su haori blanco con el vajra y el abanico en la espalda. Una vez que llegó a las puertas de la mansión, se presentó con los guardias y ellos lo reconocieron. Así que lo dejaron entrar y cuando llegó a la mansión con forma de pagoda, unos sirvientes lo condujeron hasta una gran habitación del primero piso. Ahí estaba Aoi, Kaoru y Kazuhiko esperándolo en la entrada. También estaban las esposas de Kazuhiko con una actitud cordial, kimonos grises y cabello oscuro y sedoso hasta la cintura (todos ellos con los ojos de color malva). No obstante, aunque eran hermosas, no se podían comparar con Kaoru y Aoi (aunque esta última tuviera un parche negro sobre el ojo derecho), quienes tenían el factor sexy. Kaoru tenía un lunar en el parpado inferior del ojo izquierdo mientras Aoi tenía ese mismo lunar bajo el labio inferior que la hacía ver aún más tentadora. Kaoru vestía un kimono de color purpura con un obi plateado mientras Aoi llevaba un kimono azul y un obi dorado. Por otro lado, Kazuhiko tenía una expresión seria y madura, lo que lo hacía ver como la persona a cargo. Él vestía un kimono café oscuro y una haori blanco.

—Te demoraste, Kain— dijo Kazuhiko frunciendo el ceño mientras resaltaba un parche en el ojo derecho

—Lo siento ¿Dónde está tu abuelo?— preguntó Kain esquivando las quejas

—Está adentro, los doctores ya lo vieron, pero no creo lo que dicen—

Kain iba a decir algo como "tu abuelo está viejo, es natural", pero cerró la boca creyendo que ese argumento no le caería bien a su amigo. Kazuhiko se veía estresado y enojado, no sabe con quién, pero enojado.

—Cálmate, Kazu— dijo Kain —déjame ver al abuelo y lo conversamos, pero no sacas nada con enojarte—

Kazuhiko frunció el ceño produciendo una línea entre sus cejas y miró al suelo, entonces tomo una profunda respiración y después lo miró a los ojos para al final asentir.

—Guía el camino— dijo Kain

Kazuhiko tendió su brazo izquierdo señalando una puerta corredera en la muralla de la izquierda. Aquí habían puesto al viejo Kazuto para que no tuviera que subir escaleras, ya estaba muy cansado. Kain asintió y camino junto con Kazuhiko mientras Kaoru los siguió. Kazuhiko miró a su hermana, ella puso un rostro serio, así que él entendió que no había argumento que la dejara afuera de este asunto. Ella también se preocupaba de Kazuto, así que era imposible ahorrarle esta pena.

Una vez que entraron vieron una habitación tradicional, arreglada con piso de tatami, muebles a los costados mientras las paredes estaban adornadas con espadas y máscaras de todo tipo. Al mismo tiempo, el viejo Kazuto estaba acostado en un futón en el centro de la habitación. El lugar se mantenía iluminado con velas y no se veía ningún esfuerzo por modernizarse.

—A sido un tiempo, abuelo— dijo Kain con una sonrisa mientras sentía pena por dentro. El anciano estaba igual de cansado que su tío Hashirama en sus últimos días. Dentro de todo, llamar a Kain fue un acto de negación por parte de Kazuhiko y su incapacidad de aceptar la realidad. Kazuto estaba viejo e iba a morir de forma natural. Su cuerpo era incapaz de seguir produciendo chakra y ahora solo le quedaba un par de días de vida.

El anciano tosió varias veces y respondió con voz débil —hola, Kain ¿Cómo estás? ¿También vienes a decirme que estoy cansado?—

—Jamás, las malas noticias para otros. Nosotros nos podemos divertir contando algunas cosas embarazosas de Kazuhiko cuando era niño—

El anciano soltó una risita desde el futon mientras Kazuhiko al lado de Kain le dio una palmada en la cabeza. No obstante, las tontas palabras de Kain aliviaron el ambiente y hasta Kaoru que se veía preocupada, sonrió. No obstante, el nerviosismo estaba por todo su cuerpo y lo expresaba haciendo girar un anillo con una piedra azul en su dedo anular.

Kaoru, Kazuhiko y Kain caminaron al lado derecho del futon y se sentaron en seiza. Kaoru le tomo la mano al viejo Kazuto y la llevo a su mejilla solo para sentir los dedos fríos. Ella los puso entre sus manos y trato de pasarle algo de su calor. Kazuto miró a su nieta y sonrió tranquilo, como quien asume su destino.

—Estoy cansado— dijo el anciano con voz suave, lo que golpeo a Kazuhiko y Kaoru —pero feliz. Durante toda mi vida pensé que tuve suerte y que nunca sería capaz de lograr un buen resultado a menos que el destino me favoreciera. Mi hijo nació, lo eduque, pero no creció bueno, se podría considerar mala suerte. Lo siento, Kazu y Kaoru, no son adultos, pero creo que son lo suficientemente grandes como para entender que su padre no era una persona decente—

Kaoru y Kazuhiko agacharon la mirada y asintieron con expresiones complejas.

—Pero siento que la vida me dio una segunda oportunidad cuando nacieron ustedes dos— continuo Kazuto —Kazuhiko y Kaoru se han vuelto personas decentes, grandes shinobis y, sobre todo, un buen patriarca. Quiero que sigan adelante y aprendan de mis errores, sean feliz y sobre todo protejan a su familia—

—Sí, abuelo— respondió Kazuhiko mirando al anciano con su ojo izquierdo de color malva

—Sí, abuelito— respondió Kaoru con grandes lagrimas cayendo por sus mejillas.

—Kain— dijo el anciano —tú has sido el mejor amigo de mis nietos, en poco tiempo serás el marido de Kaoru, espero que cuides de ambos. Sé que es injusto, pero no tengo a nadie más que pedirle esto—

—No se preocupe, abuelo— dijo Kain con una expresión tranquila —siempre cuidare de mis amigos y velare por su bienestar. Ese fue el legado de mi tío, creer en las personas—

—En ese caso puedo decir que Hashirama—sama fue realmente sabio como un Dios. Yo sabía que no le gustaba que lo llamaran Dios Shinobi, pero qué etiqueta le pones a alguien que no puedes entender o dimensionar—

—No te preocupes, abuelo, el tío jamás creyó en ese título. Él solo fue un hombre que hizo todo lo posible por un futuro mejor—

—En ese caso me alegro de que nuestra ineptitud no lo hirió más de la cuenta. Al final, todos nos refugiamos detrás de él y esperamos que todo saliera bien. Solo puedo postrarme delante de él y reconocerlo como un sabio—

—No sé lo de postrarse, pero reconocerlo como un sabio puede que le hubiera gustado—

—Puede ser, jajajaja—

Después de conversar durante media hora, salieron la habitación y dejaron a los médicos atentos a cualquier necesidad que pudiera tener Kazuto.

Kaoru, Kazuhiko y Kain caminaron por los pasillos de la mansión acompañados de las esposas de Kazuhiko. Conversaron del estado del clan, como se lo habían tomado y cuál sería la postura de Kazuhiko de ahora en adelante. Después de unos minutos, salieron al patio y los seis se sentaron en una larga banca. Las lámparas estaban encendidas, el cielo nocturno estrellado y la luna llena.

—¿Cuánto le queda al abuelo?— preguntó Kazuhiko mientras cada una de sus esposas lo tomaba de un brazo.

—Días cuando mucho— respondió Kain en la misma situación, con Aoi y Kaoru a sus lados —a lo mejor, podría haber durado un par de años más, pero la guerra le provoco un gran desgaste—

Kazuhiko asintió, levantó la mirada y miró el cielo estrellado. Al mismo tiempo, cada una de sus esposas se acurrucó contra su hombro. De esa manera se quedaron durante unos minutos hasta que decidieron que ya era tarde. Todos volvieron a entrar a la mansión con forma de pagoda y subieron juntos hasta el tercer piso de la mansión y ahí se separaron. Kazuhiko fue al cuarto piso donde estaba la habitación del patriarca mientras Kain acompaño a Kaoru y Aoi a su habitación.

Al abrir la puerta quedó una sala de estar modernizada al estilo de los civiles con dos sillones de dos cuerpos y dos sillones individuales más una mesa de cristal en el centro. Había un sistema eléctrico con ampolletas en el techo. En la habitación había muebles apoyados en las paredes que tenían fotos y adornos tradicionales guardados por la familia. En la muralla de la izquierda estaba la puerta corredera con cuadritos de papel que daba a la biblioteca y posterior a la habitación de ellas. Por otro lado, del lado derecho había una puerta corredera que daba a un pequeño comedor con una mesa baja y cojines, el cual después se conectaba con la cocina.

—Kain-sama puede esperar acá— dijo Kaoru con una expresión tranquila, pero ojos tristes. Kain se acercó a ella, le dio un tierno beso en los labios que la hizo sonreír. Ella lo miró a los ojos mientras hacía girar el anillo con la piedra azul en su mano izquierda. Era el símbolo de su unión y algo exclusivo de ella y Kain. Lo cual la hacía sentir especial, o al menos, más especial que las otras chicas.

Kain sonrió y después se fue a sentar a un sillón individual mientras Aoi cerraba la puerta que daba al pasillo. Al mismo tiempo, Kaoru abrió la puerta corredera de la derecha y avanzó por el comedor. Después de cerrar la puerta, Aoi camino hasta Kain sentado en el sillón y se sentó en su regazo. Ella acercó su rostro y Kain le dio un beso en los labios. Entonces ella le tomo el rostro e introdujo su lengua, volviendo el beso más sexual a cada momento, pero se detuvieron.

—Vuelvo enseguida— dijo Aoi con una sonrisa

—Mm, voy a estar aquí, adelante— respondió Kain, un poco aliviado por Aoi y triste a la vez. Ella no sentía ni un poco de pena por la muerte de Kazuto Hyuga, incluso si era su suegro, ella le guardaba rencor. Por supuesto, no lo manifestaba por respeto a sus hijos, pero eso no quiere decir que se iba mostrar dolida. En cierto sentido, ella era como Tsubaki y solo estaba esperando la oportunidad para quemar su cuerpo en el fuego de la lujuria. Sin embargo, tampoco quería aprovecharse de Kaoru y su juventud, así que ella le propuso a Kain que esperaran hasta que Kaoru pudiera ser una novia. Kain se preguntaba hasta cuando iba a aguantar.

Una vez que estuvo lista la comida, pasaron al comedor con piso de tatami, una mesa baja y varios cojines. Era pequeño, con suerte podrían comer cuatro o cinco personas juntas, pero era ideal para Aoi y Kaoru que vivían solas. Ellas pusieron los cuencos sobre la mesa, repartieron los pocillos con sopa y los platos con carne. Palillos y salsas, tetera con té verde y tazas de greda.

Cuando estaban a la mitad de la comida, Kaoru dejo sus palillos y cuenco con arroz sobre la mesa. Ella miró a Kain con sus ojos de color malva y le preguntó con una expresión suave —Kain-sama ¿Cree que haya espacio en la casa de Mito-sama?—

—¿Por qué lo preguntas Kaoru?— preguntó Kain con una sonrisa divertida, más o menos intuyendo que era lo que le iba a pedir.

—Bueno, quisiera vivir con usted ¿Está mal?—

—Para nada. Está bien, me alegro de que preguntes. Si te soy sincero, esperaba que Kaoru me preguntara antes, pero considerando la situación de tu abuelo decidiste esperar ¿No?—

—Sí, una vez que el abuelo se haya ido, mi tiempo en esta casa habrá terminado—

—En ese caso ¿Crees que deberíamos hacer un segundo piso?—

—No, yo jamás podría pedirle que hiciera eso— dijo Kaoru con los ojos cerrados y negando con sus manos y cabeza en un gesto lindo.

—¿Por qué lo dices, moe-moe—chan?— preguntó Kain con una gran sonrisa divertido y enamorado de Kaoru y sus expresiones tiernas.

—Mooo, Kain—sama, no me llame así, no me gusta, ahora soy más grande— dijo Kaoru haciendo un puchero —todo el mundo va a pensar que soy un bebé—

Kain soltó una risotada, lo cual hizo a Kaoru enojarse y bufar hacia un lado con una expresión indignada. Al mismo tiempo, Aoi se reía de ella y de lo tierna que se veía.

—No te preocupes, Kaoru— dijo Kain con una sonrisa amable, extendió su mano y tomo la de ella haciéndola sonrojar —mi casa es tu casa, sensei ya lo sabe, así que no hay problema—

—¿En serio?—

—Por supuesto— respondió Kain —de ser necesario te llevaría conmigo está misma noche, pero hay que esperar—

—Sí— respondió Kaoru con la mirada gacha sin saber si estar feliz por las palabras de Kain o triste por el estado de su abuelo.

Una vez que terminaron de comer, lavaron la loza y le prepararon un futón para Kain en la biblioteca. Ellas se fueron a dormir y apagaron las luces, pero a los minutos después llegó Kaoru cargando su almohada.

—Kain—sama ¿Puedo dormir con usted?— preguntó Kaoru con las luces apagadas

—Puedes— respondió Kain, abriendo la tapa. Ella se acostó a su derecha y se acurruco contra su pecho. No es primera vez que Kaoru duerme con Kain, pero nunca ha pasado nada. Ya sea porque Kaoru aún no está desarrollada o porque tiene una mentalidad infantil. Por supuesto, Kain jamás se aprovecharía de ella, así que solo la abraza y duermen toda la noche. No obstante, hoy fue diferente, porque mientras Kain cerraba los ojos y abrazaba a Kaoru, ella comenzó a sollozar.

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