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Acto 3: Desde el fondo…

El lugar se veía completamente diferente al que había llegado, sus paredes blancas ahora parecían sangrar, teñidas por un color rojo escarlata similar al que se lograba ver en el cielo a través de las vigas expuestas del techo que ahora estaba en ruinas. Mi herida ahora cerrada comienza a sangrar nuevamente como si no se hubiera curado de ninguna forma, la sangre brota entre las suturas como pequeños canales que parecen estar más cerca de lo que sería mi corazón. "Solo debo ponerme en pie y salir de aquí" pensé, me levanto de mi cama y camino hacia el pasillo, miro por el agujero de donde estaba la ventana del pasillo frente a mi puerta, me ubique en el cuarto piso del edificio ya deformado. La lluvia comienza a caer sobre mi rostro mientras el hospital se va descascarando y el patio de centro se va inundando poco a poco mientras va formando una pequeña laguna de color escarlata.

- ¡no entiendo!-

Grito a todo pulmón ya empezando a perder la cordura, no puedo hallar una respuesta a todo lo que ocurre ¿mi vida será así? ¿Que hice para merecer esto? ¿Por qué debo atravesar por todo esto?

Un escalofrió recorrió mi espalda, sentía que algo estaba cerca podía sentir su presencia. Bajo la mirada lentamente para ver que en el ala paralela frente a la mía había una criatura esbelta con silueta de mujer, muchos rostros sobre su cabeza y un gran ojo sobre su pecho que parece estar entrecerrado casi como dormitando. Despacio giro mis ojos en busca de lo primero que parezca una salida, mi pulso se va acelerando cada vez más mientras estoy parado allí frente a esa cosa. Su ojo parece moverse como si soñara y su cuerpo en estado inmóvil situada al lado del ventanal como si estuviera colgando de este. Logro ver el letrero de salida cruzando el patio a la izquierda de donde me encuentro, debería entonces bajar los 4 pisos y cruzar el patio de ser necesario. Al girar mi cuerpo lentamente en la lluvia note que como una espesa gota de sangre rodó por mi cintura hasta el cinturón de donde encontró una esquina para desprenderse de mí. El tiempo se siente más lento, mis pensamientos me dicen que esa gota es importante de alguna forma, la veo caer en todo su esplendor lentamente hacia el suelo donde entre todas las demás gotas de aquella lluvia carmesí suena excesivamente fuerte como detonante de alguna situación. Repentinamente la criatura empieza a crujir, sus articulaciones se empiezan a mover de manera abrupta pero fluida dejando ver que se había despertado. Luego vi como su ojo se abría, un gran ojo de color rojo y una pupila oscura que giro rápidamente a mi encuentro. No me percate en el momento en que mis piernas comenzaron a correr, mi cuerpo ya había emprendido la fuga como si lo hubiera hecho toda su vida. La criatura entra en el hospital con agilidad asombrosa y empieza la carrera mientras me observa a través de las ventanas del mismo edificio. En mi desesperación vi las escaleras unos metros más adelante en dirección de donde venía ese ojo rojo empapado en sangre, mi corazón latía cada vez con más fuerza a medida que avanzaba a aquella encrucijada, no había tiempo para volver y dar la vuelta, me deslice por el líquido rojo sobre mi espalda mientras veía a dicha criatura a pasar por sobre mí con sus tres pares de brazos esperando que cayera directamente en ellos. En mi viaje pase a través de la puerta de la escalera saltándome toda la primera fila de peldaños y cayendo en aquella esquina de la escalera, sin pensar más en el dolor ya en posición cuadrúpedo tome velocidad para bajar el resto de los escalones, mientras que me observaba con su gran ojo por medio de la puerta que acaba de atravesar y se lanzó por la ventana para tratar de alcanzarme en el siguiente piso, sus brazos intentaron alcanzarme tan pronto Salí por la puerta de servicio, con un frenado abrupto logre esquivarlos para ver que mi siguiente escalera de huida estaba al fondo del pasillo entre sombras negras y rojas. Deseo gritar y desaparecer de allí, siento la presión del miedo sobre mis hombros como una pesa que me frena cada vez más. Mientras corro busco donde está mi perseguidor para notar que me ha ignorado y ha bajado un piso directamente. Se escucha el estruendo y la estructura del edificio se sacude, lo escucho rompe las vigas para entrar en el pasillo que está bajo mis pies. Gotas caen sobre mis ojos de sudor frió al no encontrar más salidas, Estoy en el tercer piso, si bajo caeré directamente en sus garras y si me quedo aquí simplemente subirá por mí, comienzo a invadirme el pánico en aquella situación. "Siempre hay una salida", es algo que solía decir cuando me sentía atrapado…-he logrado recordar algo- rió histérica mente, mientras mi conciencia empieza a volver. Mi vista se posa sobre la ventana a mi derecha, armado de valor nuevamente, corro hacia ella con fuerza mientras que esa criatura venia rompiendo paredes y peldaños del pequeño cuarto de las escaleras que hace unos segundos estaban frente a mí. De un crujido y el sonido del cristal al romperse paso a haber una calma y silencio como nunca había escuchado, las gotas rojas de lluvia y sangre son reflejadas en los pequeños vidrios que parecían flotar con ellas, sus brazos cerca de alcanzar mi cuerpo en vano ya que había alcanzado una distancia considerable desde la venta y ahora comenzaba mi viaje cuesta abajo, lo siguiente que sentí fue como mi rostro se sumergía y mis oídos se llenaban de ese espeso líquido tibio. Alcance la superficie que se movía como un mar agitado entre tantas olas y turbulencias que apenas podía tomar caladas de aire. Comienzo a bracear a ciegas en dirección de la luz que había observado desde aquel piso en lo alto, a ojos cerrados ya que el rojo empapaba mis ojos evitando que pudiera ver nada. Mis músculos parecen fallar de tanto exceso y lucha que han pasado hasta ahora, mi corazón latiendo a mil por minuto se confunde con el choque de las gotas en el agua y el metal.

Una gran ola se alza a mis espaldas como si una gran piedra hubiera caído en el centro de aquella masa liquida, para que luego se alzaran unos brazos largos e intimidantes de en medio de aquel sangriento baño. Mi objetivo parecía estar cerca, podía sentirlo, mi salida de aquí solo a unos metros de distancia, "puedo vivir mi vida si salgo de aquí" pensaba mientras luchaba para mantenerme a flote, mi vida parece seguir nadando en dirección a la salida mientras unas uñas largas se aferran a mi cintura hundiéndome en un abismo submarino. Exhalo el aire de mis pulmones debido a la presión en mi tronco dejando que el líquido baje por mi garganta mientras también entra por mi nariz… todo empieza a desvanecerse, el mundo frente a mí, la criatura con su gigantesco ojo rojo que me seguía a medida que me baja hasta el fondo, todo parece borrarse.

Siento el frió el agua, me exaspero por el brusco cambio de temperatura en mi cuerpo, estaba empapado y sentado frente a mi escritorio haciendo la tarea.

- ¿! Como que te sacaste un 59 en el colegio ¡?-

- Fue la nota más alta del curso, la prueba estuvo bastante difícil papa -

Digo entre sollozos mientras trato de secar en vano mis ojos llorosos que seguían mojando mi rostro.

- ¡Son excusas solamente, no importa cómo le vaya al resto, tú deber es ser mejor que el resto!

Sus palabras lo dicen todo, típico problema después de la reunión de padres, no importa si el resto son buenas o excelentes notas, si hay una nota baja resalta y el resto no importa.

Por más que intente llenar las expectativas de mi padre no parece estar orgulloso sin importar cuanto me esfuerce, cada vez que me equivoco echa un cubo de agua helada sobre mí, ha pasado a ser un ritual de cada mes.

- Lo lamento hijo, pero lo que hago parece no ser suficiente, perdóname por lo que haré a continuación.

- Papa, por favor si en las siguientes evaluaciones me ira mejor !estudiare más, papa por favor¡

Me toma por el brazo jalándome hacia el pasillo de la casa, salimos de mi habitación en dirección a la parte posterior de lo que era mi hogar, intento forcejear ya que no podía esperar más que otro castigo peor al que ya me había dado, quería correr, salir por la puerta y alejarme de aquel lugar donde estaba él, ya que esa era su manera de ser para conmigo, esperando lo mejor de mí, esperando que yo sea "el mejor". Después de forcejear por unos segundos se harta de mí y toma un pedazo de fierro que estaba cerca de la estufa para golpearlo contra el marco de la puerta, después de que yo quedara atónito ante tal amenaza, reafirma su agarre en mi antebrazo y me lanza dentro del cuarto oscuro de la casa, cerrando con llave la puerta tras de mí.

- Es por tu bien hijo, no lo entenderás aun pero pronto…-

Se oyen sus pasos alejarse para entrar en la casa, dejándome totalmente solo y a oscuras en aquella habitación que tenía guardadas una que otra cosa que ya no queríamos ver en la casa.

Me quedo en medio de la habitación sentado y agrupado con la cabeza entre las piernas esperando que nada aparezca de las paredes como algún insecto o monstruo. Todo me asusta, mi padre, la oscuridad, mi vida. "Siempre hay una salida, siempre hay una salida" digo entre murmullos, mientras el tiempo transcurre el frio y la oscuridad me envuelven para hacerme dormir en aquella triste situación, sin salida aparente.

Recupero mi conciencia después de aquella memoria viendo de frente a la criatura que ahora me tenía cautivo, su ojo estaba tan cerca de mí que puedo alcanzarlo, mi vida depende de lo que haga a continuación, con un movimiento de mi brazo impacto directamente en su ojo. Se empieza a retorcer del dolor soltándome por llevar sus manos a su ojo ahora afectado, no desperdicio el tiempo y nado hacia la superficie que ahora parece estar más arriba, como si el suelo del patio nunca hubiera existido y en su lugar hubieran varios pisos de profundidad, no hay tiempo para pensar cosas que no me van a sacar de aquí, debo llegar a la salida, ya he pasado por varias cosas como para rendirme ahora, repito una y otra vez mientras subo y subo en aquella profundidad carmesí. La criatura termina de recomponerse y se pone en mi busca mirando a la superficie, para posterior lanzarse hacia donde me encuentro con un salto que retumbo en el fondo del abismo. Logro tomarme de un fierro auxiliar que está al lado de la entrada para poder subir, mismo que con algo más de fuerza logro separar para poder usar. Ya viene a mi encuentro, solo unos segundos más para que este frente a mí. La criatura salta por sobre la masa roja con sus seis brazos abiertos listos en busca de mí ser. Cuando ya está frente a mi ondeo el fierro enterrándolo justo en el centro de su ojo algo más arriba del estómago, solté el objeto ya clavado en su pecho viendo como cae en la oscuridad para hundirse poco a poco mientras el resplandor de su centro se apagaba y confundía entre el rojo de aquel líquido.

Respiro aliviado nuevamente, ahora me encontraba frente a la puerta por donde entre al hospital, donde estaba ella y donde nuevamente se encontraba.

- Lamento por lo que hice, sé que estuvo mal y lo siento-

Me dijo mientras rojas lágrimas rodaban por sus mejillas dejando marcas en su piel.

- No entiendo ¿por qué me dices esto?-

- Porque quiero que volvamos a ser lo que alguna vez fuimos, de verdad lo quiero así…-

Iluminada por las luces de la entrada se veía radiante como la vez en que nos conocimos en aquel fatídico sitio, sus ojos rojos rodeados de lágrimas hacían emerger compasión en mí pero mi corazón se estremecía y me gritaba que volveríamos a pasar por lo que ya habíamos vivido, ese miedo, esa angustia y desesperación que en algún tiempo se apodero de mí.

Sin volver la mirada mis ojos comenzaron a lagrimar a cada paso que daba para alejarme de aquel lugar. El hospital estaba como cuando llegue, ella me miraba con sus grandes ojos esperando que cambiara de parecer, esperando que volviera con ella. Mi vida debe continuar y debe ser sin ella me decían mis pensamientos ¿pero por qué?, esta sensación la había tenido antes, el mismo dolor, la misma tristeza y despojo. El momento parecía blanco y negro, nieve cayendo a mis espaldas con ella iluminada por las ahora restauradas luces, aguardando que regrese a sus brazos mientras yo estaba débil y dubitativo.

Ya había hecho mi elección en el pasado sabiendo que era para bien, no cambiare de parecer ahora.

Inhale una bocanada de aire congelado que parecía cortar mi garganta y continúe mi camino dejando huellas en la nieve mientras el hospital se perdía en la densa oscuridad de la noche junto con ella, alguien que desearía no haber conocido por alguna razón pero… ¿porque siento eso ahora?

Me encamine al único lugar que parecía seguro, dejando de lado la búsqueda de respuestas por un rato, quizá podría encontrarme con aquel camionero nuevamente y que él pudiera contestar alguna de las dudas que aquejan en mi cabeza.

El camino oscuro que se cierne por delante solo transmite intranquilidad y desconfianza en mi ser, las luces parpadeantes del camino y la nieve fría en mi rostro me mantienen despierto. Mi camino de retorno al lugar donde el camión estaba estacionado fue en vano, el camión ya no estaba allí, pero las ruedas no habían dejado marca alguna de su partida.

- No moriré congelado aquí, maldito sea si no hago todo lo que puedo para sobrevivir ahora-

Con ahora rabia en mi ser debía pensar en que puedo hacer para sobrevivir, podría haber un lugar para pasar la noche entre estos callejones oscuros. Camino en dirección del primer edificio residencial que entra en mi mirada, pero a medida que me acerco las cortinas y luces se apagan, no le doy gran importancia preguntare en otro edificio. Cuadras y cuadras de edificios apagaron sus luces, cerraron sus cortinas y cerraron sus puertas a medida que me acercaba a la propiedad. ¿Nadie me mostraría un gesto de amabilidad? Otra pregunta más aterradora surgió en mi mente en aquel momento ¿por qué no había visto a nadie más y habían luces en las casas?

- Joven, venga para acá…-

Se hoyo con una voz tenue y quebrajada, era anciana sentada en un banquillo que me saludaba desde una casa al otro lado de la acera.

- Te noto perdido ¿tienes donde quedarte?-

Me acerco rápidamente con las manos envueltas ente mis mangas por el frio de la noche.

- La verdad es que no ¿Por qué esta afuera a esta hora abue?-

Una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro arrugado para luego mirarme con esos pequeños ojos de color gris.

- Esperaba que alguien como tu pasara por aquí, alguien siempre necesita ayuda en su viaje cariño, quédate y descansa en mi hogar-

- De verdad se lo agradezco eh… ¿podría saber su nombre?-

- No es necesario, no es importante, lo importante es que tu continúes bien tu viaje�� mi viaje pronto llegare a su fin.-

La verdad parecía ya tener una edad bastante avanzada, pero me sorprendía que estuviera en el frio a esas tantas horas de la noche. No quería confiar en ella, suficiente había tenido con esas anteriores pesadillas, pero mi cuerpo necesitaba descansar y algo para restaurar energía que no había comido nada hace una buena cantidad de tiempo.

- Entremos que te serviré algo caliente de tomar, debes tener hambre también-

- Disculpe si la molesto, se lo agradezco nuevamente-

- No te disculpes, es algo que yo quiero hacer, cuando estaba en tu posición sin nada más que nieve bajo mis pies desearía que alguien me hubiera ofrecido su mano… ahora yo lo hago por ti-.

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