(POV Akeno)
Me llamó Akeno Himejima, vivía en un templo junto a mí Mamá y mi Papá, tenía una vida normal, y aunque mi Padre desaparecía por días debido a su "trabajo" o eso pensaba antes de saber que era un Ángel Caído, nos fuimos un poco del tema, no tenía amigos de mi edad debido a que no salía mucho de mi casa y ningún niño "normal" iría hasta un templo a jugar, nadie hasta que conocí a la persona que cambiaría todo mi vida.
Vino de visita al templo de mi casa cuando tenía 7 años, el niño tenía el cabello de un hermoso color plateado con tonalidades rosadas y unos hechizantes ojos rojo sangre, era un niño bastante guapo, no conocía a muchos niños de mi edad, pero había algo que me atraía hacía él, así que con cautela le pregunté que necesitaba el se presentó cómo Ren Hyodo, aún siendo más grande recuerdo éste momento con felicidad. No pasó mucho tiempo hasta que nos hicimos amigos y con la aprobación de Mamá empecé a jugar en su casa, su Mamá era muy amble igual que la mía pero su hermana y su amiga no me aceptaron del todo algo que me ponía un poco triste debido a que no tenía ninguna amiga, hasta que Ren habló unas palabras con ellas y su actitud hacia mi cambio. Juagábamos varios juegos cómo la casita y aunque Kurumi e Irina me dejaban ser la "tercera esposa" decline la idea y preferí ser la amante, porque ella era la que se quedaba con el marido al final en las telenovelas que veía con Mamá, fue de los mejores años de mi vida. Hasta que mi Papá nos abandonó cuando tenía 9 años, aún recuerdo a Mamá llorando por las noches y sino fuera por Ren y Kurumi no sabría cómo afrontar la situación, Ren siempre era muy amable conmigo y me cuidaba, en ése entonces no sabía lo que sentía pero una cosa era segura, no quería apartarme de su lado. En cambio Kurumi era mi mejor amiga y siempre me recibía con una sonrisa, y aunque extrañaba a Irina, no era una mala vida.
Cuando cumplí 10 años, Mamá cambio y aunque actuaba con normalidad, se podía ver que lo hacía para no preocuparme, así que decidí nunca volver a hablar de Papá en mi casa, hasta que una noche un grupo de personas entraron en nuestro hogar guiados por un anciano que en ése entonces me daba bastante miedo el recordar su rostro, empezó a gritarle a mi Mamá que era una desgracia para su familia y una pecadora, también dijo que mi Padre nos había abandonado cosa que negué aún sabiendo que me mentía a mi misma sólo para que el anciano al cual Mamá llamaba Patriarca me gritar que no era una humana y que era un Híbrido, alguien que no debía de existir en éste mundo.
Estando en un estado de shock el Patriarca ordenó a sus hombres que me matarán y aunque duraron un poco, igualmente apuntaron sus espaldas en mi dirección todo fue tan rápido pero aún así lo recuerdo con mucha claridad, Mamá cubriéndome con su cuerpo, la desesperación, la tristeza, el odio, el miedo todos éstos sentimientos me invadían, hasta que una pequeña figura se puso delante de mí Mamá, un poco más alta que la mía, pero para la niña que era en ése entonces era bastante fuerte, grande y segura. La persona, o mejor el niño que apareció en mi momento más desesperado era Ren, diciendo unas palabras que aún recuerdo "Shield of the hero" un escudo bastante grande para el tamaño de Ren apareció, tenía una aura malévola y aunque sólo duró un par de segundos quemó a todos con sus horribles llamas negras, los gritos de las demás personas no me importaron en ése momento ni lo hacen hoy en día pero lo que me quedó muy grabado fueron los gritos de dolor de Ren, cuando nos acercamos a ver cómo estaba Ren aguantó el dolor y nos hizo escapar con su habilidad.
Después de pasar por la puerta que Ren convocó, el cayo al piso gritando fuertemente del dolor y tomándose lo que parecía un brazo, estaba tan mutilado que los huesos sobresalían por todos lados, me sentía tan inútil en esa situación hasta que una mujer bastante hermosa y un hombre llegaron a donde estábamos, sin la menor vacilación la mujer sacó una pequeña botella y la dejo caer en el brazo de Ren, y el cuál sano mágicamente.
Después de que las cosas se calmaran un poco, Ren escucho mis preocupaciones cómo siempre y me aceptó a pesar de que era un Híbrido, me dijo que era su familia y que siempre estaremos juntos, hasta que la muerte nos separe, Kurumi me había presumido de cómo hizo que Ren se casará con ella, así que sin intención de perder contra ella, hice lo mismo.
Unos 6 años viviendo en la casa de Ren después de que nuestra casa se quemara, el sentimiento que sentía de sólo estar junto a él, se convirtió en amor casi bordeando la locura, no me importaba que tenga un harén o que tenga muchas mujeres, quería su amor, aunque sea sólo una milésima parte sería muy feliz, en ese tiempo conocí a Rias quién sería mi Rey después de llegar a un acuerdo, Ren no estaba feliz por lo que hice sin consultarlo con él, pero no podía pasar por una situación similar a la que mi Mamá y yo pasamos. Aunque me perdonó, aún me sigue doliendo el haberlo echo sin consultarlo con él, estando con Rias me hice bastante fuerte y aunque no me gustaba utilizar mis poderes de Ángel Caído, lo hice para proteger a mis seres queridos, me hice un nombre "La Sacerdotisa del rayo" y también la mejor amiga de Rias, aunque siempre evitaba hablar de mí familia, nunca sabes quién puede estar escuchando en las paredes, es mejor prevenir. Maté a muchos seres con mis poderes, o demonios prófugos a sangre fría porqué podrían dañar a los seres humanos, no lo hacía por la justicia ni para ser una heroína nada de eso, lo hacía porque aunque haya una milésima posibilidad de que puedan dañar a mis seres queridos no dudare en aniquilarlos y hacerles sufrir por sus miserables vidas de gusanos, ups, me deje llevar un poco, Ren notó que también que empecé a matar, pero nunca me tubo miedo, ni una sola vez, el sólo me recibía con una sonrisa y me decía que descansará o me abrazaba fuertemente cuando empezamos a dormir juntos, y aunque el no se daba cuenta, su mirada mostraba bastante impotencia y culpa, me dolía el corazón verlo así, pero era un camino que yo misma elegí.
Tenía una vida bastante feliz, Ren era mi novio, y aunque lo tenía que compartir no me importaba mucho la verdad, pero había un problema, quería avanzar mi relación con él, aunque disfruto de sus besos y caricias quería tener sexo con él, había leído información sobre los Ángeles Caídos en la biblioteca de la Mansión Gremory en el inframundo, que los Ángeles Caídos del lado de las mujeres tienen cuerpos muy eróticos para atraer a los hombres que les interesa, pero Ren nunca me propuso avanzar en nuestra relación hasta que supe de parte de Kurumi que tenía una promesa con él, no mentiré que me sentí bastante triste por no poder ser la primera, pero no dejaré que nadie me quite el "segundo lugar", usaré éste cuerpo para satisfacer todos sus deseos, lo que Kurumi no pueda ofrecerle o que el no pueda pedirle se los daré, tus fetiches más oscuros los cumpliré sin vacilar, todo lo que soy y lo que seré te pertenece, todo lo quieras te lo daré, todo lo que desees te lo ofreceré, eres mi todo, mi héroe, mi salvador, y la persona más importante de mi vida. Yo Akeno Himejima, te amó.