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Apócrifo - Gods land - Capítulo 10

Mientras Hera y Kain avanzaban por el gran camino que atravesaba el bosque, miraban como se alzaba majestuosa la construcción de la ciudadela de la familia Hera. Una serie de edificios aledaños al castillo funcionaba como recintos de entrenamiento, comedor, biblioteca y otras necesidades para una de las familias más numerosas. Por otro lado, Hera caminaba tomada del brazo izquierdo de Kain mientras mantenía un rostro altivo como el de una emperatriz. Como si todo estuviera bajo su control y lo supiera todo de todos. Por su parte, Kain admiraba la construcción y siguió avanzando mientras trataba de comparar los cambios que había sufrido la propiedad. Mas allá de enanchar el camino que llevaba desde el portón a la mansión y construir dos edificios más, todo seguía igual.

-¿Quién es esa niña?- pregunto Kain sin apartar la vista del camino

-¿Alfia?- pregunto Hera para confirmar

-Me parece que así se llama, no le puse mucha atención-

-Ella es una joven que llego el año pasado con su hermana. En cuanto la vi, la aparte para mi familia. Claro, tuve que hacer algunas concesiones. Puede que se vea egoísta, pero me dijo que si su hermana no estaba dentro de la familia, ella buscaría otro lugar. Así que la pusimos con los soportes-

-Aja, con respecto a eso último ¿Recuerdo que la familia Hephaestus proporcionaba ese servicio?-

Hera coloco una sonrisa llena de confianza y le respondió -las cosas han cambiado Kain, la familia Hephaestus ya no nos puede ofrecer tanto respaldo como antes. Además- exhalo un suspiro que la hizo ver cansada -digamos que pasaron muchas cosas. Vamos a mi recamara, ahí podemos conversar a gusto. Los muchachos están ocupados en una reunión en estos momentos, así que hazme compañía-

-o-

Una vez que llegaron a la planta alta del castillo, caminaron por un pasillo alfombrado de punta a punta, iluminado por una hilera de ventanas ubicadas al lado derecho. Por otro lado, las murallas estaban pintadas de blanco y adornadas con molduras doradas. Habían mesas angostas al lado izquierdo del pasillo, las cuales eran adornadas por floreros de porcelana importados de otras tierras. Las flores en su interior estaban frescas, con colores vividos e incluso conservaban el roció de la mañana.

A la mitad del pasillo, llegaron a una puerta doble, de apariencia robusta y pintada de un color burdeos. Entraron a la habitación y cerraron la puerta. La habitación de Hera era muy amplia, con grandes ventanales en la muralla que daba al patio delantero y un piso revestido de cerámica de color burdeos, un tono más oscuro que las puertas de la habitación. Las paredes conservaban la combinación de blanco y dorado. Al final de la habitación, en el ala izquierda, había una gran chimenea rodeada por un juego de cinco sillones individuales. Por otro lado, en el ala derecha había una gran cama con un dosel de seda. Al lado derecho de la cama había un tocador blanco con un gran espejo y al lado izquierdo, una puerta que llevaba a otra habitación. Por último, en el centro de la habitación, había un juego de cuatro sillones individuales con una mesita de cristal en su centro.

-Kain- dijo Hera señalando al juego de sillones en el centro -siéntate ahí, me iré a poner algo más cómodo para que conversemos-

-Bueno- respondió Kain con total soltura y camino hasta el sillón. Por su parte, Hera se metió a la puerta que estaba al lado izquierdo de su cama y desapareció por más de una hora.

Kain mientras tanto espero sentado. A la media hora llego una sirvienta y trajo un carrito metálico con todo tipo de manjares. Kain le pidió que le sirviera un café. Después de eso, la sirvienta dejo servido pan, galletas, mermeladas y se retiro. Entonces Kain husmeo un poco por la habitación de Hera, en especial, se fue a la estantería de libros ubicada al costado izquierdo de la chimenea. De manera inesperada, de los cien libros que habían en el estante, por lo menos la mitad eran de novelas de amor. Otro cuarenta por ciento eran documentos de estudio en el manejo de la familia y por último, un diez por ciento eran las actualizaciones de estatus de sus mejores aventureros. Entre ellos estaban las del trio de idiotas. Su primera actualización, eran pobres nivel dos sin ninguna habilidad aparte de sus estadísticas.

Al rato después se escuchó el suave clic de la puerta al lado izquierdo de la cama y se abrió.

-Kain- dijo Hera con cierto desapruebo -es de mala educación husmear en lo que no es tuyo-

-Bueno, estaba un poco aburrido- se excusó Kain con una sonrisa, dejo el libro en la estantería y se volteó para mirar a Hera. Ella estaba preciosa, diferente de su yo usual. Ahora llevaba el pelo suelto y llevaba una túnica blanca semitransparente bastante reveladora. Su modestos senos firmes y erguidos, se traslucían dejando ver sus pezones rosados y pequeños como como dos semillas. Sus brazos quedaban al descubierto, pero también su sensual clavícula mientras mostraba un pronunciado escote que finalizaba por debajo de sus pezones. Sus largas y esbeltas piernas que siempre permanecían ocultas por la larga túnica griega, ahora estaban al descubierto. El vestido en la parte baja era similar a un pantaloncillo, el cual cubría sus partes importantes hasta la mitad de sus muslos. El resto de sus hermosas y largas piernas estaban a la vista. Por otro lado, su rostro siempre serió, esbozaba una sonrisa sensual, como si estuviera estirando sus labios para que se vieran más grandes y atractivos. Sus parpados pintados con una suave capa de sombra, resaltaban el celestial color de sus ojos. Era bella, era mucho más que bella, ella en todo el sentido de la palabra era divina.

Kain quedo con la boca abierta al verla tan tentadora, lo que ocasionó la melodiosa risa de Hera. Ella camino contoneando sus hermosas caderas, parecía que sus piernas se volvían más sensuales a medida que se acercaba y Kain podía percibir el aroma de un perfume con aroma a mandarina. Cítrico, suave, vigorizante y rebosante de energía. Así también se veía la diosa hoy en día. Ella camino hasta llegar a Kain y por alguna razón, se puso de puntillas, acerco su rostro y le dio un beso en la mejilla. No fue un beso simple, fue uno sensual y muy sugerente. Mientras tanto, exponía su cuello a Kain y él podía intoxicarse con el aroma de su perfume. Su piel se veía tan tersa, tan tentadora, que si hubiera sido más joven e inexperto se hubiera abalanzado sobre la diosa. Lamentablemente, las diosas nunca favorecen a alguien por que sí. Así que se mantuvo en sus cabales y dejo ha Hera hacer lo que quisiera. Todo termino con ese beso, pero cuando ella se alejó, lo quedo mirando a los ojos con algo más que simples sentimientos de amistad. Había una llama ardiente en su interior.

Después de eso, Hera invito a Kain a sentarse en los sillones en el centro de la habitación. Cuando ella se sentó en el sillón de la izquierda, con vista a los ventanales, se cruzó de piernas, dejando la derecha suspendida en el aire. Sus piernas se veían tiernas, suaves, contorneadas. Incluso sus pies, los cuales calzaban unas sandalias con tiras, se veían elegantes y sensuales. No obstante, Kain se masajeo el tabique y después gesticulo una sonrisa. Posterior a eso, se sentó en el sillón de la derecha con vista a los ventanales.

-¿A qué debo este gran placer?- pregunto Kain con una sonrisa

Por su parte, Hera le dio una sonrisa coqueta y se puso de pie para prepararse una taza de té -estoy…estoy algo cansada- dijo -así que decidí relajarme en frente de un amigo. En vez de mantener mi usual apariencia- tomo una taza blanca con bordes dorados y vertió el té caliente de una pequeña tetera de igual color -quise, ponerme algo más cómodo, hablar de manera más relajada y compartir algunas cosas. Cómo notaras, no tengo amigos hombres. Mi esposo a pesar de ser un hombre muy "liberal" siempre ha mantenido un ojo sobre mí. Así que dentro de todo, eres el único con el que puedo conversar así-

-¿Y las diosas?- pregunto Kain

-Hace años podía conversar con Frigg, pero ella se fue después de perder a toda su familia en un juego que propuso Apolo. Así que el resto de las personas que considero iguales serían: Hephaestus, la cual está un poco resentida conmigo y Deméter, la cual pasa trabajando fuera de Orario, en los campos de cultivo. Así que como ves, he estado bastante estresada- ella volvió a su asiento y cruzo una vez más sus piernas para que Kain las pudiera apreciar.

Por su parte, Kain tomo una buena mirada de ese escote y vio como los firmes senos estaban casi desprotegidos. Incluso podía ver el pezón del seno izquierdo desde este ángulo. Hera al ser consiente de esto, apretó un poco sus brazos e hizo resaltar aún más sus firmes senos.

Kain agradeció el gesto, ya que fue muy estimulante, solo sonrió y pregunto en un tono amistoso -¿Y qué te tiene tan estresada?- pregunto mientras tomaba un sorbo de su café ya helado. Frunció un poco el ceño y Hera se levantó para tomar la taza y prepararle otro. Mientras ella estaba concentrada en el carrito con las tazas y la tetera. Kain le dio una buena mirada a ese trasero. Era redondo, levantado y bien definido. Cómo se esperaba de una diosa. Después aparto la mirada y Hera se dio la vuelta para devolverle la taza. Ella volvió a su sillón y tomo una pequeña canasta de la mesa de cristal. La tendió hacia Kain y él saco dos galletas mientras podía ahora mirar desde arriba, ambos senos colgados. Trago su saliva y se concentró en su taza de café.

-Como te iba diciendo, estoy un poco estresada y necesitaba conversar con un amigo- dijo Hera

Kain dejo la taza en un platillo sobre la mesa de cristal y le pregunto -¿Qué pasó?-

Hera emitió una sonrisa incomoda y le dijo -¿Qué no ha pasado?- tomó su taza y la dejo sobre el platillo, en la mesa de cristal y apoyó sus manos sobre la rodilla de su pierna derecha, la cual estaba colgando. Soltó un suspiro lleno de aflicción y continuo -mi marido, al verse atado por las promesas que hizo Urano contigo, empezó a pensar en posibles soluciones. Ya que las expediciones de los años siguientes, se llevaron casi todos los ingresos pagando mantenciones de armas y servicios de soporte. Por otro lado, Rómulo es un buen capitán, alguien que se preocupa por su gente, pero no era muy inteligente. Incluso su sub capitán se aburrió de él y dejo la familia. Cómo muchos habían aprendido el teje y maneje de las finanzas, no fue tanto el problema. El conflicto estalló cuando mi marido quiso seguir con su vida de libertinaje. No obstante, ya no se pudo dar los lujos que se daba antes ni mantener a tantas amantes. Ya no podía dilapidar el dinero como antes. Bueno, para empezar, no había dinero que dilapidar. La familia Zeus se movía con lo justo y necesario. Fue tanta la miseria, que cinco años después, solo los miembros principales de la familia quedaron. La familia Zeus paso de tener más de doscientos aventureros a tener un máximo de cuarenta. Así que a mi marido no se le ocurrió nada más inteligente que proponer que los huérfanos y desvalidos de la calle, trabajaran como soporte. (De esa manera ya no tendría que pagar las "exorbitantes" tarifas que le cobraba Hephaestus). El hecho es que se les pagaría en base a lo recaudado con un tope. A su vez, el compromiso que adquirían los aventureros era protegerlos. Cuento corto, no termino bien- dijo Hera con un cierto toque de reproche, cambió de posición sus piernas y esta vez puso la izquierda sobre la derecha mientras apoyaba sus manos sobre la rodilla -los aventureros no querían pagar, lo soportes a veces eran ladrones y hubieron peleas. Después empezaron a utilizar niños pequeños como sustitutos. Murieron una gran cantidad de soportes, pero cómo eran huérfanos y desvalidos, a nadie le importo. Hasta que uno de los huérfanos fue un niño raptado de uno de los reinos vecinos. El hecho es que el niño murió, pero para mala suerte, pertenecía a la nobleza, así que el reino vecino al enterarse, puso presión sobre Orario. Por ende, Urano tomo cartas en el asunto y limitó la edad mínima. Así que la familia Zeus siguió con un camino complicado. Por otro lado, la guild llevaría un registro de los soportes y de los aventureros que los acompañaban. En todo ese proceso, pasaron los treinta años de prohibición y la familia Zeus de algún modo se pudo mantener a flote- Hera le dio una lamentable mirada a Kain, mientras sus ojos celestiales emitían un aura de tristeza -te lo juro, pasaron los treinta años y un día, y yo tenía a mi marido en el portón de la familia. Pensé que me quería ver después de tanto tiempo…Solo venía a pedirme dinero y que trabajáramos juntos otra vez- una lagrima cayó de su ojo derecho, pero no lloro, solo sonreía con autodesprecio -le preste cien millones de valis en ese momento. Después le seguí prestando más dinero hasta llegar a la suma de quinientos millones de valis. Ahí corte todo soporte. Después de eso, pasaron diez años en que no se presentó de nuevo a mi puerta. En ese lapsus, Rómulo se convirtió en un nivel ocho y la familia Zeus obtuvo algunos aventureros con habilidad. El hecho es que la familia Zeus repunto. Así que con mayor razón no me vino a ver- más lagrimas cayeron de sus ojos, esta vez, su ojo izquierdo acompaño al derecho en el gesto. Ella se pasaba el dorso de la mano por la cara tratando de limpiarse sus negras lagrimas por motivos de la pintura -ni una flor, ni un día en que viniera a dormir conmigo, ni una palabra de cariño. Para colmo de males, se metió en la cama de esa puta Ishtar. Fue la gota que rebalsó el vaso. Después de eso no espere nada más de él-

Una silenció se extendió por la habitación dejando escuchar el ulular del viento que pasaba por las puertas de la terraza y movía unas cortinas semitransparentes.

-Vaya mierda- dijo Kain con asombro, siempre pensó que Zeus era un pedazo de mierda, pero no pensó que llegaría a ser uno tan grande.

Hera miró a Kain con cierto desapruebo en sus palabras, no porque fueran incorrectas, sino porque eran demasiado groseras, pero asintió. Fuera de todas sus pretensiones, eran las palabras correctas para referirse a todos sus suplicios.

-Así es- dijo Hera con una sonrisa divertida y manchas de lágrimas negras en sus mejillas -vaya mierda-

Ambos se quedaron callados durante un largo rato, se escuchaban a los aventureros afuera gritando, otros entrenando, movimiento de carretas tiradas por caballos. Kain tomo su taza y bebió el resto de su café. Hera hizo lo mismo y casi al mismo tiempo dejaron sus tazas ya vacías sobre los platillos. Se quedaron mirando durante un momento, hasta que Hera se levantó de su sillón y camino hasta Kain para sentarse en sus piernas.

Kain la miró a los ojos y aunque tenía la pintura corrida, Hera seguía siendo hermosa. Tenía pecas casi imperceptibles por todo el contorno de su nariz. Por otro lado, sus labios se veían dispuestos a todo. Ella se acercó para besar a Kain, pero este último aparto su boca en el último momento.

-¿Por qué?- pregunto Hera en un susurro -sé que lo hiciste con esa vieja zorra de Frigg, ella me dijo. Y me considero más hermosa que ella-

-Eres más hermosa que ella- respondió Kain mirando hacia otro lado con un rostro serió -pero no me gusta ser manipulado-

-¿Qué quieres?- pregunto Hera en un susurro mientras besaba a Kain en el rostro hasta llegar a su oreja -te lo daré todo, te permitiré tener a mis aventureras, a todas, te daré todo mi dinero, todo mi conocimiento-

-¿Cuál es tu objetivo?- pregunto Kain sin dejarse convencer

-Quiero que vea como amo a otro y se retuerza de la indignación al no poder hacerte nada. Quiero que se sienta miserable e insignificante-

-En pocas palabras me quieres para darle celos-

-No- le susurro Hera al oído -mi divinidad me impide hacer estas cosas con otros hombres, así que aparte de Zeus, no he conocido a nadie más. Si fueras tú, al menos podría disfrutar de este breve momento y morir sabiendo que no desapareciste-

Kain levanto la ceja izquierda con un ligero sentimiento de confusión -¿Por qué vas a morir?-

Hera sonrió al verlo preocupado y se acercó para morderle los labios. No obstante, una vez que lo hizo, sintió como si la apuñalaran desde dentro de su pecho.

Kain la vio palidecer y le dijo -no lo hagas, idiota- suspiro y la abrazo. Al rato después cuando Hera recupero su color, Kain le pregunto -¿Por qué te afecta así tu divinidad?-

Hera mientras se acurrucaba en el amplio pecho de Kain, le dijo en un susurro -cada divinidad está asociada a un conocimiento. Yo era diosa de la tierra y madre de la humanidad en un principio. Así que cuando adquirí mi divinidad, esta estuvo fuertemente relacionada con la familia y el matrimonio. Es una pena, pero por…asares del destino termine atada a ese idiota-

Kain miró al amplio techo de color blanco con un gran candelabro colgando en su centro. Tomo una gran respiración mientras pensaba en el futuro y dijo -el precio es todo, todo tu ser, tu conocimiento y tu divinidad. Deberás dármelo todo-

Hera se afirmó de la camisa de Kain y cerró los ojos pensando en que acarrearía esta decisión. Pensó que esto era algo pasajero. Así que hasta que muriera por su divinidad, no le importaría jurar -te lo daré todo- dijo

Kain asintió y le dijo -ponte de pie-

Hera lo hizo y vio a Kain levantarse del sillón, era dos palmos más alto que ella, con ese cabello blanco largo hasta la mitad de su espalda. Esas facciones exquisitas que adornaban su cara y esas orejas largas que sobresalían de su cabello. No obstante, cuando pensó que él la besaría, lo vio hacer una sería de gestos con sus manos y al finalizar, estiro su mano derecha y le toco la frente con su dedo índice. Ella sintió como si el día se volviera más caluroso, el viento más fresco y su cuerpo más desprotegido. Era como sentirse desnuda. El aire que circulaba por la habitación parecía penetrar hasta sus huesos y su cuerpo se sintió más débil. Era como si su sentido del tacto se hubiera vuelto más sensible y le incomodara el simple calor del día. Se miró las manos, se sentían diferentes, nada de lo que sintió antes era lo mismo. Era como si antes llevara una armadura que la incapacitaba de sentir el calor tal cual como era ahora.

Hera miró a Kain y notó que este tenía un hilo de sangre escurriendo de su boca y la mano izquierda a la altura de su mentón. También escurría sangre de ella, como si Kain la hubiera ocupado para cubrirse la boca y no desparramar la sangre sobre el suelo.

Hera se asustó y estiro sus manos temblorosas para abrazarlo, pero Kain la detuvo con su mano derecha. Después saco una toalla de su anillo y se limpió la sangre. Se sentó en el sillón algo cansado y comento en un tono de voz bajo -parece que fue más duro de lo que me imagine ¿Qué se siente ser mortal?-

Hera quedo helada al escuchar estas palabras y se miró las manos.

Kain continuo -bueno, es solo por un periodo corto de cinco horas. Necesitaría una monstruosa fuerza del alma para sellar por completo a un dios-

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